Aquel Árbol de Salacs

Story by Latios on SoFurry

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#3 of Cuando Soy Pokemon


Una historia corta que escribí en el momento de inspiración. Disculpen si hay algunas palabras que no entiendan sea por la utilización de algunos regionalismo, trate de hacerla en español neutral lo mas que pude, pero siempre esta google para resolvernos la duda ;).

También que cualquiera que guste de traducirla al inglés puede hacerlo con todo gusto, yo le doy mi consentimiento, únicamente que me brinde el crédito por crear la historia.

Como sea, espero que les guste

Era de tarde mientras caminaba por el sendero que me llevaba de vuelta a mi refugio, un lucario sin nada de especial más que su estatura, una estatura fuera de lo normal, pues mi tamaño era exactamente el de un humano adulto, muy grande para ser un lucario, pero esto siempre me traía ventajas cuando se trataba de sobrevivir en el bosque, me era más fácil alcanzar los árboles, corría más rápido y más lejos en menor tiempo, lo único que resultaba difícil eran las épocas de primavera donde las hembras y los machos se reunían, puesto que mi estatura me impedía poder hablar con alguna chica sin causarle un gran temor, dejándome siempre solo. Aquel día me encontraba perdido en mis pensamientos, dirigiéndome de regreso a la cueva a la que llamo "hogar", entonces empezando a escuchar un tono agudo que llamaba mi atención, era molesto pero a la vez inquietante; me dirigí a él lentamente, escuchándolo mas alto y diferenciando lo que era mientras me acercaba, hasta que llegué lo suficientemente cerca para entender claramente lo que decía, era una voz pidiendo ayuda, gritando con desesperación en un tono agudo, claramente una chica. Cuando distinguí esto corrí hacía el lugar inmediatamente, llegando en solo cuestión de segundos, entonces buscando a los alrededores por ella, fue cuando noté en el suelo a una pobre Shaymin en su forma aérea, quien se encontraba atrapada en enorme red, ella me vio y una clara sonrisa se dibujó en su cara.

-¡Por favor! ¡Ayúdame!- ella dijo mientras agitaba aquella red, tratando de liberarse, de pronto está se ilumino y una carga de electricidad recorrió la red, electrocutando a la criatura que se encontraba debajo. Ella gritó, en el mismo tono agudo de antes mientras se quejaba.

Me acerqué a la red, caminando alrededor y buscando la manera de liberarla, entonces la encontré, una pequeña caja de donde salía la red, y probablemente la causante de los choques eléctricos. Empecé a cargar una pequeña bola de energía entre mis manos, lancé esa "Aura Sphere", destruyendo al artefacto desde mi posición, provocando una explosión como era de esperarse, y repentinamente Shaymin salió al vuelo, con una gran sonrisa y volando rápidamente en círculos, deteniéndose en el aire y mirándome.

-Muchas gracias por salvarme, prometo que lo recompensaré, pero ahora tengo que irme- dijo ella y en cuanto terminó de hablar, salió disparada como un jet hacía el norte.

Miré su dirección y sonreí, alejándome del lugar con la red en mano, sabiendo que me sería útil para algo, y efectivamente lo fue. Cuando llegué a la cueva lo supe de inmediato, agarré tablones de madera, troncos de árbol para ser exactos, los clave al suelo y amarre aquella red entre cuatro de ellos, formando así una cama, el tamaño de aquel artefacto era mayor de lo que esperaba y aun cuando mi mano cabía perfectamente entre los agujeros, mi cuerpo era simplemente muy grande, por lo que podía acostarme con facilidad, pero, antes de si quiera empezar a relajarme, mi estómago se quejó y el hambre me invadió, haber salvado a aquella Shaymin simplemente me distrajo de la búsqueda que realizaba regreso a casa, y en un suspiro me levanté de la red, caminando de nuevo al bosque, por una especie de sendero que conocía a la perfección, un camino que solo yo podía ver, y este me llevaba a una de las berries más exquisitas que pudiera probar, entonces continúe mi camino.

Seguía perdido en mis pensamientos, esperando encontrar berries mientras hacía mi camino, pues era casi medianoche y el sueño me había invadido, para mi suerte por el camino se encontraba un árbol de "pecha berries" y aunque no era lo que quería, sabía que no podría dormir con hambre está noche. Agarré algunas berries, tres, que me ayudarían a soportar la noche, entonces comiéndolas y finalmente durmiendo encima de la rama de un gran árbol. La noche pasó rápido y el día comenzó, un rayo de luz solar tocaba mi rostro, logrando que despertara poco a poco, bajé del árbol en un salto y continué mi camino. Repentinamente encontré un gran bulto colgado en medio de este, me acerqué lentamente, pues tenía que continuar por donde iba, entonces notando que se trataba de una telaraña, una gigante que había capturado algo en su interior.

-¡Ayudame!- sorpresivamente gritó una silueta verde con blanco desde el interior del gran bulto, su voz aguda me resultaba familiar, y por curiosidad, seguí mirando, hasta que aquello se movió de nuevo y la cara del Shaymin que había rescatado anteriormente se hizo visible, con lágrimas en los ojos mientras decía -por favor...tienes que ayudarme, no quiero que los humanos me atrapen- Mi sonrisa se hizo más que notoria. Corté desde arriba aquella red y ella cayó al suelo, entonces partiendo en dos la telaraña que la mantenía encerrada.

-¿Tú de nuevo?- pregunté en un tono de obvia burla, ella agitaba su cuerpo, tratando de quitar la pegajosa telaraña de ella.

-Gracias por...salvarme...esos humanos solo quieren capturarme...- ella dijo con vergüenza en su rostro mientras se sonrojaba.

-¿Humanos?- sin poder contener la risa, empecé a carcajear, entonces sonreí, deteniendo mi risa -Esta vez no fueron humanos, está telaraña la hizo algún pokémon que vive en el bosque, seguramente un Ariados- dije aun con la sonrisa en mi rostro -las hacen para capturar a sus presas y comérselas, pero no te preocupes, ellos solo comen insectos pequeños.

-Yo...no quiero que me coman...- Ella bajó su mirada, aun con vergüenza y yo empecé a caminar de nuevo.

-Te veo luego- dije mientras continuaba mi camino.

-¡Espera!- exclamó ella, siguiéndome a mi lado, volteando su cabeza alto para verme

-¿Qué pasa?- dije sin dejar de caminar.

-Guau...eres realmente alto- Ella respondió, alucinada con mi estatura, entonces agitando su cabeza para reaccionar, comenzando a hablar -Quiero darte las gracias por haberme salvado...dos veces...si no lo hubieras hecho, nunca hubiera llegado a reunirme con los otros Shaymins- una leve sonrisa salió de su boca mientras me miraba -déjame compensártelo- ella decía, caminando tan rápido como podía para mantener el ritmo de mis largos pasos.

-No tienes por qué, ya dijiste gracias, además es mi placer ayudar- respondí, notando que nos acercábamos al sitio al que me dirigía.

-Si pero...se siente vacío, tu salvaste mi vida dos veces...necesito hacer algo por ti para compensártelo- Insistía ella, con un tono de clara verdad.

-De verdad, no es necesario, yo quise salvarte- Repliqué, esto se volvía un poco molesto para mí, teniéndola a ella a mi lado en su terquedad.

-Por favor...solo déjame hacer algo por ti- ella repitió, mientras me miraba a la cara.

-En serio yo no...- Entonces pausé, mirando mí objetivo volverse claro frente a mí y sonreí, corriendo hacia él, un gran árbol.

-¡Espera!- Ella gritó y saltó, empezando a volar para poder seguir mi veloz paso -¿A dónde vas?- Ella preguntó y de pronto, antes de que se diera cuenta, se encontró frente a un gran árbol, realmente enorme, se podría decir que incluso tocaba el cielo -Guau...- dijo ella en tono leve, sorprendida por el tamaño de aquella planta gigante.

Sin decir nada, di un salto, alcanzando la primera rama, entonces continuando a las otras, escalando más alto con cada salto, empezando a entrar entre las ramas y las hojas de este, perdiéndome de la vista de aquella Shaymin.

-¡Espera! ¿¡A dónde vas!?- Ella volvió a preguntar mientras yo me ocultaba dentro del gran árbol, entonces ella suspiro y empezó a descender lentamente, hasta tocar el suelo, finalmente acostándose arriba de este, sobre su pecho, volteando hacía arriba mientras esperaba por mí.

Un tiempo pasó, ella empezaba a conciliar sueño cuando repentinamente caí enfrente de ella, obligándola a reaccionar con un gran salto de sorpresa y susto, volteando hacía mí. Yo me encontraba con una montaña de berries entre mis brazos, entonces dejándolas todas contra el árbol en el piso.

-Ya regresé- dije con una sonrisa, mirándola mientras ella se quedaba perpleja ante la pequeña montaña de berries que había traído.

-¿Qué son estas berries? No las había visto antes- ella dijo mientras las inspeccionaba, curiosa y olfateando a distancia.

-Son "Salac" berries, son muy raras, y es porque estos árboles solo dan la fruta una semana cada seis meses, o al menos eso pasa aquí, es curioso, encontré este árbol justo cuando llegue al bosque, mis primeros días, suerte que lo encontré cuando daba berries, sino hubiera pasado de largo este lugar- expliqué mientras me sentaba a lado de las berries acomodadas, recargando mi espalda contra el árbol y tomando una salac del montón, entonces dándosela a ella. -Toma, come una- ofrecí con una sonrisa.

-Yo no podría...tú fuiste quien las encontró y tu deberías de tenerlas- ella replicó en un tono de pena, mirando a la berry con deseos de comerla.

-No pasa nada, igual tengo muchas más- dije señalando a todas las salac berries restantes que había conseguido.

-Gracias- ella tomó la berry con su boca y poniéndola en el suelo empezó a comerla, dando su primer mordisco y saboreándolo -¡Es deliciosa!- una gran sonrisa iluminó su rostro, lo que provocó que yo también sonriera.

-Te lo dije- mencioné, pero ella se veía totalmente distraída por el sabor, comiendo como si nunca lo hubiera hecho antes, realmente disfrutando de aquella dulce y ácida berry, entonces empecé a comer la mía, inmediatamente perdiéndome en mis pensamientos, cosa que solía hacer desde que me encontraba toda mi vida viviendo solo.

-¿Podrías...darme otra?- Shaymin preguntó con cierta vergüenza en su rostro que hacía que se mirara linda, pero ciertamente ella había obtenido confianza hacía mí.

-Claro- respondí, dándole otra salac mientras comía la mía, empezando a hablar sin realmente pensar en que pudiera estar pensando en voz alta -sabes, he vivido mi vida entera solo, todos estos quince años... Solo porque soy muy alto- suspiré, realmente dejándome llevar por lo que sentía en ese momento -Siempre he querido tener una pareja, alguien a quien abrazar...alguien a quien traer aquí a este árbol, solo los dos mientras disfrutamos de estas frutas y del aire del bosque, hablando- entonces reí suavemente, totalmente despistado de que Shaymin estuviera escuchando o no -Y entonces quien sabe, quizá besarnos, abrazarnos, y por Arceus, incluso pudiera hacer el amor con ella aquí mismo- suspiré de nuevo, imaginando aquello -Sí que le amaría, en tantas formas...eso convertiría este lugar y este árbol como nuestro lugar especial...solo los dos...- terminé de hablar con un último bajo suspiro, seguido de un bocado a mi berry, mirando hacía el camino que me había traído hasta este árbol.

-Lo haré- repentinamente la voz de Shaymin vino debajo de mí, ella se encontraba acostada entre mis piernas, sus patas delanteras encima de mi cintura mientras me miraba fijamente -seré tu pareja, así compensaré lo que has hecho por mí- dijo ella con una sonrisa en su rostro.

-Espera ¿Qué? Tu no estas...ah~- repentinamente quede interrumpido por la dulce sensación de la lengua de shaymin que había acariciado mi entrepierna, provocando que soltará un leve gemido.

-Hicimos todo lo que querías, solo nos falta el beso y hacerlo, juntos- ella mencionó, acariciando el pelaje de mi entrepierna de nuevo con su suave lengua.

-¿Hacerlo...? Ah~- dije algo confuso, la increíble sensación se había apoderado de mi cuerpo, y el hecho de que nunca había sido tocado por nadie más que yo mismo, habían incrementado el placer, provocando que mi miembro masculino se mostrara totalmente duro en frente de ella.

-El amor- dijo ella, lamiendo la punta de ello, suave y lento, pequeñas lamidas que recorrían toda la punta, pero la sensación penetraba hasta lo profundo de mi ser, dejándome sentir mil experiencias nuevas, algo que nunca había sentido antes y que nunca hubiera podido imaginar, actualmente pasando.

-ah~ no tienes...ah~ que hacerlo...- dije entre suspiros y excitación, mi cuerpo tenso y mi largo y ancho miembro a disposición de ella.

-Lo sé, pero yo quiero hacerlo, quiero hacer que sientas como es tener una pareja- ella lamió de nuevo, provocando que aquello soltara una pequeña gota de líquido transparente justo en la punta, viscoso, entonces ella lo limpió de una sola lamida, saboreándolo en su boca. -y yo también quiero sentirlo, como es que tu pareja te ame- entonces ella dirigió su boca a la punta, abriéndola un poco y succionando en cuanto la punta toco sus labios.

-Shaymin...- la miré, sin notar que me encontraba sonriendo, entonces agarre su cabeza por debajo e hice que volteará hacía conmigo, deteniéndola de la acción que realizaba, levantándola con mis manos alrededor de su cuerpo, logrando que ella me mirara de frente, cara a cara, entonces dirigiendo mis labios a los suyos y provocando un beso entre nosotros, uno mágico, era especial y se sentía tan cálido, una felicidad enorme me había invadido, esto era como se sentía tener una pareja...no, esto era mejor, esto era como se sentía tener a alguien que te amara, alguien a quien ames, la criatura ideal y la única con la que podrías pasar el resto de tu vida, la única a la que podrías entregarte en cuerpo y alma sabiendo que ella haría lo mismo para lograr la unión perfecta que los conectaría en ambos sentidos para dejar que lo mejor de la vida pasase...el amor.

-¿Por qué lloras?- dijo ella con una sonrisa en su rostro, sin notar que ella misma se encontraba en la misma situación, lagrimas que cubrían su rostro, lágrimas de felicidad.

-Tú también estás llorando- dije también con una sonrisa, la cual era imposible de ocultar, sin importar lo mucho que se intentara, simplemente era imposible.

Ella se relajó, liberándose de mi agarre y dejando que su entrepierna tocara la mía, entonces cerró sus ojos, quedando en posición, su cabeza contra mi pecho, sobre mi pelaje, a lado de aquella púa metálica que tenía en medio de mis pectorales, y abrazándome fuerte empezó a bajar, provocando que mi miembro comenzara a abrir suave y lento aquella parte que la definía como hembra. Yo podía sentir aquello inmediatamente aferrándose a mi, el cálido y húmedo interior de ella revelaba la verdad detrás de lo que ella sentía, y la verdad era la misma que ella había revelado, amor, cálido y puro, únicamente sus verdaderos sentimientos mostrandose bajo la acción que solo amantes deberían de hacer, solo aquellas criaturas que sintieran un amor real hacia su pareja.

Pero solo nosotros lo sentiamos así, cualquiera que viera la escena seguramente diría que esto no era posible, que solo seríamos criaturas desdichadas que al ser rechazados buscamos consuelo en algo antinatural, sin saber que realmente nos queremos el uno al otro y hariamos cualquier cosa por nuestra pareja, sin dejar que ningún otro sentimiento mas que la unión que tenemos se apoderara de nosotros.

-ah~- ella gimió suavemente, bajando totalmente, mi miembro tocando el fondo de ella, aun cuando no todo se encontraba en su calido interior, ella al notarlo sonrió, lamiendo el pelaje amarillo de mi pecho. -lo siento...eres muy grande...yo no puedo tenerlo todo...- decía con pena, obvia vergüenza en su mirada, ella solo quería brindarme tanto placer como pudiera y yo a ella, entonces acaricié su pelaje sobre su cabeza y ella me miró a la cara.

-No podría pedir nada mejor que tú, tu eres perfecta para mí- sonreí de vuelta, besando su boca una vez mas y poniendo mis manos alrededor de su cadera, subiendola y bajandola lentamente mientras provocaba que su calido interior se ensanchara, succionando mi miembro mientras repetía este movimiento, ella gemía suavemente, leve y dejando salir uno que otro chillido de placer mientras yo continuaba. Volviendome más rápido mientras que ella se tornaba más húmeda, permitiendo que mi miembro se deslizara con facilidad en ella, totalmente dentro y fuera, repitiendo mientras nos besabamos de ratos, únicamente para hacer éste momento mejor, y lo lograbamos.

El tiempo pasó y sentía todas las emociones mezcladas, podía sentirla a ella, a su cuerpo, a sus deseos y a su alma, conectados conmigo, seguramente ella sentía lo mismo, ambos podíamos saber con certeza en que pensaba el otro, sin margen de error, pero no pensabamos, solo disfrutabamos de esta conexión, dejando que nuestros cuerpos hablaran en vez de nosotros, perdidos en el mayor de los placeres, un placer que duraría por el resto de nuestras vidas.

-Hazlo...estaré bien...- ella mencionó al sentir la preocupación que tenía debido al gran grado de excitación en el que me encontraba, mi miembro temblaba un poco y ambos sabíamos que significaba eso. La miré entonces y brindando un fuerte abrazo dejé que todo la semilla de mi interior la llenara, totalmente, tanto que incluso se podría el amor saliendo de ella, goteando y recorriendo suavemente el pelaje entre sus piernas hasta tocar sobre las mías, entonces el suelo, pues no solo yo había dejado que mis sensaciones se liberaran dentro de ella, sino que Shaymin lo había hecho también, aquellos fluidos que bajaban desde la unión entre nuestras entrepiernas era la mezcla del amor que sentiamos el uno con el otro, de la misma manera que ambos nos habiamos mezclado en un solo ser para compartirnos mutuamente en cuerpo y alma.

-Te amo Shaymin, incluso cuando ni si quiera sé como se siente eso, o cuando...- yo decía, quería llenar este ultimo toque, darle mis gracias y mostrarle mi afecto, pero ella ya lo sabía, interrumpiendo mis palabras con un toque de su pata delantera sobre mi boca.

-No digas nada- respondió ella con una sonrisa y besandome una última vez. -yo también te amo- agregó, recargando su cabeza contra mi pecho y cerrando sus ojos.

Sonreí y recargué mi cabeza suave sobre la de ella, como una pluma, cerrando mis ojso también y poniendo mis brazos alrededor de ella mientras nuestro calor se compartía, logrando la perfecta cama para ambos de nostros, sin dejar de mostrar nuestro amor el uno al otro, incluso en sueños.

FIN