Un Aterrizaje Forzoso

Story by grrside on SoFurry

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Un aterrizaje forzoso

Escrito por grrside

Arte por Xenobody

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La verdad es que el contenedor apenas era del tamaño adecuado para transportar la bola de grasa peluda en la que Stuart Thompson se había convertido. Era una caja perfectamente cuadrada transportando una masa de carne, pelo y orificios. Si un escáner de rayos X llegara a examinar el interior de esa caja en ese instante Thompson parecería una pizza bien redondita en su caja de cartón...¡Ay que ver qué pensamientos más curiosos te pasan por la cabeza cuando estás al borde de la desesperación por culpa de tu inminente muerte! La bola de carne se sorprendió a sí misma estar pensando en comida en un momento como este...Debe de ser un mecanismo de autodefensa del cerebro humano...Aunque ahora mismo Thompson no tenía ni idea de dónde estaba alojado su cerebro en su nueva forma.

Cuando la caja fue lanzada al vacío sin pena ni gloria sus peludos pechos de hombre se estrujaron contra la parte superior del contenedor, su culo momentáneamente en el aire. Afortunadamente las paredes del interior de la caja estaban acolchadas para sustentar los golpes que pudieran sufrir su mercancía, así que Thompson nunca estuvo en verdadero peligro de sufrir una fatídica y asquerosa muerte por aplastamiento. Y el exterior de la caja podía soportar temperaturas y velocidades extremas, por lo que tampoco estaba en peligro de congelarse or arder al hacer contacto con la atmósfera...Pero luego Thompson pensó en dónde caería. ¿Y si cayera en medio del océano? No sabía si su cuerpo flotaría, mucho menos nadar cientos de kilómetros de agua hasta dar con tierra usando solamente sus tetas a modo de remos.

[MORE](/?page=MORE)Por supuesto, la ISA había hecho los cálculos necesarios para que la caja aterrizara cerca de un depósito de minerales para terminar con el trabajo de una forma rápida y eficiente. Claro que el margen de error era muy alto, ya que esos cálculos se realizaron con el peso del alienígena original, que era inferior al de Thompson, y por si fuera poco era el primer aterrizaje en la historia de la humanidad en ese misterioso planeta...¡Thompson debería estar orgulloso de su hazaña!...Pero ahora mismo estaba estaba algo ocupado, con sus pezones siendo aplastados contra el techo de su ridículamente pequeña nave de aterrizaje y todo eso.

El paracaídas del contenedor se abrieron gracias a un temporizador y su velocidad de descenso disminuyó y las nalgas de la maloliente bola de carne podían alcanzar el suelo de nuevo. La caja ahora caía con gracia, el planeta aceptando con ansia la entrega de la bola peluda a modo de disculpa por haber sido privado de uno de sus habitantes cuando Thompson sin siquiera saberlo lo desintegró en millones de partículas que ahora vagaban por el vacío.

La caja descendía hacía un denso bosque. Si la caja hubiera dispuesto de ventanas, Thompson habría pensado que el bosque se parecía mucho a los que se podían encontrar en la Tierra en aquellos tiempos en los que los bosques eran su principal fuente de oxígeno antes de que pasaran de moda y reemplazados por las ya típicas plantaciones de oxígeno artificial que tanto dinero generan a las multinacionales. Por desgracia, este bosque no era el punto de aterrizaje intencionado, el depósito de mineral más cercano situado a muchos kilómetros de distancia, cerca de las montañas.

El descenso de Thompson fue interrumpido de forma abrupta cuando la caja se enganchó entre las ramas de unos árboles que se entremezclaban de forma caprichosa entre sí.

Los pelos del sobaco de Thompson se enderezaron al oír el agudo y molesto pitido que emitió su contendor que, junto con la luz parpadeante que se encendió en su exterior, indicaban que la mercancía había sido entregada a su destino.

Thompson acercó sus pezones a la compuerta..Salía un pequeño rayo de luz de ella...Tentativamente, intentó abrirla con su peluda barriga, y la puerta se abrió unos centímetros, pero estaba atascada. Thompson se decidió para variar a hacer algo útil con su obesidad morbosa y, con una mirada decidida en sus pezones, apuntó su ombligo a la puerta y con un pequeño impulso...

*¡CRASH!*

...La compuerta estaba ahora abierta. La cegante luz del sol alumbró su torso desnudo y poco más, ya que no tenía ninguna otra parte del cuerpo. La piel de Thompson era bastante pálida, ya que nunca mostraba su cuerpo en público, no fuera a ser de que se burlaran de su amplia barriga. Sus pezones se ajustaron con dificultad a la luz del sol después de haber estado encerrado tanto tiempo en la completa oscuridad del interior del contenedor, y cuando su visión se aclaró, vió que algo estaba definitivamente mal. La caja no había llegado al suelo, estaba atrapada entre las copas de los árboles. Sus pezones se retractaron, asustados. Intentó equilibrar su peso, pero al dar ese barrigazo a la puerta la caja estaba a punto de caerse. Thompson no tuvo más remedio que impulsarse con sus nalgas para dar un patético salto dramático hacia una rama cercana. El contenedor cayó en la mugre, su compuerta dando un sonoro golpetazo al chocar contra la dura pared metálica del contenedor. El paracaídas se rajó en pedazos por culpa de las afiladas espinas que sobresalían de las ramas de los árboles. No es que el paracaídas le fuera ya a ser de ninguna utilidad, pero a Thompson se le puso la piel de gallina al ver cómo esas afiladas espinas hacían trizas ese resistente material. Si el redondo cuerpo de Thompson fuera un globo, habría explotado al más mínimo contacto con esos pinchos tan afilados. Thompson miró hacia abajo. Estaba en una de las ramas más altas de ese árbol. La distancia no era mortal en sí misma, pero las afiladas espinas desangrarían su ya suficientemente maltratado cuerpo. Pero había otras ramas cerca...¡Si calculaba bien sus saltos, podría usarlos a modo de escalera! Solo tenía que esquivar las que tenían espinas...

Manipuló su grasa con cuidado y dió un pequeño bote hacia una rama situada más abajo...Perfecto. Se giró hacia la siguiente rama y dio otro pequeño bote...Aterrizar, aterrizó bien, pero esta rama no pudo soportar su peso y se resquebrajó.

Thompson intentó gritar con todas sus fuerzas, pero no salió ningún sonido de su ombligo que no fueran cómicos ruidos estomacales. Pero milagrosamente, no se estrelló con ninguna de las espinas afiladas...Ni contra el suelo. Thompson estaba en el aire, pero aún así experimentó un gran dolor en sus bajos. Sus pezones se erizaron con terror al ver que entras las caprichosas y resistentes ramas se hallaba atrapada su cola. Su "cola" era lo que antes solía ser el prepucio y el tronco de su pene. Y la otra punta de esta "cola" estaba directamente conectada a sus testículos internos. ¡Era horrible! Thompson se sentía como si le estuvieran intentando arrancar los huevos y arrancarle la polla al mismo tiempo, y el hecho de que sus nuevos testículos fueran internos sólo hacían hacerle sentir más profundamente violado. Intentó liberarse balanceándose de un lado para otro, no muy diferente a como se mueve el péndulo de un reloj de pie. Intentó tocar el suelo con sus pezones, para que por lo menos su cola no estuviese tan estirada, pero fue fútil. Se rindió, le faltaban unos pocos centímetros para llegar al suelo y lo único que conseguía era estirar dolorosamente sus genitales aún más, y no quería que se partiesen en dos...Y siempre decían que el tamaño de tu pene no era para nada importante, pero...¡Joder! ¡Si Thompson hubiera sido bendecido con un falo un par de centímetros más largo no tendría que estar sufriendo tanto ahora mismo!

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Una suave brisa acariciaba los pelos de la redonda masa de carne, balanceándola de un lado para otro colgada de su única extremidad. El viaje de Stuart Thompson parecía haber llegado a un punto muerto incluso antes de que llegara a "aterrizar", propiamente dicho, en el planeta.

Sus pezones apenas distinguieron las formas de unas criaturas sobrevolando el cielo. No podía distinguirlas con claridad desde esa distancia, pero parecían ser "pájaros" de un tamaño imponente. Ojalá que no fueran carnívoros, ya que el expuesto e inmóvil Stuart Thompson era una albóndiga jugosa y regordeta lista para degustar. Con un poco de suerte, no notarían su presencia si no hacía ningún movimiento brusco. Así que siguió haciendo lo único que era capaz de hacer: quedarse colgado. Afortunadamente estas criaturas no advirtieron su presencia y prosiguieron su rumbo. Thompson dió un mudo suspiro con su ombligo pero, al relajarse, se dió cuenta de que tenía otro problema grave: tenía que mear. Y no podía orinar con su pene atrapado de tal forma, así que se aguantó las ganas...Pero al cabo de unos minutos empezaba a ser doloroso, incluso podía notar sus primeras gotas de orina empapando la tierra alienígena...Espera un momento...¿Cómo era eso posible? Estaba seguro de que las ramas de los árboles mantenían su prepucio vacío completamente cerrado, pero estaba notando cómo su orina recorría su peluda espalda y caía al suelo. Entonces es cuando se dió cuenta de que el susodicho líquido provenía del interior de su ano, pero no era diarrea, era claramente orina, a juzgar por su aspecto y del hecho de que no dolía al salir. Intentó relajarse y soltar el resto, y una gran meada salió a chorro de entre sus nalgas. Thompson recordó las conversaciones que mantenían entre sí los científicos al hablar de su miembro, cuando se refirieron a su cola como un vestigio evolutivo sin ningún tipo de propósito. No la llamarían eso si fuera capaz de colaborar en su sistema digestivo. Pero el maldito doctor que controlaba las manos gigantes tuvo que hacer la "gracia" de reciclar la piel de su pene para hacer su cola y ahora dolía horrores ya que era tan sensible como su antiguo miembro viril.

Cuando estuvo a punto de terminar esa función corporal tan básica, el chorro dejó de fluir bruscamente. El estómago de Thompson gruñó. Parecía tratarse de una indigestión. El dolor era horroroso. La sudorosa barriga sudaba horrores mientras intentaba expulsar lo que parecía ser la mayor cagada de su vida. Finalmente, algo frío y sólido fue expulsado de su ano y cayó al suelo. Era un ladrillo negro y rectangular, del tamaño de un pequeño "smartphone". ¡Mierda! ¡Se había olvidado de ese dispositivo! Se suponía que iba a ser su único medio de comunicación con el resto de la galaxia. Pero no podía alcanzarlo, y aunque pudiera, ¿cómo iba a ponerlo en funcionamiento con su inútil cuerpo? Una pequeña luz roja se iluminó en una esquina del dispositivo mientras emitía un pitido agudo y juguetón. Dos brazos mecánicos surgieron en ambos lados del dispositivo y dos pequeñas piernas hicieron lo mismo por debajo. La parte de arriba se desencajó del resto del cuerpo por un pequeño cilindro mecánico. Dos puntos de luces LED rojas se encendieron en esta "cabeza" y otra luz hizo lo mismo, esta otra siendo una línea horizontal debajo de los dos puntos. Thompson no pudo evitar pensar que irónicamente estas simples formas geométricas parecían mucho más humanas que sus pezones y ombligo. A continuación el dispositivo se puso en pie gracias a sus piernas robóticas y se limpió los restos de orina de Thompson que quedaban en su cuerpo con sus manos...¡Oh, cómo le gustaría a Thompson tener extremidades como esas de nuevo!

El robot, mirando atentamente en la dirección opuesta a Thompson, comenzó a hablarle al tronco del árbol que situado enfrente suya.

"Saludos, soy el robot de la Agencia Espacial Interplanetaria con número de serie 3327-A48, pero puede enviarme órdenes de voz refiriéndose a mi persona como "Isabot". ¡Seré su fiel compañero de viaje, Señor Thompson!" La vez del aparato era monótona pero inadecuadamente feliz. "Mi base de datos ha sido precargada con toda la inteligencia que pueda usted necesitar en su misión, así que si en cualquier momento desea un resumen rápido de sus objetivos, analizar cualquier forma de vida alienígena que encuentre o comprobar la previsión del tiempo solo tiene que decir en voz alta "Isabot", seguido del comando que desee que lleve a cabo".

Eso sería algo complicado de hacer considerando que la boca de Thompson ahora era un inútil ombligo.

"Debo recordarle. Sr. Thompson, que su misión ha sido registrada como "Confidencial"." De repente la voz de Isabot se volvió mucho más grave y seria. "SI USTED DIVULGARA CUALQUIER TIPO DE INFORMACIN RELACIONADA CON LA NATURALEZA DE SU MISIN A UNA TERCERA PARTE NO AFILIADA CON AGENCIA ESPACIAL INTERPLANETARIA CORPORATION NOS RESERVAMOS EL DERECHO DE LLEVAR SU BRECHA DE CONTRATO A JUICIO Y SU EMPLEO EN AGENCIA ESPACIAL INTERPLANETARIA CORPORATION SE DARÁ POR FINALIZADO DE FORMA INMEDIATA." Y luego volvió su voz alegre e infantil. "Por cierto...¡Es el primer ser humano en aterrizar en este planeta! ¿Quiere compartir este logro en sus redes sociales?...Oh, no hay hotspots Wi-Fi por aquí cerca; acción abortada."

Isabot no parecía ser un robot muy coherente, que no era para nada una sorpresa considerando que su inteligencia artificial era un montón de frases predefinidas y piezas de información triviales.

"Pero antes de comenzar su misión, déjeme unos segundos para calibrar mi sensor de reconocimiento visual. Por favor, manténgase lo más inmóvil que pueda durante el proceso..."

Un pequeño láser surgió de la línea horizontal que se suponía que representaba su boca que escaneó la zona vacía enfrente suya.

"¿Uh? No puedo verle Sr. Thompson. Lo intentaré de nuevo. Por favor, manténgase lo más inmóvil que pueda durante el proceso..."

Y una vez más el robot no encontraba nada, ya que Thompson estaba colgado en el aire justo detrás de él.

"Aún no puedo encontrarle. Lo intentaré de nuevo, pero esta vez usaré mis sensores de calor para encontrar la forma de vida más cercana."

Esto pareció funcionar, ya que Isabot se dió la vuelta y vió a la bola de carne que colgaba de sus torturados genitales.

"¡Oh, hola señor Thompson! ¡Tienes buena cara hoy!"

Thompson frunció el pelo del pecho indignado. ¿Acaso ese montón de metal no era capaz de darse cuenta de que estaba ombligo-abajo? El robot se le acercó y alargó sus piernas de modo que sus ojos estaban al mismo nivel que el torso peludo. La masa de grasa se agitaba. "¡Tienes que bajarme, por favor ayúdame!", quiso decir. El robot hizo caso omiso de su sufrimiento y prosiguió con su proceso de "calibración". El robot escaneó la barriga, tomando nota del número y posición de cada uno de sus pelos, antojos y granos. El robot sin mostrar ningún tipo de modestia giró el torso, para poder inspeccionar su espalda, su pene formando un nudo. Sus sobacos fueron toqueteados. El tamaño de sus tetas fue medido y sus nalgas separadas por las frías manos metálicas del robot para poder contar los pelos que rodeaban su ano.

"Muy bien, te tengo memorizado. ¡Ahora nunca te olvidaré!" El robot dejó de sujetar la monstruosidad que sostenía, y el nudo en el pene de Thompson se deshizo haciéndolo girar cómicamente.

"Por cierto, tienes un buen cuerpo. ¿Vas al gimnasio?" Isabot dijo mientras acariciaba los grasientos pechos de Thompson como si fueran pectorales musculosos. Los programadores de Isabot pensaron que hacer el robot dijera un par de cumplidos después de la calibración ayudarían a relajar la tensión del sujeto, por muy falsos y forzados que sonaran.

A Thompson no le hacía gracia tanto toqueteo. ¿De verdad era el robot tan tonto como para no darse cuenta de su peliaguda situación?

"Oh, ahora que te puedo ver con claridad...¡Parece que estás del revés!"

¡Por fin!

El robot escaneó el área y notó que Thompson estaba atrapado por las ramas de los árboles.

"¡Cielos, parece que le tendieron una trampa! ¡Los indígenas son más inteligentes de lo que creíamos! ¡No se preocupe, le liberaré en un santiamén!"

Bueno, parece que no había acertado que la razón de que estaba atrapado era su propia torpeza, pero al menos le iba a ayudar a bajar.

El robot alargó aún más sus piernas hasta que sus ojos estaban al nivel del miembro viril de Thompson.

"¡No se preocupe, estoy armado con un gran arsenal de herramientas! ¡Aparte de la herramienta de extracción de minerales, también estoy equipado para situaciones de emergencia como ésta!"

Isabot agarró la polla de Thompson con fuerza con una mano y de la palma de la otra salió lo que parecía ser una sierra eléctrica en miniatura.

"¡No hay ningún trozo de cuerda que no pueda cortar con esto!"

Espera un momento, ¡¿qué "trozo de cuerda"?!

La sierra empezó a rugir de una forma cómicamente ruidosa para una ser una herramienta tan diminuta, parecía sacada de unos dibujos animados para niños...Si no fuera por el hecho de que cuando hiciera contacto con la piel de Thompson todo se volvería muy sangriento.

Pero en un giro del destino, justo cuando las afiladas hojas de la sierra eléctrica de Isabot iban a cortar el maltratado pene en dos, una luz roja empezó a parpadear en una esquina de la cara de Isabot.

"¡Oh, no! ¡Qué problema!"

La sierra volvió a meterse dentro de la palma de la mano de Isabot y éste volvió al nivel del suelo, las formas geométricas de su cara formando una expresión de preocupación absoluta.

"¡Sólo me quedan menos de 25664 horas de batería restante! ¡Sería catastrófico si me quedara sin energía en mitad de la misión! Entraré en modo de ahorro de energía, pero no se preocupe, ¡puedo ayudarle en su misión incluso en esta modalidad! La única diferencia es que usted será el encargado de desplazarme de un lado para otro."

Y tras soltar eso, el robot se situó detrás de Thompson y con la ayuda de sus piernas extensibles no tuvo problemas en meterse su cabeza dentro del culo de Thompson de un salto. En apenas unos segundos, las extremidades del robot se retractaron hasta que sólo era un ladrillo negro de nuevo que su ano absorbió con la misma facilidad que un supositorio gigantesco. En otras palabras, resultó muy doloroso. Pero al menos sus genitales estaban a salvo.

Ahora lo único que quedaba era bajar del árbol, escapar del planeta y con un poco de suerte recuperar su humanidad.

Es decir, que tenía que lidiar con exactamente los mismos problemas que tenía antes de que Isabot hiciera su aparición.

El ombligo de la barriga viviente produjo una mueca inaudible, lo más parecido a un suspiro de frustración que Thompson era capaz de hacer.

***

No era para nada fácil ser el único retoño del líder de la aldea. Mientras nadie se atrevía a cruzar pezones con los musculosos y peludos pectorales de su padre, su hijo no era ni la mitad de macho que él. Apenas tenía músculo...Sí que era más peludo que el aldeano medio, pero con su forma regordeta nunca llegaría a intimidar a nadie. Y por si fuera poco la marca de nacimiento rosa situada bajo su sobaco izquierdo daba la sensación de que acababa de darse un sopapo al tropezar con una piedra. Como su marca de nacimiento era su rasgo más característico, los otros le conocían por el nombre de "Marca", o "Mark" para los amigos. Pero aquel mote no era despectivo, ya que, a falta de cualquier tipo de lenguaje hablado o escrito no había forma de decirle a nadie cómo te llamas, así que lo único que podías hacer es intentar adivinar cómo los demás se referían a ti en sus pensamientos. Por ejemplo, Mark llamaba a su padre simplemente "Padre", pero lo más seguro es que la mayoría de aldeanos le llamaban "Líder" y los más pequeños e impresionables "Pectorales Mortíferos". Y Mark sabía demasiado bien que no se equivocaban al llamarlos mortíferos, ya que cada vez que su padre pensaba que su decepcionante hijo necesitaba una tunda le golpeaba con fuerza con esos duros y dolorosos músculos. Y Mark no paraba de darle más razones para que le diera una paliza...¿Cómo se suponía que su regordete hijo llegaría a ser macho alfa, mucho menos líder de una aldea entera? Los puntiagudos pezones de su padre se estremecían cada vez que pensaba en que después de su muerte su hijo sería declarado macho omega y que otra de las arrogantes pero mucho más masculinas barrigas de al aldea fuera declarada líder, el prestigioso legado de su familia quedando reducido a cenizas.

Pero un día Mark hizo un gran descubrimiento que le haría mucho más musculoso y en forma para cumplir su rol como sucesor. ¿Ejercicio? ¡Joder, no!...¡Echándose una siesta! Pero no una siesta cualquiera en cualquier lado, claro está. No se lo digas a nadie, que esto aún es alto secreto, pero el descubrimiento de Mark era asombroso: Se dió cuenta de que si se echaba una siesta en la sombra de un árbol el tiempo suficiente, su piel morena natural se volvía más blanca...¡Aumentando el contraste entre el color negro de su pelo y su piel! Con esto conseguía resaltar los pelos que ya tenía, dando la ilusión de que tenía más pelo y por ende, que era más machote. ¡Debía ser un puñetero genio para darse cuenta de que las sombras afectaban al color de la piel! Debe de ser un efecto causado por el aroma de hojas frescas...O algo así. Una pena que no pudiera explicar su descubrimiento a los demás torsos. Pero mejor para él, así podría convertirse en el más machote de la aldea sin ningún tipo de esfuerzo. Así que en cuanto tuvo la oportunidad se "escapó" de la aldea y se adentró en el bosque que había en las afueras para poner en práctica su "teoría".

No le llevó mucho tiempo encontrar el sitio apropiado, una buena sombra bajo el tronco de un gran árbol cuyas espesas hojas bloqueaban todo rayo de sol. Mark dió un par de pequeños botes hacia él y frotó su espalda en la madera. Dolía horrores, pero si con esto conseguía absorber sus aromas "desmorenizadores" más rápidamente, un par de simples rozaduras en su piel valían la pena. Y luego sólo era cuestión de ponerse cómodo y esperar a los resultados. Dejó caerse y enseguida su visión comenzó a emborronarse, sus pezones soñolientos mirando a la nada. Era un día caluroso, y el tierra en la sombra estaba fresquita. Este tal "bosque" era un lugar maravilloso. ¿Por qué estaba prohibido que los aldeanos se aventuraran solos en él? Le importaba un pepino, porque estaba a punto de hacer que los vagos rechonchos como él sabían hacer mejor: echarse una siesta.

La joven bola de carne estaba a punto de entrar en la fase de sueño MPR (Movimiento de Pezón Rápido) cuando notó un cosquilleo justo debajo de su ombligo. "Pataleó" con su grasa inferior, pero ni se molestó a mirar qué era. El cosquilleo se movió, subiendo por su pecho. A Mark le pareció un cosquilleo muy peculiar; era raro que un cosquilleo se mueva por sí mismo, así que tensó sus pezones y miró abajo. ¡Resultó ser un pequeño insecto! Nunca había visto ninguno como este en la aldea. Si Mark hubiera estado en la Tierra, habría pensado que se parecía mucho a una hormigas de fuego gigante, excepto que no tenía patas por lo que se desplazaba como una oruga. Tampoco tenía ojos en su cabeza, solo antenas y una gran mandíbula. Pero la verdad es que era bastante mono y la forma en la que se deslizaba por su pecho daba cosquillitas...Mark se preguntó si lo podría traer a la aldea y quedárselo como mascota. Seguro que sería la envidia de todas las barrigas del lugar y-

*¡Clinch!*

Antes de que pudiera reaccionar, ¡el puñetero insecto había mordido su pezón izquierdo con fuerza! Su ombligo se torció en un grito de dolor inaudible. Era lo más doloroso que había sentido nunca, ¡y encima con su pezón aplastado apenas podía ver! La joven barriga se contorsionaba intentando liberarse de las mandíbulas del insecto, pero lo único que conseguía es que el tórax del insecto bailara junto con sus movimientos. Mark siguió rodando de un lado para otro hasta que tropezó con una piedra, catapultándose hacia el cielo. Lo bueno es que el insecto se dió por vencido y se soltó, pero Mark cayó por una pendiente a toda velocidad, rodando como si fuera una bola para jugar a los bolos que acababa de ser lanzada pero, en lugar de derribar los bolos, se estrelló contra un superficie muy dura. Se sentía confuso, mareado y dolorido, su ombligo escupiendo montículos de tierra. La superficie contra la que se acababa de estrellar era un artefacto metálico en forma de cubo; era la caja en la que Thompson había llegado al planeta hacía apenas una hora. Mark nunca había visto nada parecido en su vida. Le dió un pequeño toque con su barriga, curioseando la extraña cápsula. La superficie era dura y se sentía fría en su piel. También estaban colgando de las ramas de los árboles restos de un paracaídas, trozos de una tela resistente esparcidos por doquier y un tío colgado de una de las ramas de un árbol por su cola.

...Espera, esa última parte resultaba algo fuera de lugar. Mark no esperaba encontrarse con nadie más en el bosque ya que él mismo se enfrentaría a una buena zurra por parte de los pectorales de su padre en cuanto volviera...¿Y cómo demonios se había subido este tío ahí arriba? Mark dió un par de botes cautelosos hacia esa barriga desconocida...¡Y se dió cuenta de que era enorme! Nunca antes había visto a alguien con unas tetas tan obscenamente gordas y caídas, la gravedad tirando de ellas no ayudando para nada. Su espalda era casi tan peluda como su pecho, ¡ni siquiera Padre era tan peludo! Y encima su piel pálida ofrecía un gran contraste con su vello corporal...¡Mierda, le había robado su idea! Es como si este tío nunca hubiera sido moreno...¿Quizá si te cuelgas de un árbol absorbes aún más el aroma desmorenizante? Debería de probarlo él también algún día, aunque sería difícil, considerando que Mark, como el resto de los aldeanos, perdió su cola cuando era apenas un crío. ¿Cómo había podido esta misteriosa barriga sobrevivir tantos años con su cola intacta? Parecía demasiado grande y peluda como para tratarse de un niño.

Mark aún recordaba el día en el que perdió su cola como si fuera ayer, cuando aún ambos de sus padres estaban vivos. Era la primera vez que nadaba en el lago. El agua se notaba muy fría al principio, pero al cabo de un rato era difícil querer salir. Su pequeño cuerpo sin pelo flotaba en el agua como una pelota de waterpolo, por lo que podía nadar durante una eternidad sin apenas cansarse. Era una maravilla. Sus padres empezaron a impacientarse y Padre hizo unas señas enfadadas con sus pectorales para avisarle de que ya era hora de volver a la aldea con los demás. Cuando finalmente salió del agua se sintió distinto...¡Su cola no estaba! Solo quedaba un trocito de piel suelta colgando de su entrepierna. Gesticuló con su pezones a sus padres para que vieran lo poco que quedaba de su querida colita. Pero Padre simplemente agitaba sus músculos hacia adentro, "riéndose" y señalaba con sus pezones al punto del lago donde unos peces pequeños pero de aspecto feroz estaban peleándose por devorar un trozo de carne. A Mark le parecía una escena sacada de una pesadilla, pero todo el mundo actuaba como si fuera la cosa más natural del mundo. Es más, poco días después Mark empezó a presumir de su nueva entrepierna a las pequeños niños del poblado y le miraban con envidia, todos queriendo tener el símbolo de madurez que representaba el no tener cola.

Por lo tanto, esta era la primera vez que Mark veía la cola de un hombre adulto. Mark se miró el pequeño trocito de carne que colgaba de su entrepierna y se preguntó cómo hubiera sido su propia cola si aún la tuviera, ¿sería igual de larga y peluda que la dolorosamente estirada cola del extraño?...Umm...Ahora que lo pensaba la cola que sobresalía de su peluda entrepierna era su rasgo más característico...Deben de llamarle así en su aldea.

Colapeluda se giró y notó la presencia de Mark, sus tetas grandes y peludas horrorizadas al verle, pero su ombligo estaba abierto, con una mezcla de sorpresa y fascinación...Jopé, ni que fuera la primera vez que se encontraba con otra barriga viviente en su vida. Colapeluda empezó a forcejear, sus grasientos senos apuntando a su cola atrapada, como intentando pedir ayuda. "¡Pues no haberte subido ahí arriba en primer lugar, cabrón!", pensó Mark. Pero Mark era un buen samaritano, así que en un pispás ya estaba formulando un plan para sacar a Colapeluda de su peliaguda situación. Era imposible alcanzarle dando botes, apenas le rozaba por un par de centímetros. También intentó mover la caja metálica gigante para apoyarse en ella, pero era demasiado pesada. Por suerte encontró un pedrusco redondo que era fácil de hacer rodar hasta donde estaba Colapeluda sin ningún problema. Mark saltó encima de ella y ahora estaba justo encima de la bola de grasa colgada del revés. No estaba lo suficientemente alto como para llegar a la rama problemática, pero si pudiera aplicar un poco de gravedad...

***

Thompson se horrorizó, sabía perfectamente lo que el alienígena estaba pensando hacer, y no le gustaba ni un pelo. El alienígena saltó encima suya y a Thompson le pareció que su pene finalmente se partiría por la mitad...Pero afortunadamente fueron las ramas las que se partieron por la mitad gracias al peso combinado de los dos y ambos cayeron al suelo, Thompson espachurrado entre el suelo y el extraño alienígena.

Había tardado más de la cuenta, pero, por fin, Thomson había aterrizado en territorio alienígena en todos los sentidos.

Se levantaron y se quitaron la tierra de encima agitándose como perritos después de una ducha. Thompson se sentía muy agradecido por el alienígena, no esperaba que fueran tan inteligentes y amables. Al menos, muchísimo más inteligentes y amables que el robot había resultado ser. Quería darle las gracias, pero no tenía ni idea de cómo estos alienígenas se daban las gracias unos a otros. El alienígena parecía contento de que se encontrara bien, por el modo en que estaba dando brincos alrededor de Thompson. La apariencia de la criatura no distaba mucho de su cuerpo actual, también parecía un torso humano masculino viviente, pero era más pequeño y joven...Probablemente apenas era un adulto. Notó que tenía una marca de nacimiento bajo el sobaco izquierdo...Umm..."Marca"...Thompson hizo una anotación mental: "El alienígena con una marca bajo el sobaco izquierdo es un buen tío...Creo que le llamaré "Mark", total, no creo que ni siquiera sepa lo que significa tener un nombre." Sorprendentemente, la entrepierna del alienígena no tenía ni rastro de ningún miembro como el de Thompson solo tenía un trozo de carne suelto en su entrepierna...Quizás había sido la merienda de una bestia alienígena gigante. Pobre chico.

"¡Atención, señor Thompson!"

La barriga más gorda y peluda de las dos dió un pequeño brinco de sorpresa. Era la voz de Isabot, saliendo directamente desde su estómago. La barriga con la marca de nacimiento pensó que el pobre hombre tendría indigestión después de haber estado tanto tiempo colgado, por lo que los ruidos de su barriga no deberían de ser nada serio.

"¡Como te dije, te seré útil incluso en modo de ahorro de energía!" Sí, claro, "útil"...

"Mis sensores han detectado dos formas de vida sin identificar acercándose a tu posición! Tiempo estimado hasta el contacto: <1 minuto(s)."

Como el primer ser humano en el planeta, no era sorprendente que estuviera a punto de descubrir una nueva especie. Aparte de las susodichas barrigas como la él era ahora y un par de plantas y minerales, el planeta aún era un auténtico misterio...Oh, hablando de minerales, no se suponía que el objetivo de su misión era de encontrar ese mineral tan valioso, el "Unobtanium"? Thompson se preguntó si encontrar el mineral y volver a casa de rositas sería realmente tan sencillo si bajar de un simple árbol ha sido todo un desafío.

"Te recomendaría que te ocultaras de su campo de visión hasta que podamos confirmar que no son hostiles."

¿"Hostiles"? Entonces es cuando Thompson se dió cuenta del lío en el que se había metido. ¿Y si las barrigas rechonchas eran el plato favorito de los depredadores del lugar? Thompson miró al trozo de carne que colgaba de la entrepierna de Mark, que seguía dando brincos de alegría. ¿Cómo podía alertarle del peligro inminente para que se ocultara antes de que el resto de Mark también fuera devorado?...

"Tiempo estimado hasta el contacto: <10 segundo(s)."

...Quizás ya era demasiado tarde para eso...Pero, ahora que lo pensaba...Isabot ha sido bastante inútil hasta el momento...¿Y si estas "formas de vida sin identificar" resultan ser pequeños e inofensivos insectos? Después de todo, confundió sus tetas grasientas por pectorales musculosos, así que sus cálculos no pueden ser muy de fiar y además-

Thompson nunca terminó ese monólogo interno, ya que de repente y una sombra gigante se abalanzó sobre él. Si hubiera podido hacerlo, habría dado el mayor grito de terror que habría dado en su vida...Aunque tampoco es que gritar le hubiera servido de mucho...

*¡PUUUM!*

Thompson sintió toda la grasa de su cuerpo siendo aplastada por el peso de una gran y oscura por la criatura más horrible que había visto jamás, como si hubiera salido de su peor pesadilla...

"¡Guau, Señor Thompson. su frecuencia cardíaca se ha vuelto loca por un segundo! ¿Ha pasado algo?...¿Señor Thompson?...¿Se encuentra bien?...No puedo operarle mientras estoy en modo de ahorro de energía, así que intente no hacerse mucha pupa mientras tanto, ¿vale?...Umm....Señor Thompson, apenas puedo notar su frecuencia cardíaca, acaso ha muerto y/o caído inconsciente?...Sería preferible que no se encontrara en ninguno de esos dos estados, ya que usted sabe muy bien que tiene un deber que cumplir, no es el mejor momento para holgazanear, ¿sabe?..."

¿CONTINUARÁ...?