Un Amigo Para Jim (Spanish Edition)

Story by grrside on SoFurry

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Un Amigo Para Jim

Escrito por grrside

Cuando ibas al instituto, probablemente oíste hablar de ese niño. Sí, ESE niño. ¿El chico raro ese, que siempre se sentaba solo, el blanco perfecto para todas las bromas pesadas?

Ése soy yo.

Y para colmo tampoco soy exactamente agradable para la vista, ya que parezco el típico Husky siberiano de toda la vida pero mis ojos son de un tono gris aburridísimo, cuando el resto de mi raza suele tener esos ojos azules tan penetrantes, bleh. Siempre suelo llevar el mismo chubasquero celeste en invierno o una camisa del mismo color en verano. El mes pasado cumplí los 18 (nadie me visitó el día de mi cumpleaños, tampoco es que yo intentara invitar a nadie de todas formas) pero aún así tampoco es que me sienta como si me hubiese convertido en un adulto. Lo que es más, todo el mundo (especialmente mi madre) no para de repetirme que tengo cara de cachorrito. Qué pesados, sólo quiero crecer ya e irme de este pueblucho lo antes posible...Y no puedo hacer eso sin parecer un cachorrito abandonado. Si te contara que mi ADN es 1/16 parte lobo, jamás me creerías.

Jopé, ¡te he soltado todo ese rollo y aún ni siquiera te he dicho mi nombre! Me llamo Jim Sockett. Con doble "T". ¡Y ni se te ocurra llamarme Jimmy!

Dejando eso a un lado, la siguiente historia ocurrió en un frío día de invierno, el cielo tan gris y aburrido como mis ojos, mi pelaje blanco con manchas grises volviéndome casi invisible. Mi hermano de 26 años se había fracturado una pierna en un partido de fútbol...Oh, no te preocupes mucho por él, la operación fue rápida y exitosa, y ahora mismito está perfectamente. Pero mis padres tuvieron que llevarlo al hospital en coche y claro, mi madre no va a dejar que su "adorable e inocente cachorrito" se quedara solo en casa, así que me obligaron a pasar la tarde en casa de mi tío mientras estaban fuera. Mi tío vivía cerca, pero aún así no recuerdo la última vez que le vistamos. Me parece haber oído que le habían despedido de tres trabajos distintos en dos meses y la verdad, no me sorprendería que fuera cierto. Como era el hermanastro de mi padre era 1/8 parte lobo y al igual que antes nunca te lo creerías si le vieras con tus propios ojos...Aunque por razones completamentes opuestas, ya que él es un completo vago. Sí, era un vago barrigudo adicto a la comida rápida y al alcohol. Al contrario que mi padre, que es un Husky de pura raza, él era un cruce (como ya he dicho, es un hermanastro, no un hermano directo) y mientras se podían distinguir los rasgos característicos de un Husky en él, su pelo era mayormente de un color marrón claro.

Pero ya no te voy a aburrir con más descripciones. Bueno, como te contaba, me habían obligado a pasar la tarde en casa de mi tío culo gordo, y a medio camino llegué a un descampado lleno de hierba que me llegaba a las rodillas. Y allí es donde le conocí...

"¡Oh, cáspita! ¿Dónde estáis? ¡No me abandonéis...!"

Entre toda esa hierba había una pequeña rana buscando algo. Su ropa estaba sucia...Probablemente se trataba de algún sintecho. La verdad es que había un tono de desesperación en su voz.

Para bien o para mal, me acerqué y le pregunté qué es lo que estaba buscando con tanta urgencia.

"¡Mis gafas! ¡Mi vida depende de ellas! ¡Oh, mis pobres gafas...Deben de sentirse tan solas sin mí...!"

Me pregunté por qué un vagabundo estaría tan interesado en unas simples gafas de lectura, los sintecho suelen preferir emborracharse en medio de la calle antes que ponerse a leer en una biblioteca. Pero por alguna razón me ví obligado a ayudarle en su búsqueda. No había pasado más de un minuto cuando...

"¡CRAAACK!"

...Noté un crujido en mi zapato izquierdo. Espero que no fueran...

"¡Mis gafas! ¡Están hechas pedacitos!..."

"¡Lo...Lo siento muchísimo! ¡No sabía que fueran a ser tan pequeñitas! Sé que debería haber sido obvio considerando lo pequeño que eres...¡Ups, perdona, no quería insultar tu estatura, es solo que...!"

"¡Qué horror...Qué HORROR! Esas gafas eran mi único billete de salida de este infierno...Y ahora...¡Oh, amarga ironía!", la rana empezó a llorar.

"¡Para el carro, tampoco es el fin del mundo, no hace falta ser tan dramático! Mira, te traeré unas nuevas, ¿vale? Quizás unas baratillas, o unas de segunda mano, quizá mi tío tenga-..."

La rana se levantó de repente, sus lágrimas completamente desvanecidas. "¡Decidido!" Dijo con una pose triunfante.

"-...algunas de repuesto en su...Espera, ¿qué? ¿Qué está decidido?"

La rana dio un brinco y se dejó caer en mis brazos como si nada con una sonrisa llena de dientes podridos. Un olor nauseabundo penetró mis fosas nasales.

"¡Me llevarás hacia las gafas nuevas!" Dijo con suma alegría. "¡Y cuando sea rico y famoso, te llevarás parte de los beneficios!".

"...Sí, claro..." dije sin creerme ni una palabra de eso.

Intente quitármela de encima, pero la apestosa rana estaba agarrada a mis brazos como un poseso...Supuse que no tenía más remedio que llevarla conmigo...

***

Como de costumbre, el tío Benjamin estaba desplomado en el sofá, lata de cerveza en mano, un buen surtido de aperitivos grasientos en la mesa y el partido de fútbol a todo volumen en la tele.

"Esto...Tío...Eh..."

Sus ojos no se despegaban de la tele.

Tosí un par de veces y lo intenté una vez más, "Tío Benjamin..."

"Ya te he oído entrar, Jaimito", dijo sin dignarse a mirarme a la cara. ¡Cómo odio qué me llame así! "Vete arriba a jugar o lo que sea que los niños de hoy en día hacéis para divertiros".

No creo que haya nada con lo que divertirse en casa de este culo gordo. Pero eso no era lo que importaba ahora.

"No es eso, mientras venía hacia aquí me encontré con...Un invitado sorpresa".

Le enseñé la rana, que le dijo "¡Hola!" con una sonrisa de llena de felicidad pura y radiante...Y de un aliento espantoso.

Benjamin por fin se giró y miró al vagabundo posado sobre mis manos.

"¿Qué esa asquerosidad maloliente?", exclamó. Le dijo la sartén al cazo. "Deshazte de esa cosa afuera, no la dejes dentro más tiempo o ¡el pestazo perdurará por meses!" Creo que ya es demasiado tarde para evitar eso; la casa ya estaba perfectamente perfumada por mi tío.

"¡No es una "cosa", es una persona!" protesté.

"Lamento tener que interrumpir vuestra agradable conversación familiar...", dijo la rana. "¡Pero las gafas nuevas están esperándome!"

"Umm...Tío, ¿Tienes algún par de gafas de sobra? Las necesito para librarme de esta asquerosidad malolien-...Ejem...De esta rana."

"Yo que sé, hay un montón de basura en el piso de arriba", dijo Benjamin. En la pantalla de la tele un toro derribó un conejo del equipo contrario. "¡Eso era falta! ¡El árbitro no tiene ni puta idea!"

Ignoré las quejas malsonantes de mi tío y subí las escaleras. La mayor parte de las habitaciones de esta planta se usaban como simples almacenes de chatarra ya que mi tío vivía solo. Despúes de una larga búsqueda, encontré un par de gafas en uno de estos "almacenes". Era un viejo y pequeño par, probablemente usado por Benjamin cuando era un cachorro considerando su color azul fosforito, posteriormente abandonadas ya que mi tío no quería parecer un "empollón".

"¡Son perfectas!", dijo la rana.

Estoy seguro que usar las gafas de otra persona sin comprobar su graduación no podía ser bueno para la vista, pero si le gustan, bien por él.

"Bien por tí", le dije.

"¡Sip!", dijo con una sonrisa.

"Pues..."

"¿Sip?"

"¿...Cuándo te vas?", le pregunté, irritado.

"¡No puedo irme así como así! ¡Te prometí parte de los beneficios!"

"¿Los beneficios de qué?"

"¡Del best seller que ahora puedo escribir gracias a mis nuevas gafas!"

Por un instante, pensé en agarrar a la rana y tirarla desde la ventana del segundo piso.

"¡Sólo necesito una cosa!", la rana dijo mientras rebuscaba en la montaña de basura del oscuro y lúgubre almacén originalmente denominado "Dormitorio 2" en el plano de la casa.

"¿Talento?", pensé en decirle, pero mantuve el morro cerrado.

La rana asombrosamente encontró una máquina de escribir polvorienta entre toda esa basura. Incluso aún tenía papel puesto, ya amarillento después de tantos años. Me pregunté qué clase de reliquias milenarias inútiles podría rescatar yo de esa montaña de basura si pusiera empeño en ello.

"¡Ahora podrás deleitarte con mis dotes de escritor...En directo!", dijo la rana mientras estiraba los brazos y ejercitaba los dedos, ejercicios básicos preliminares a una buena sesión de escritura. "¡Qué emoción! ¡Me estoy poniendo a cien!" Parece que los ejercicios preliminares habían concluido, porque ahora la rana se había disparado, babeando, hacia la máquina de escribir como un depredador saltando sobre su presa. No pude dejar de mirarle, su expresión era totalmente distinta mientras escribía, sus ojos con una expresión seria y decidida. Entonces empezó a azotar las teclas de la máquina de escribir con una fuerza bruta apasionante, sus dedos casi invisibles, moviéndose a toda velocidad. Esa fue la primera vez en mi vida que observé a un autor en pleno acto de crear una novela con mis propios ojos. La verdad es que fue una experiencia desconcertante, pero no pude dejar de mirar.

"¡SÍ! ¡JA, JA! ¡¿TE GUSTA ESO, ZORRA?!", gritó la rana en éxtasis. "¡WAAAHAHAHAHA HAAAAAAAAA!..."

" ¡Ding!" La máquina exclamó.

"Fiuuu...Se me ha corrido la tinta por todo el suelo, pero la novela ya está lista...Dame unos minutos y a lo mejor hasta me sale otra..." dijo la rana con orgullo mientras me daba el manuscrito.

Lo que estaba escrito en él me sorprendió bastante. La primera línea decía:

"TENGO SED!"

Ésa era la única línea escrita en el papel.

"¿Qué...? ¿Sólo dos palabras?" exclamé incrédulo.

"Tres, si cuentas la exclamación final".

"¿Todas tus novelas son tan...cortas?"

"Es arte inspirador. ¡Y una vez me salió una de cinco, lo creas o no!"

Estaba tan decepcionado que me quedé sin palabras. Por un instante creía que iba a crear algo, cualquier cosa, ¿Y ésto es con lo que me sale?

Esto iba a ser un día muy largo. Con un suspiro, saqué mi móvil y le envié un mensaje a mi hermano.

"Día de locos en casa de mi tío. ¿Llevaste tu móvil al hospital?"

Sin respuesta. Quizás no se lo llevó. Miré mis notificaciones. Tenía cuatro solicitudes de amigo. Todos bots publicitarios. Los bloqueé y, una vez más, mi lista de amigos estaba vacía.

"¿Actualizando tu estado para tus amigos en las redes sociales?", me preguntó la rana. Me sorprendió que un sintecho como él estuviera al tanto de estas modas.

"En realidad no tengo amigos, pero, cambiando de tema...", ya que no tenía quería hablar sobre ello. "¿Por qué no tienes hogar? ¿No tienes familia?"

"Vamos a dejarlo en que una vez escribí una novela que me "inspiró" a deshacerme de todas mis pertenencias", dijo la rana como si fuera la cosa más normal del mundo.

"Eso tiene sentido.", dije en un tono sarcástico que probablemente la rana no captó. Estaba hartándome de tanto sinsentido. ¿Tienes siquiera un nombre?"

"Me conocen por muchos nombres..." Parecía que iba a terminar la frase con una gran revelación, pero simplemente se quedó pasmado como si nada y empezó a hurgarse la nariz con un anca.

"¿Entonces, te vas ya, o...?"

La rana, con un anca llena de mucosidad, protestó. "¡Oh, pero si se me acaba de ocurrir una idea para otra novela!"

"Vaaale...Una novela más y te largas de una vez." Total, una novela de dos o tres palabras tampoco tardará tanto en estar lista.

"¡Es un trato! ¡Oh, creo que la siguiente me va a salir más larga!"

"Puaj...Estaré abajo. Necesito algo de beber..." Fué la primera excusa que se me ocurrió para no tener que verle otra vez "en acción".

"¡Qué gran idea! Un cuerpo hidratado es esencial para tener una mente...¿Húmeda? O algo por el estilo..." dijo la rana sin prestar mucha atención, ya que su mente estaba ocupada pensando en cómo iba a usar...O más bien, abusar, de la máquina de escribir. Una sonrisa diabólica se formó en su cara mientras miraba lascivamente a la máquina de escribir...

Bajé a la cocina y comencé a beber agua del grifo. No me había dado cuenta hasta ese momento de lo sediento que estaba.

***

El partido llegó a su fin y la verdad es que mi tío no estaba exactamente satisfecho con el resultado final. Espero que no hubiese hecho alguna apuesta online en algunas de esas páginas de dudosa legalidad, ya debía demasiado dinero y no sería la primera vez que tuviera que ir a nuestra casa a pedirnos un "rescate económico". Benjamin se ajustó su camisa de tirantes maloliente y, con mucho esfuerzo y gruñidos de frustración, se levantó, su cola alegre de no estar aplastada entre los cojines del sofá y los cachetes de mi tío, e intentó dar un sorbo a su lata de cerveza, pero no quedaba ni una sola gota. Lanzó la lata al suelo con decepción y estaba a punto de entrar en la cocina para conseguir otra pero vió que yo estaba dentro bebiendo un vaso de agua. Entrar en la cocina sería demasiado arriesgado, de ninguna manera iba a tener una conversación de críos conmigo. Pero recordó que dejó una lata medio llena en el cuarto de baño del segundo piso hace dos días, cuando tuvo aquel "accidente" causado por comida mejicana del microondas. Subió las escaleras y escuchó el escándalo que estaba armando la rana.

*¡Pum!* "¡TOMA!" *¡Pum!* "¡YA CASI!...¡ESTOY A PUNTO DE...!", gritaba la rana.

"¿Qué demonios es este jaleo...?", dijo mi tío mientras abría la puerta y se encontró con la rana en pleno acto.

" ¡Ding!" exclamó la máquina de escribir cuando la rana terminó de correr su tinta.

"Fiuuu, ¡dos novelas en menos de diez minutos! ¡Estoy hecho polvo!" dijo la rana mientras se dejaba caer de culo en el suelo.

"Es...¡Es esa asquerosidad el niño metió en la casa! ¡Le dije que la tirara!", dijo mi tío con cara de malas pulgas.

"Muchas gracias, buen señor...Uff...Puff...Por dejarme su máquina de escribir...¡Puff!" La rana dijo mientras intentaba recobrar su aliento. "Abandonaré su propiedad...En cuanto mis piernas recuperen sus fuerzas...¡Uff! Mientras tanto, deléitese con mi nueva novela, señor...Don...¿Zoquette? Era algo con doble "T"..." Dijo la rana mientras arrancaba el manuscrito de la máquina y se lo entregaba a mi tío. "Bueno, yo me abro...Siempre que me sale una tan larga al final acabo para el arrastre...Si no le importa, echaré una cabezadita en la sala de invitados..." La rana se levantó y, dando tumbos, se encerró en un pequeño armario que sólo contenía un aspirador rara vez usado. La rana se sentó bastante incómoda encima del aspirador y cerró la puerta del armario. No debieron pasar más de cinco segundos antes de que unos sonoros ronquidos empezaron a emanar del estrecho armario.

Mi tío leyó lo que ponía en el manuscrito.

"JIM NECESITA UN AMIGO"

"¿Jim? ¿Se referirá al Jaimito ese?" De repente su confusión se transformó en puro odio. "El crío ese me debe un par de explicaciones..."

***

El agua fresquita refrescaba bastante. Pero creo que debería darle un vistazo rápido a la rana, por si las moscas. Pero al pasar por el salón me di cuenta de que mi tío ya no estaba en el sofá. ¿Ya había acabado el partido? No le escuché salir de la sala, espero que no haya vista a la-...

*PUM* *PUM* *PUM*

Mi tío estaba bajando las escaleras despacio y con paso firme. Oh, no. Eso significa que está cabreado...

"Jim, tenemos que hablar. Para empezar, tendrás que explicarme el desastre de arriba..."

La verdad es que ya era un desastre antes de que yo llegara...Es más creo que ahora está mejor organizado ahora...Pero mejor me callo.

Mi tío terminó de bajar y ahora estábamos cara a cara.

"Esa rana maloliente...Que por cierto, dije que te deshicieras de ella...Estaba aporreando y azotando a esa antigua máquina de escribir...Que por cierto, estoy intentando subastar por eBay...Como una vulgar furcia, su tinta corriéndose por todo el suelo...¿Y todo por esta mierda?"

"Le-le...Pedí que se fuera, p-pero...D-dijo que quería hacer algo por mí antes de irse, y..."

Entonces ví que mi tío estaba sosteniendo un trozo de papel con la segunda frase, perdón, "novela" que la rana había escrito ese día.

"¿"Jim necesita un amigo"? ¿Es un anuncio para una revista de contactos, o qué?" Dijo con un tono sarcástico.

"¡Claro que no! Es simplemente una obra de arte muy inspiradora...Creo."

Y entonces la expresión de mi tío cambió completamente. No pensé ni por un segundo que mi explicación hubiese sido TAN convincente, pero sus ojos dejaron de mirarme como si fuese mierda, y luego empezaron a mirar alrededor, confundidos, como si hubiese olvidado dónde estaba. Miró hacia abajo, y parece que el hecho de que llevara una camisa y pantalones cortos le resultaba sorprendente. Empezó a mordisquear su camisa tentativamente, como intentando quitarse de encima un parásito invadiendo su cuerpo.

"Esto...Tío Benjamin...¿Te encuentras bien?", le pregunté algo preocupado.

Con su hocico todavía olisqueando su camisa, me miró. Sus ojos se iluminaron, como si no se hubiera percatado de mi presencia hasta ese momento. Su cola empezó a menearse de un lado para otro con inocente alegría.

"Umm...¿Qué pasa...Tengo algo en la cara?", dije.

Y de repente vino hacia mí a toda velocidad y me tiró al suelo con el peso de su cuerpo. Yo estaba asustadísimo. Su lengua empezó a lamerme la cara. Dios...¿Me iba a violar mi propio tío?...No, su lametazos eran puro jugueteo y parecían una muestra de cariño, aunque preferiría no tener su apestoso aliento tan cerca de mí...

"¡Para! ¡Para! ¡Deja de hacer eso!", grité.

Y paró. Dió un par de pasos hacia atrás, posó un trasero en el suelo y me miró expectante, su cola moviéndose a toda velocidad.

"¿A qué viene esto? ¡No tiene gracia!"

"...¡Woof! ¡Arf! ¡Woof! ¡Woof!", ladraba mi tío con ganas de jugar. Yo me quedé estupefacto. Entonces mi tío sintió un picor en su espalda y en lugar de rascarse como una persona normal giró su cabeza e intentó morder la zona que le molestaba sin éxito. Luego me miró fijamente otra vez con su lengua afuera y ladeó la cabeza como confundido por la expresión de terror en mi cara.

¿Qué le había pasado? Mi tío era un adulto hecho y derecho...Gordo y maloliente, eso sí, pero eso no es razón para comportarse así...Él era un perro como yo, ¿por qué actuaba como una mascota?"

***

Golpeé la puerta del pequeño armario un par de veces.

"¡Ocupado!", informó la rana.

"¡No es eso! ¡Mi tío está actuando raro! ¡Me ha lamido la cara, ha olisqueado mi trasero y luego empezó a perseguir su propia cola como loco!...Y todo ocurrió poco después de que leyera tu "obra de arte inspiradora"!"

La rana abrió la puerta, pero se quedó posada encima de la aspiradora.

"Tampoco es tan extraño. Tras leer mi obra maestra se sintió inspirado en ser tu amigo...¿Y qué amistad es más pura que la que un perro siente por su amo?"

"Pues tu novela tampoco era para tanto...No es que los libros de autoayuda y espiritualidad sean famosos por sus tramas complejas que digamos pero...¿Le has lavado el cerebro con solo cuatro palabras?"

"Bueno, la verdad es que mis novelas suelen tener ese efecto en la gente...Había un emprendedor multimillonario...No recuerdo su nombre...Pero recuerdo que leyó mi mejor obra maestra, una metáfora sobre lo importante que es olvidarse de las penas del pasado y seguir adelante como puedas. Se sintió tan inspirado por mi novela, que vendió todas las acciones de sus empresas a precios de risa...Y ahora vive como un sucio y maloliente vagabundo en la calle sin tener ni idea de que solía vivir una vida de lujo...Una pena que no recuerde su nombre, seguro que te hubiese gustado conocerle. Tenía esta extraña obsesión con retozar con máquinas de escribir...¡Seguro que te hubieses partido de risa con él!"

Tengo la impresión de que tengo una vaga idea de quien podría ser esa persona...Pero ahora mismo tenía otras preocupaciones en la cabeza.

"¿Hay alguna forma de romper el "hechizo"? Intenté romper el papel en pedacitos, pero no funcionó..."

"¡¿Que hiciste QUÉEEEEE?!", gritó la rana, lágrimas empezando a derramarse de sus cuencas. "¿Rompiste mi novela y la tiraste como un vulgar trozo de papel higiénico?"...

"¡No era porque fuese mala o algo por el estilo! Pero en muchas películas el hechizo se rompe cuando-..."

"Jo...Mi preciosidad de cuatro palabras...Sniff...Destruida..." La verdad es que parecía bastante deprimido. "Mi poder creativo está completamente desinflado...Cierro mis puertas por hoy..."

La rana intentó cerrar la puerta, pero puse mi zapato en medio antes de que pudiera hacerlo. "¿No puedes escribir otra más?...Dos palabritas de nada..."VUÉLVETE NORMAL"...¡y ya está!"

"...Lo pensaré. Trae al señor Don Perrito aquí para que la pueda leer lo antes posible...¡Pero no esperes una obra maestra!" dijo a regañadientes.

"¡Gracias! Lo subiré ahora mismo, le he dejado atado en el salón."

***

"¿Dónde está Jim? ¡Me aburro!" pensaba mi tío mientras se rascaba la oreja con una de sus patas traseras. Como mi tío nunca tuvo perro no encontré nada parecido a un collar o a una correa, pero encontré una vieja corbata azul que solía llevar en uno de sus antiguos empleos. No fue fácil ponérsela, ya que siempre intentaba agarrarla con los dientes para jugar con ella, y le até en una columna del salón. Pero por desgracia no tengo mucha experiencia en hacer nudos, y mi tío se liberó fácilmente gracias a su considerable masa corporal. "Lo que faltaba, ahora aparte de toda esta ridícula ropa tengo esta cosa apretándome el cuello...", pensó. Andando a cuatro patas los molestos pantalones se quitaron prácticamente por sí solos y la sensación de liberación fue abrumadora, pero la camisa y la corbata eran otra historia. Olfateó todo el primer piso a cuatro patas, buscándome con su trasero en pompa sin éxito. Mi tío bostezo, estiró sus patas, eruptó y estaba a punto de dar un par de vueltas en el suelo para poder echarse a dormir la siesta cuando vió una salida.

Cuando bajé las escaleras a buscarle, no le pude encontrar por ninguna parte, lo único que encontré fue sus pantalones cortos...Espero que llevara ropa interior. Entonces me di cuenta de que había dejado la puerta del jardín abierta.

El vecino del tío Benjamin era un Doberman blanco. A Benjamin nunca le agradó porque siempre se estaba burlando de su peso, restregándole en la cara que era mucho más muscular. Cuando salí al jardín, mi tío estaba asomado en la valla del jardín, meneando su cola al Doberman, prácticamente desnudo excepto por una camisa de tirantes y una corbata formal que no combinaban para nada. El Doberman estaba sonrojado pero no podía apartar la vista del espectáculo que mi tío estaba montando.

"¡Woof! ¡Woof! ¡Arf!"

"Benjamin Sockett...¿Has estado bebiendo...otra vez?", el Doberman preguntó asombrado.

"Disculpa a mi tío...Él está..." ¡Rápido, tengo que buscar una excusa que suene factible y completamente normal! "Está practicando el "dogging". Su doctor se lo recomendó para aliviar el estrés de perder su empleo. Es una práctica espiritual mundialmente reconocida que ayuda a canalizar tus instintos animales. ¡Mucha gente lo practica está muy de moda!. Si no me crees, búscalo en internet...¡Hay de TODO en internet...!"

Tenía la sensación de que no terminaba de tragárselo. El hecho de que mi tío estaba lamiendo sus propios testículos mientras yo hablaba no ayudaba en absoluto.

"¿Y...No debe de estar pasando frío con este día que hace hoy?", el Doberman preguntó mientras observaba a Benjamin lamiendo sus encogidos genitales.

"Umm...Es parte de la terapia. Créeme." Vale, se me da fatal mentir, pero juro que en mi cabeza mi explicación sonaba mucho más creíble.

Milagrosamente, logré meter a mi tío dentro de casa. No fue para nada fácil...Cada vez que intentaba agarrarle por la corbata echaba a correr y luego me meneaba el culo de una forma insultante. "¡Esto no es un juego! ¡Vuelve a casa!", no paraba yo de repetirle. El Doberman nos miró como si fuéramos un par de locos, aunque la verdad es que me pareció que observaba a mi tío como si estuviera celoso...Qué extraño, supongo que no soy tan bueno leyendo los pensamientos de la gente. Cuando conseguí traerle de vuelta tirando de su corbata, la rana estaba bajando las escaleras con un trozo de papel en una de sus ancas.

"No tiene alma. Es pura basura comercial. Pero en serio, escribir es como el béisbol: tres strikes y estás eliminado...Voy a necesitar una buena siesta después de esto."

No juego al béisbol, supongo que esa es la razón por la que no entendí esa referencia. ¡Pero la novela funcionó! Benjamin volvió en sí y no recordó nada de lo que pasó después de que terminara el partido, fue un detalle por parte de la rana en hacerme ese favor. Mi tío simplemente pensó que había tomado una cerveza de más y que se había quedado dormido en el sofá...Aunque...¿Dónde estaban sus pantalones? ¿Y por qué llevaba puesta su antigua corbata?...

***

"¿Pero...Por qué no simplemente escribes una novela en la que dejas de ser un vagabundo sin blanca?, le pregunté a la rana aquella tarde.

"No hay prisa, el señor Don Perrito no notará una asquerosidad maloliente de más entre toda su montaña de basura." La rana sonrió. "Además, así es más divertido, y no voy a dejar a mi nuevo amigo cachorro pasar toda la noche solo en casa de su tío alcohólico, ¿no?

Aquella fue la primera vez que no me molestó que me llamaran cachorro, es más, me sentí feliz. Algún día, le presentaré al resto de mi familia...Después de que se tome un baño.

FIN

...

¡Oh! Casi se me olvida contar una pequeña anécdota que tuvo lugar un par de días después. Mi tío Benjamin estaba sacando la basura cuando vió a su vecino Doberman completamente desnudo correteando por su jardín a cuatro patas. No paraba de escarbar, de perseguir su propia cola y de lamerse la entrepierna.

"¿Qué coño estás haciendo?", le preguntó mi tío.

El Doberman, entre jadeos, contestó "¡Estoy practicando el "dogging"! ¡Es la última moda en internet!" con una gran sonrisa en su cara, la cual fue golpeada con fuerza por el puño de mi tío.