Un verano con mamá

Story by Teslo on SoFurry

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Historia de incesto entre madre e hijo que empieza en un verano caluroso viendo la tele.

Esta historia es mía. Constará de 3 partes que juntas forman un episodio. De momento habrá episodio 1 y 2 como mínimo.


[EPISODIO 1: Parte 1]

En una cálida tarde de verano...

-"Hijo, enciente el ventilador por favor".Dijo mi madre abanicándose con una revista

-"Ya voy mamá". Encendí el ventilador. Yo estaba sudando y ya me había quitado la camiseta.

Me senté de nuevo en el sillón a ver la tele. Ella estaba tumbada a lo largo del sofá y yo me puse igual pero en sentido opuesto, es decir a sus pies.

Seguimos viendo la tele un rato cuando me vino un olor cálido y familiar: estaba oliendo los pies de mi madre, que estaban a escasos centímetros

bajo mi ángulo de visión. Realmente me gustaba ese olor, y estaba empezando a sentir una erección bajo mis pantalones. Como no tenía camiseta se notaba más,

así que me puse un cojín en mis partes y me apollé en él, como queriendo estar más cómodo.

Ella no lo sabía, pero siempre había tenido fantasías con ella desde que a los 12 años le vi desnudarse antes de ir a la ducha. A través de una rendija

de la puerta a medio cerrar del baño.

Afortunadamente vivíamos solos, ya que mi padre estaba trabajando en la Mina Lunar, y aún le quedaban 3 meses para volver. Así que no había miradas

sobre mí, y discretamente observé las plantas de sus pies. Sentí que el bulto que escondía el cojín se hacía más grande, así que intenté relajarme y no

pensar mucho en ello. Después de un rato ella se fue a preparar la cena y yo me quedé sentado. Aproveché para oler el sitio del sofá donde el otro pie

estaba apollado. Aún quedaba su olor y estaba húmedo del sudor. Seguí oliendo hasta que me llamó a cenar.

Después de cenar nos quedamos viendo la tele otra vez, yo busqué la misma posición que el rato anterior. Pasaron los minutos y nos fuimos a dormir. Cuando

llegó la hora de irse, me apollé en su pie a propósito al levantarme, nos despedimos y yo me fui a mi cama. Cuando oí que ella se acostaba, me olí la mano

recordando el tacto y el olor de su pie. Cuando me cansé me dormí, pensando en lo que había pasado. Recordando cada detalle del día y de aquella maravillosa

tarde. Me hice muchas preguntas. Al día siguiente podía tener el valor de foto-holografiar sus pies, para tener algo más tarde. Un recuerdo.

Aunque era tarde, no podía dormir por el calor. Y mi erección seguía y pensaba. ¿Sabría ella que sus pies eran tan perfectos? ¿Los adoraría mientras nadie ve? ¿Es normal adorar a una hembra de 40 años como ella con tan sólo 18?...

-"¿Quién...quién me está tocando la espalda?" Pensé. Sentía a alguien acariciándome la espalda y el brazo mientras yo estaba tumbado boca abajo.

Simulaba que estaba dormido y giré mi cuerpo hasta ponerlo boca arriba, con mi cabeza apuntando hacia mi derecha, donde creía que estaba el desconocido.

Cuando entreabrí un ojo para ver lo supe: era mamá. Y venía en bragas y sujetador.

Al estar boca arriba me empezó a acariciar la tripa y me hizo cosquillas, así que me desperté definitivamente.

-"Mamá, ¿pero qué haces?. Dije nervioso.

-"Cariño, hace calor. Sabía que estabas despierto, así que he venido a relajarte. Quédate quieto mientras mamá te acaricia"

Empezaba a tocar más abajo, hasta que pasó del ombligo y dije:

-"Basta mamá, así no me dormiré. Me haces cosquillas"

-"Cariño, estás temblando. ¿Es porque no quieres que mamá te vea esa erección?"

Acto seguido levanté las piernas para que no se notara, y me tapé el cuerpo entero con la sábana.

Sentía algo muy raro en ese momento. Era una mezcla entre mariposas en el estómago, el calor de estar dentro de las sábanas, la tensión de la erección de mi pene

y el temblor que me causaba protagonizar semejante escena.

No podía bajar esa erección, y ella lo había visto, así que me decidí. Bajé las piernas y me destapé. Se notaba el bulto en mi pantalón.

-"Muy bien hijo, seguro que después de esto duermes bien, y yo también. Que sepas que cuando estábamos en el sillón, ví cómo olías mis pies, y por si eso no fuera poco, me di cuenta de tus intenciones cuando agarraste uno. No eres el único que disfrutaba de olor a pies en ese momento, ni el único que se acercó a la huella sudada"

En ese instante recordé, mis pies estaban a su espalda, cerca de su cuello. En ese momento no lo noté, pero recapacitando me dí cuenta de que ella estaba

demasiado tranquila en ese momento, no me decía que quitara los pies de ahí o algo parecido.

Acto seguido se acercó a mi paquete, aún oculto por el pantalón de mi pijama y empezó a olerlo y a tocarlo suavemente.

-"Sí que está dura cariño. Estoy orgullosa de tí. Además tienes un olor fuerte, como a mí me gusta"

Entonces me bajó el pantalón y me lo quitó. Ambos vimos la mancha de líquido preseminal en el calzoncillo y sonreímos.

La noche era larga y había luna y estrellas. La luz estaba apagada todo el tiempo, pero veíamos bien. Y sentíamos mejor...

[CONTINUARÁ EN PARTE 2]