Flores de mayo (May flowers)

Story by West Trent on SoFurry

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My first story here and I decided it should be in spanish, since I am part mexican and know the language damn well, hope all of you enjoy iy.


Veo que el cielo esta gris aparentemente. Detesto sentirme triste en los días nublados. Por más que lo intente, por mi cuenta no puedo evitar este sentimiento de vacío en mi interior. Mi alma se encuentra perturbada por el abandono y la nostalgia de este frívolo día. Puedo mirar desde mi ventana las terrazas de las casas al igual que unas palomas volando en el horizonte, desapareciendo en las nubes. Le doy un sorbo al café, con cuidado de no quemarme la lengua otra vez. La bebida que tanto disfrutaba ahora la saboreo con un tono más amargo, casi insoportable para mi gusto. Suspiro y camino alrededor, dejando que mi cola se deslice de un lado a otro. Intento recordar momentos felices pero realmente no puedo concentrarme lo suficiente en siquiera sonreír. Suspiro nuevamente, dejando la taza del café sobre el escritorio. ¿Me siento solo? o ¿será un aburrimiento grave?

Mi mente está jugando con mis sentimientos. Pongo mi pata en mi pecho, mi corazón no está agitado, aunque quisiera que lo estuviera. Me checo mi frente y con la misma suerte, no tengo calentura. No estoy enfermo pero aun así no me alegro en lo más mínimo. Intento distraerme, jugando con las cuerdas de mi bata. No tengo ánimos de quitarme la bata o de ponerme ropa hoy. ¿Qué me está sucediendo?

Lo bueno que hoy es un día libre, no me imagino como seria enfrentarme a mis colegas del trabajo sintiéndome del asco. Seguro mi jefe me despediría de inmediato y tendría que ser mantenido por mi novio ahora. Me rehúso a aceptar la idea de ser la carga de otra persona, especialmente de él. Pensar en su rostro me trae unos bellos recuerdos que me animan un poco. Recuerdo la primera vez que lo conocí cuando entramos en el mismo salón de la universidad. A simple vista, realmente no veía nada especial en aquel lobo. Él se sentó junto a mí y con una sonrisa, me saludó cordialmente. Charlábamos siempre que nos veíamos. Desde aquel día, el siempre procuraba sentarse a mi lado, lo cual se me hizo algo peculiar pero después dejó de importarme su costumbre. Otra cosa que me llamo la atención fue que ese lobo no podía dejar de abrazarme cada vez que tenía la oportunidad, ya sea para saludarme, para despedirse o inclusive para mostrarles a los profesores que él y yo estaríamos en el mismo equipo para los trabajos. Al principio me sentía raro pero como todo lo demás de él, dejó de importarme después.

Un año de estar estudiando juntos y ya lo consideraba mi mejor amigo. Él sabía muchas cosas de mí, al igual yo de él. Recuerdo en las vacaciones de verano como nos juntamos una vez en mi casa, él se quedó a dormir en mi cuarto. No sé si fue el efecto del alcohol en nuestros organismos pero comenzamos a hablar sobre sexo, y al final terminamos los dos sin ropa, encima del otro, ahogando nuestros gemidos con nuestros miembros en los hocicos. Desperté ese día desnudo y abrazado de aquel lobo. Él despertó al mismo tiempo que yo, y nos miramos a los ojos detenidamente. Se notaba que estábamos avergonzados pero por alguna extraña razón no nos separamos del abrazo. Dejé que mi instinto controlara mi cuerpo y besé rápidamente aquellos labios. No tardó mucho en reaccionar mi amigo lobuno, regresándome el beso. No dejamos de besarnos cada vez más profundo. Sentimos también como nuestros miembros despertaban también, saludándose mutuamente entre caricias y frotes.

Nos hicimos novios y hemos seguido juntos desde entonces. Terminamos la carrera y con el dinero que habíamos ahorrado con nuestro esfuerzo y trabajo, nos conseguimos un pequeño apartamento para vivir los dos sin problemas. El día que nos mudamos fue en mayo, lo recuerdo todavía muy bien. Inauguramos nuestra primera mesa del comedor con unas hermosas flores blancas, en un florero de cristal, que luego tuvimos que quitar por nuestra apasionada sesión. Hemos estado cuatro años juntos y realmente sigo profundamente enamorado de mi sensual lobo.

Regresé al presente. Recordar a mi lobo me ayudó a huir un rato del sentimiento de tristeza y a generarme una erección debajo de mi bata. En ese momento, por obras del destino, mi lobo entró por la puerta principal y pude observar su cara de sorpresa al ver a su zorro manoseándose el miembro por fuera de la bata. El cerró la puerta y se aventó hacia mí, uniendo nuestros labios en un apasionado beso. Me quitó la bata sin dejar de besarme, y pude sentir su pata acariciando mis bolas al igual que mi miembro.

Terminamos el beso y no ocupamos palabras para saber lo que pasaría después. Quité rápidamente los manteles y el florero de la mesa del comedor, dejándola al desnudo como mi bello lobo cuando me di la vuelta. De nuevo me beso intensamente, acostándome con cuidado sobre la mesa. Suspirando un "te amo" pude sentir como me reclamaba con su miembro. Me encanta sentir como su miembro atraviesa las paredes de mi ano, sus fuertes brazos que me abrazan mientras me penetra, su voz que me pone el pelaje de punta cuando me susurra lo mucho que me ama y quiere hacerme suyo, sus magníficos ojos mirando los míos, sus labios que saborean de mi cuello y de mis labios; todo de este lobo me encanta.

Aquel vacío en mi interior pude sentirlo lleno, no solo por el rico miembro que se metía y salía de mí, sino también por aquel bello lobo, el cual me muestra lo mucho que me ama todos los días desde que hemos estado juntos. En las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, él siempre ha estado a mi lado al igual que yo del suyo. "Te amo" le murmuré finalmente, sintiendo como él se corría y mi miembro explotaba en el clímax, empapando nuestros pechos, dejando nuestro pelaje pegajoso. Agitados y exhaustos, mi lobo pudo recobrar la conciencia primero y se apartó, dejando su fluido salir de mí. Se dirigió hacia la entrada y para mi sorpresa, me trajo un racimo de flores blancas. Solté las lágrimas de mis ojos y abrase a este hermoso lobo, besando sus labios de manera cálida, recordándome de nuevo a la primera vez que lo hicimos en el apartamento, en nuestro apartamento, un día de mayo.