Coraza de mentiras

Story by Alfred Sherford on SoFurry

, , , ,

#19 of El Lobo guardian


Capitulo 18: Coraza de mentiras

Solo dos días faltan para el estreno de la obra. La Divina Comedia. El futuro de Frank. Años y años de trabajo por fin dan sus frutos. Sin embargo, ahora se encuentra dentro de una encrucijada. Después de lo que paso con Erick, ahora no tiene ganas de hacer algo. No tiene ganas de volver a verlo. No tiene ganas de volver a ver a nadie.

Mira por el balcón de su habitación. Su mente es bastante creativa. En solo segundos piensa en todas las posibles formas de acabar con su miserable vida. No le cuesta nada decidir el metodo Hemingway. Es bastante efectivo, digno para el. Sin embargo... necesita una escopeta que no tiene. Suspira y trata de pensar fríamente. Piensa en Erick, en lo que ahora será de su vida. No puede ser un cobarde, irse así nada más después de arruinar su vida. El tiene la culpa por haber aceptado ir con el a su casa. Si hubiera dicho no todo esto se hubiera evitado. Sin embargo, ya es tarde. Lamentarse no regresará el tiempo.

De repente piensa en sus amigos. Les ha mentido siempre. Desde un principio debió decirles lo que le pasaba. Quizá hubiera podido contar con su apoyo, y esto también se hubiera evitado. Sin embargo, no es tan fácil decir algo como eso. No teme a lo que fueran a pensar, sino a lo que fueran a hacer. No quería que se preocuparan por el. Pues es lo que mucha gente haría al saber que alguien que estiman tiene VIH.

--"Buenos días, estas llamando al numero del caballo loco Frank. Por el momento no estoy al teléfono, quizá por que estoy tan concentrado haciendo un papel tan importante... o por que estoy en el baño. Deja tú mensaje y cuando tenga tiempo te contestare"--dice el mensaje de la contestadora de Frank. Erick suspira.

--Ah... Frank, soy Erick jeje. Esta es la cuarta vez que te llamo, pero hasta ahora me atreví a dejar el mensaje. Sobre lo de anoche... bueno, quiero pedirte disculpas por haberme propasado contigo. No debí haberte hecho beber tanto. Aunque... no voy a negar que me gusto jeje. Espero que a ti también te haya gustado. En fin... si gustas... puedes venir de nuevo a casa... no se, para ensayar o... no se, lo que quieras. Aunque lo más seguro es que quieras ensayar. Bueno, espero que me contestes pronto... me... me gustaría hablar contigo... para recordarte lo que me dijiste anoche... me gustaría... intentar algo más.

Dicho esto cuelga. Esta preocupado. Quizá se molesto por haberse aprovechado de que estaba borracho para así llevárselo a la cama. Sin embargo, no pudo evitarlo. Era lo que más deseaba, hacer el amor con el. Y vaya que lo disfruto. Aunque ahora piensa en lo que seguirá. Frank le dijo que era muy especial para el. No sabe que pensar. Quizá realmente esta hablando sobre amor... o puede que este entendiendo mal lo que dijo.

Se sienta de nuevo, con el teléfono en su garra. Los segundos se le hacen eternos. Desea escuchar el teléfono sonar. O mejor aun, ir a casa de Frank. Pero de hacerlo podría pensar peor de el. No, prefiere esperar.

De repente escucha el timbre. Muy pronto, pero aun así responde emocionado.

-- ¿Frank?

--No, soy yo--le responde una voz un poco más grave.

--Ah... Emilio--Emilio el loro es un estupendo actor, por debajo de Frank, claro.

-- ¿Esperabas a Frank?

--Ah... no. Bueno... es que en dos días es el estreno... y pues me gustaría que ensayáramos mejor.

--Exactamente es de lo que quiero hablar. Hace como quince minutos me hablo y me dijo que si había ensañado yo también su papel. Como soy su reemplazo le dije que si, pero no del todo; sabes que el nunca falta a una obra.

--Que raro... bueno, desde hace rato que le estoy marcando. Pero no me contesta.

--Pues lo escuche algo triste.

-- ¿Triste?--"¿Cómo?", se pregunta Erick. "¿Acaso lo hice sentir mal con lo de anoche?"-- ¿Por qué lo dices?

--No lo se. No hablo como antes, con ese tono de risa de siempre. Te hable por que, como eres su mejor amigo, creí que tú sabrías que tiene.

--No... la verdad no lo se.

--Pues quizá tengas que hablar con el. Cuando le pregunte si tenía algo me dijo que no y colgó. Sabes que no me llevo muy bien con el, pero aun así estoy preocupado.

--Vale, veré que puedo hacer. Gracias Emilio.

--No hay problema. De lo mientras creo que ensayare. No pienses mal, pero si Frank no se presenta, este papel me caerá de perlas.

Erick se molesta y cuelga. No es justo que diga algo así. Sin embargo no le da importancia. Esta más preocupado por Frank. Debió haberle molestado mucho lo que hizo. Pero como, si Frank dijo lo que sentía por el. Lo escucho. Y aunque estaba borracho, tiene la idea de que decía la verdad.

Mientras tanto, encerrado en su habitación, Daniel trata de llamar una y otra vez al celular de Sam, pero este no responde. Lo arruino todo, quiso ayudar a Harturo y daño su relación en vano. Quizá si le hubiera dicho... pero no era tan fácil. El tiene sus razones para quedarse callado. Sin embargo, no pensó que Sam fuera a reaccionar de ese modo. Ahora, solo arruino todo.

Aunque quiere, no puede culpar a Harturo. Si, de no haberlo ayudado esto se hubiera evitado. Sin embargo, fue el quien tuvo la ide, no Harturo. El no estuvo de acuerdo al principio, y sin embargo el siguió adelante. Esto es solo su culpa.

Escucha la puerta abrirse. Al voltear, ve a Harturo en la entrada.

--Daniel... lo siento.

--No, no es tú culpa.

--Claro que si. Tú me estabas ayudando en esto, para que al final ni siquiera terminara con Gami.

--Pero yo te insistí a que aceptaras. Si te hubiera dejado hacer las cosas a tu modo, nada de esto hubiera pasado.

--Es que...

--Por favor Harturo, no quiero que te culpes por esto. Solo yo tengo la culpa, y no me vas a hacer cambiar de parecer.

--Bueno, entonces déjame ayudarte. Podemos buscar juntos a Sam y explicarle la situación.

--No lo conoces como yo. El no te escuchará. Si tratas de decirle algo te molerá a golpes.

--Pues... podemos...

--Harturo, por favor. No quiero que te metas en más problemas. Déjame solucionar esto yo solo. Por mientras... solo quiero estar solo.

No le responde. Simplemente baja la mirada y sale de la habitación sin dejar de sentirse culpable. Bueno, en esta casa todos son susceptibles al sentimiento de la culpa. Sin embargo, esta vez es diferente, pues estamos hablando del posible fin de una relación de siete años.

Pero alejándonos un poco del desastre de esta casa, vamos a otro lado. Alex acordó reunirse con Rafa y Eduardo para jugar un poco. Alfred lo deja en casa de Rafa, donde los otros dos ya lo esperan. Juegan un rato con el Xbox del hermano de Rafa, para después ser llamados a comer. Debido a los dos invitados carnívoros, la mamá de Rafa les preparó un par de filetes. Desafortunadamente el desastre sigue al pequeño león a todos lados.

--Muchas gracias por la comida señora--le elogia Alex.

--Si, es bastante buena, como la de mi mamá--añade Eduardo.

--Me alegra saber que les gusta. A mi chiquitín no le gusta mucho la carne--mientras le alborota el pelo a Rafa.

--No...--trata de decir Alex con algo de carne en la boca--... sabes de lo que te pierdes.

--Voy más por lo vegetal Alex--le contesta con una sonrisa.

--Y dime Alex, ¿es cierto que Alfred Sherford es tú papá?--le pregunta la mamá de Rafa.

--Si, es genial. Puedo quedarme hasta tarde jugando los fines de semana.

--Pero... creí que el era... ya sabes.

-- ¿Homosexual? Si. Es una larga historia. Pero, no soy precisamente su hijo. Vera--claro, como su papá es escritor, no tuvo problemas para sacarse una historia de la manga--, soy hijo de unos amigos de Alfred. Pero ellos murieron cuando era un bebe.

--Oh... lo siento mucho. No lo sabía.

--No la culpo.

-- ¿Y como paso?

--Fue un choque. Mi papá murió al instante, pero a mi mamá lograron llevarla al hospital. Alfred llego antes de que muriera, y le pidió que redactará su testamento, donde me dejo a su cargo.

--Ya veo. ¿Pero no tiene problemas por ser soltero y... gay?

--Un poco, pero solo morales. No esta bien visto que un homosexual se haga cargo de un niño.

--Bueno, quizá lo digan por que podrían...--se nota bastante nerviosa. Rafa se siente algo avergonzado mientras que Eduardo se entretiene con la plática.

-- ¿Hacerlo homosexual?--en cambio, Alex se ve bastante tranquilo--Quizá. Algunos niños creerían que eso es normal, y la verdad lo es. Pero yo se que hay una diferencia.

Por órdenes de Alfred, no menciona que su maestra se ha convertido en su encargada legal.

--Vaya, pareces muy inteligente para ser un niño de seis años--se escucha una voz en la puerta.

-- ¡Papi!--grita Rafa, para luego levantarse y correr a abrazar a su papá--Llegaste temprano.

--Si, no hay mucho trabajo. ¿Pero quienes son estos niños?

--Son amigos de Rafa. El es Eduardo y el Alex--los presenta la madre de Rafa.

--Lo supuse por el modo de hablar--se siente frente a Alex--. Hablas del mismo modo que tu padre. Parece como si de verdad fueras su hijo.

--Desearía que fuera así señor. Pero no tenemos que llevar la misma sangre para que sea mi padre.

--Eso es cierto. Me alegra saber que mi hijo se junta con buenos niños. ¿Pero tú por que no hablas?--le pregunta a Eduardo.

--Estoy comiendo. Y cuando como no hablo.

--Vale.

Dicho esto, su esposa le deja un plato frente a el. Pasan otro rato hablando sobre la escuela mientras comen. Después, los dos cachorros y el pichón se levantan, dan las gracias, y vuelven a la habitación de Rafa. Una vez dentro, Rafa mira a Alex.

--Disculpa a mi mamá Alex. No tiene nada contra los homosexuales, si es lo que piensas. Es que siempre quiere saber todo--se nota algo sonrojado por la pena. Alex solo se ríe.

--Anda, no te preocupes, no hay problema. No será ni la primera ni la última persona que me va a cuestionar sobre eso--mira a Eduardo, que se ve algo triste-- ¿Y tú que tienes? Siempre estas hablando en clases, y aquí te quedaste calladito.

--Pues... es que ustedes tienen muchas cosas de las que hablar--baja la mirada--, y yo no tengo nada.

--Oh, vamos--Rafa lo abraza, seguido de Alex--, puedes hablar de nosotros, de los amigos que te consideran genial y que te quieren mucho.

--Si, tienes un "no se que" que nos llama la atención--añade Alex.

--Gracias chicos.

Los tres se lanzan a la cama y comienzan a reír.

Suenan los tres timbres. Al abrir, Alfred se encuentra de frente con Erick, que se ve algo preocupado.

--Erick, que gusto verte. Pasa.

--Gracias Alfred--entra--. ¿Está Frank?

--Si, esta en su habitación. Por cierto, ¿sabes que tiene? Llego esta mañana y se veía bastante triste. Le pregunte que le pasaba y no me contesto.

--Oh... bueno, no se. Vine por que tenemos que ensayar para la obra.

--Vale. Si descubres que tienes avísame.

--De acuerdo.

Erick camina hacía la puerta de la habitación de Frank, mientras escucha la voz de Alan hablando de el. Debe estar diciéndole quien es a Zashi. Llama a la puerta, pero no contesta. Sabe que no va a abrir, así que toma otras medidas. Saca una tarjeta de teléfono, y tras unos segundos, logra abrir la puerta. Entra y cierra al instante. Al encender la luz, ve a Frank mirando por el balcón.

--Frank... ¿podemos hablar?

--No creo que sea buena idea Erick.

-- ¿Por qué lo dices? ¿Estas enojado por que me aproveche de que estabas borracho?

--No es eso.

-- ¿Entonces que es? Frank--camina hacía el--, estoy preocupado. Tus amigos también. Quiero saber por que le pediste a Emilio que ensayara para la obra.

--No se si deba presentarme.

-- ¿Estas bromeando? Has ensayado por días. es la oportunidad de tú vida.

-- ¿Qué ganas con preguntarme tanto? Si no quiero presentarme tengo mis motivos.

--Frank, por favor--trata de acercarse más, aprovechando que esta de espaldas--, estoy preocupado por ti. Vale, si no te quieres presentar a la obra, es tú decisión. Pero quiero que hablemos sobre lo que paso anoche. Siente que te herí al aprovecharme de ti.

--No fuiste tu quien me hirió. Fui yo.

-- ¿A que te refieres?

--No lo entenderías.

--Lo haría si me lo dijera--le pone la garra en el hombro, pero Frank lo rechaza al instante.

--No, no lo entenderías ahora. Quizá en unos meses, pero ahora solo te confundirías más.

--Pues déjame intentarlo. Frank, por favor. Lo que me dijiste ayer, sobre que soy muy importante para ti... tú también eres importante para mi, de un modo que antes no podía entender. Me gustaría que... que intentáramos algo más.

--No tendría caso. Solo vamos a terminar hundidos en la misma miseria.

-- ¿Cómo puede ser miseria algo como...?

-- ¡Basta!--Erick se asusta pues nunca había escuchado a Frank gritar--No puede haber nada entre nosotros.

-- ¿Por qué? Tengo derecho a saber por que. ¿Es que acaso solo querías acostarte conmigo?

--No...

-- ¿Entonces? Frank, yo de verdad te amo.

Esas palabras le llegan de verdad. Lo que tanto quería saber ahora lo sabe. Desafortunadamente, las circunstancias en que lo supo no son las que el quería.

--Por favor Erick... no sigas.

--Pero es la verdad. Te amo. Desde hace mucho tiempo que comencé a amarte. Y no me equivoco al decir que tú también me amas.

--Cállate... no entiendes...

--Si me dijeras...

Pero en ese momento ya no lo soporta más. No quiere seguir escuchando a Erick decir esas cosas, así que opta por la única respuesta.

-- ¡Tengo SIDA!

Erick se queda callado. Mira fijamente a Frank, que solo respira de forma acelerada. Se ha quitado un enorme peso de encima, que es lo que menos deseaba. Ahora, Erick sabe la verdad, y sin duda sus amigos, que deben estar pegados a la puerta, también lo saben.

Erick trata de asimilar la situación. Frank tiene SIDA, y ayer se acostó con el. Entonces...

-- ¿Ahora entiendes por que?--le pregunta Frank. Camina hacía la puerta y la abre. Efectivamente, todos están ahí. El solo los mira, para luego abrirse paso y caminar hacía la salida.

Tras un momento, Erick mira a todos, para luego salir también. No tiene intenciones de hablar con Frank, no por que se haya callado, sino por que no lo dejo hablar. El joven huskey estaba por decirle que no le importaba, y que seguiría a su lado.

La vida es dura, ¿no "escamas"? Es cierto, los dragones también tienen sentimientos. Pobre Sam, el día de hoy no hay sido el mejor de su vida. Es comprensible. ¿Sabes? Si pudiera te diría que tu novio no siente ni la más mínima atracción sexual hacía Harturo, pero soy un narrador, así que no puedo; y aunque pudiera, me da flojera tener que explicártelo todo. Lo mereces por no confiar en tu novio.

Sin embargo, mientras miramos al joven dragón sentado en un parque (¿no han notado que es el único sitio público que visitan?), comenzamos a pensar... bueno, yo pienso pues soy quien debe dar el mensaje de esta ocasión. Si, la verdad duele, y duele mucho. La realidad es un bicho asqueroso y feo, más feo que ver a nuestras madres al despertar (para los que hayan tenido la desgracia) con sus cremas para, según ellas, desvanecer las arrugas o ser más jóvenes (Dios santo, jamás olvidare esa imagen). Si, es mucho más fea la realidad; además esta rodeada con púas largas y filosas, con un veneno que no mata pero si causa un ardor insoportable al contacto con la piel, pero no en ella, sino en el corazón. Si, duele, y mucho, y es difícil saber con exactitud cuando dejará de doler. A esas púas se les llama verdad.

"Pero tranquilos, que ha llegado su buen amigo Ruben Dedor, y les traigo el día de hoy este impresionante y novedoso producto: La coraza de mentiras. ¿Su vida es un asco? ¿No quiere que sus amigos o la persona amada se enteren de esas cosas suyas que la verdad no quiere que ni su alma conozca? Pues para eso y mucho más es la coraza de mentiras, una dura coraza que se pone sobre su realidad, que, por el módico precio de un poco de su honestidad, cubrirá aquellas púas que no quiere que nadie más vea. Y listo, no más pinchazos ni dolor. ¿Se esta saliendo una púa? Despreocúpese, que por un poco más de honestidad le daré este sellador de coraza, que pondrá más mentiras en donde la verdad esta excavando. ¿Quiere evitar que alguien investigue sobre la verdad? Solo ponga este CD "Todo esta bien" en la ranura de la coraza, y esta reproducirá una serie de mentiras blancas que tranquilizara a todos los que le rodean. ¿Sigue habiendo fisgones que tratan de encontrar la verdad? No hay problema, por el módico precio de algunas de sus amistades, les daremos este repelente de fisgones, que al ser rociado sobre sus amigos fisgones, lanzará una serie de insultos a todos ellos, terminando con todas esas amistades fisgonas. Si su caso es muy extremo, le daremos esta Coraza de Verdades, que consta de una realidad ficticia, una mentira que hasta usted se creerá. Todas las corazas vienen en 10 colores diferentes, puede pedirse para hombre o mujer, y si sus verdades y secretos son de verdad un asco (véase: asesinatos, graves perversiones sexuales y demas) le daremos de forma totalmente gratis este aromatizante en aroma floral, lavanda, pino, hierbabuena, menta, y para los niños, el nuevo aroma chicle (por si es un hijo producto de una infidelidad aun desconocida). Llame ahora al 01--800--MIENTEME. 01--800--MIENTEME. Y si es uno de los primeros 100 en llamar, le daremos de forma totalmente gratis no una, sino dos corazas, en su versión diaria y de gala, por si quiere verse elegante en fiestas y reuniones. Este producto no se vende en tiendas, no acepte imitaciones, solo nosotros distribuimos la única Coraza de Mentiras (la empresa no se hace cargo de los problemas morales que pueda provocar nuestro producto). Llame ya."

Y después de esta publicidad pagada, afortunadamente (no como otros leones que no la pagan), podemos volver a lo nuestro. Si, así de fácil es. Toda una mentira la publicidad por televisión. Pero no voy a negar que esta en particular es totalmente una verdad. Si, a veces nos cubrimos con una coraza compuesta por una enorme mentira, pues nos negamos a dejar que los demás sepan nuestra realidad. A veces es mejor para muchos torturarnos solo a nosotros con nuestros secretos, para evitar el dolor que causa en el corazón para los demás el conocer nuestra verdad. Díganmelo a mí. Sin embargo, a veces esa coraza domina por completo a quien la usa, hasta el grado de que no tiene más opción que entregarle la vida a esa mentira, pues se ha convertido en algo tan grande que no puede ser destruida sin acabar con nuestras vidas.

Sam es una victima. A veces las púas salen de la coraza sin que nos demos cuenta. Pero para eso se visten de una mentira para pasar desapercibida, e hiere mucho más si alguien la descubre. Si hubiera sido paciente, quizá Sam hubiera escuchado lo que Daniel tenía que decirle. Pero es un dragón, y aunque tiene sentimientos, es muy temperamental. Ahora, solo le queda meditar la situación. No quiere terminar su relación con Daniel, pero tampoco se siente a gusto aceptando una infidelidad. No entiende por que, cuando muchas veces dijo que le perdonaría todo a Daniel.

No sabe que hacer. Siente que si perdona a Daniel, podrá hacerlo de nuevo. Pero tampoco quiere que los 7 años que ha pasado a su lado desaparezcan con tan solo una frase. Su cabeza no puede decidir que hacer, por más que lo intenta. Saca su cartera, y de ella la foto donde sale junto a todos sus amigos, en la terraza de la casa durante una comida. Ríe cuando ve a Daniel sobre sus hombros, a punto de caer sobre Alfred y Alan. Unas lágrimas resbalan por sus mejillas. En este momento desea el abrazo de sus padres, pero ya no los tiene con el. Una enfermedad se llevo a su padre, y el amor de Daniel se llevo a su madre. Ahora esta solo.

Frank le da otro sorbo a su café, en esa cafetería donde siempre iba con Erick. Se siente arrepentido. Sus mentiras ahora han hecho más daño del que esperaba. Se puso una coraza para cubrir su realidad y no lastimar a los que ama, pero esa coraza simplemente se cayó a pedazos y las púas se encajaron en el cuerpo de todos, quemándolos con su veneno. Quien sabe cuanto tiempo va a pasar para que el veneno deje de herirlos.

Su celular vuelve a sonar. Es Alfred de nuevo. Ya tiene 7 llamadas perdidas suyas. Vaya que el león se preocupa por el. Es la clase de cosas que quería evitar callándose, y solo ocasiono cosas peores. Deseo estar muerto, ahora con más razón. Deja que el celular suene mientras se pone a pensar en Erick. Lo ama, y ahora tendrá que sufrir con la idea de que el tendrá que pasar el resto de su vida tomando pastillas. Ha condenado su vida para siempre. Y no quiere vivir con la idea de que fue así.

Alex, Rafa y Eduardo comparten miradas. Están totalmente quietos y callados. De repente, Rafa y Eduardo abren sus bocas y dan una gran bocanada de aire. Dos segundos después Alex grita triunfante.

-- ¡Si! Les dije que podía aguantar más tiempo.

--No...--le reclama Rafa tratando de recuperar el aliento--...hiciste trampa.

--Si... tomaste aire hasta el final...--añade Eduardo.

--Claro que no, les gane limpiamente.

-- ¡Que no!--Eduardo toma una almohada y le pega con ella. Esta es la clásica acción que desencadena una pelea de almohadas. Para todos es divertido. Es lo lindo de ser niños, su realidad en ese momento es hermosa, y envidiable por todo ser mayor de edad a su alrededor. Ellos no se preocupan por mentir, ellos no se asustan por sus secretos. Ellos tienen una hermosa y brillante realidad. No necesitan una coraza como los

Tras una larga tunda que le dieron a Alex, los tres se acuestan en el suelo, tratando de recuperar de nuevo el aliento. Cualquier cosa para ellos es divertida, y no cambiarían la vida que llevan por nada.

Pero entre ellos tres, Alex es el único que oculta su realidad. No solo por que tiene que proteger a Alfred, sino también por que hay algunas cosas que debe mantener oculta para salvar la vida de alguien más. Le cuesta creer hasta donde todo ha llegado. No usa una coraza, pero tampoco permite que la gente vea las primeras púas que comienzan a surgir en su realidad. Entre ellas, hay una que nunca cree poder decir a nadie, ni siquiera a Alfred. Pero si hay algunas personas con las que puede hablar con confianza.

--Eres... un tramposo--señala Eduardo mientras le da un último almohadazo.

--Claro que no--dice Alex, tratando de bloquear el ataque. Después se quedan callados por un momento, pero Alex es el primero en hablar--... ah, chicos, hay algunas cosas que quizá tengas que saber.

-- ¿Qué?

--Aunque confió en ustedes, necesito saber que lo que les voy a decir no se lo dirán a nadie.

--Lo prometemos.

--Bien...

Los tres se sientan. Alex comienza a explicarle todo lo que había pasado desde que conoció a Alfred en aquella calle, pasando por los conflictos con James hasta su aceptación con, y finalmente por el trato que hizo Alfred con la maestra para ser su responsable legal. Aunque al principio sus amigos no lo entienden muy bien, al final comprenden que Alex esta dentro de un problema bastante grande.

--Vaya, no creí que fuera tan complicado--dice Rafa al terminar.

--Pues lo es. Mi papá no quiere que algo malo me pase. Por eso les pido que no le digan a nadie lo que les acabo de decir. Si se enteran... pueden meter a la cárcel a mi papá.

--Nos quedaremos callados, aunque sabes que algún día se tendrá que saber--le explica Eduardo.

--Lo se, pero por mientras prefiero que se quede entre nosotros.

--Somos amigos--le recuerda Rafa--. Jamás te defraudaríamos.

--Gracias--los abraza a los dos. Le alegra saber que, a pesar de la verdad que les acaba de contar, ellos aun quieren seguir con el. Ahora comparten los tres una mentira. Pero ¿y que? Son niños. Para ellos las mentiras no existen, solo frases que modifican la realidad a sus gustos, pues podría decirse que eso es la mentira, una alteración a la vida, para así mantener el control sobre la misma.

--Te encontré--le dice el león. Frank levanta la mirada. Alfred esta sentado frente a el, con un café y un trozo de pastel de moca--. Supuse que estarías aquí. Fue donde tomaste café con Erick la primera vez.

--No supuse que fueras a dar con eso.

--Soy periodista, tengo mi nariz metida en todos lados.

--Eso a James le ha de encantar--ambos ríen.

--Solo cuando estamos a solas, y si, le encanta. Supongo que a ti te encanto que Erick lo haya hecho también.

--Estaba tomado.

--Y lo recuerdas. Puede que se te suba muy rápido el alcohol, pero no pierdes la memoria por completo cuando te emborrachas. Llevamos más de cinco años de conocernos. Anda, ya más de una vez te he contado lo que he hecho con James.

-- ¿Acaso te excita que te lo cuente?

--Sorpréndeme.

Alfred come un bocado de su pastel, con una sonrisa en su rostro. Frank da un suspiro, y comienza a contarle todo lo que hizo con Erick, desde que lo llevo a la cama, hasta cuando quedo completamente dormido por cansancio. Olvida por completo su culpa, y vuelve a sentir esa felicidad que lo invadió al momento de hacer el amor con Erick. Al terminar, Alfred le da una leve palmada en la mejilla.

--Estuvo bastante bien entonces. Debe ser genial hacer el amor con un caballo.

--Pues estoy disponible, si quieres.

--No, le soy totalmente fiel a James.

--Siempre puedes convencerlo de hacer un trío.

Los dos se ríen. Alfred se siente bien al ver que hizo sonreír a Frank.

--Pero... vamos a hablar en serio.

--No se si sea buena idea.

-- ¿Quieres que siga marcando? Yo no.

--Alfred...

--Entiendo por que lo hiciste. No querías que nos preocupáramos por ti. Pero si no lo hiciéramos, no seríamos amigos. Yo se que no es fácil saber que estas condenado a vivir el resto de tu vida con mucho cuidado. Pero nos tienes a nosotros, sabes que te ayudaremos.

--No es necesario. No me necesitan.

--Claro que si, eres nuestro amigo. Tú me ayudaste una vez, cuando te conocí. Ahora te quiero ayudar a ti.

--Solo les traeré problemas.

--Será un problema mayor dejarte ir y no hacer nada. Eres nuestro amigo, y queremos cuidarte--un par de lágrimas resbalan por el rostro de Frank--. Entiendo que para ti es difícil decidir lo que tienes que hacer ahora. Se que preferirías irte, y te comprendo. Sin embargo, no vuelvas por nosotros, sino por el. Erick te necesita.

Dicho esto se levanta y se va. Frank lo mira por un momento. "Erick", se dice en su mente, mientras piensa en si volver por el y dejar atrás su miedo, o huir como el cobarde que ha sido durante toda su vida.

Quizá las cosas nunca terminan bien para algunas personas. Gami no le hizo caso a sus amigos. Gracias a eso, tiene miedo de mirarlos a la cara. Por más que lo intenta no puede dejar de pensar en Joaquín, en lo mucho que lo extraña y desea estar a su lado. Le duele su engaño, y mucho más seguir amándolo.

¿Qué opciones tiene? Cada vez que vea a Alfred se acordará de Joaquín. Cada segundo que pase en esa casa lo hará recordar su pasado, que no le resulta nada agradable. Siente como si en su corazón se negará a desprenderse de ese traidor, de ese bastardo que lo apuñalo sin piedad alguna, destrozando sus ilusiones, sus sueños, su vida. Ese bastardo que le abrió la cabeza y lavo su cerebro, haciéndolo creer que los amigos de años lo estaban engañando. Ese bastardo que llego a su vida y la hizo suya. Sabe que para acabar con ese dolor, solo tiene una solución. Y ya la ha pensado bien.

La puerta se abre, dejando pasar al deprimido caballo. Sus ojos rojos ya se han secado de tanto llorar. Apenas cierra la puerta lo primero que siente son los brazos del sentimental tigre de la casa. Parece que el sufrió más. Al separarse, Frank ve al resto en la sala, excepto a Sam y a su huskey.

--Parece que hoy no ha sido un buen día en la residencia Sherford--señala Daniel.

--Quiero creer que algo paso para que Sam no este aquí.

--No es precisamente un buen día--señala Alfred--. Pero habrá que asegurarnos de que los siguientes no sean así.

Frank camina hacia la sala y se sienta, aun sin poder mirar a sus amigos a la cara. Algo similar a lo que esta pasando Gami ahora.

-- ¿Por qué no nos lo dijiste?--le pregunta James.

--No era tan simple James. Yo siempre fui el caballo alegre que buscaba ayudar a los demás. Te ayude a ti, a Alfred, y a muchos otros. Lo hice por que... por que no me pude ayudar a mi mismo. Mi padre tomaba mucho, su autoritarismo no hacía más que lastimar a mi madre y a mí. Muchas veces trate de ponerle un alto, pero solo resulte herido. Mi niñez fue un fracaso total. Sin embargo, no iba a mejorar. Mi papá contrajo VIH por una relación sin protección con una prostituta.

--Sexo servidora, por favor--le corrige Alfred--. El término prostituta se dejo de usar en el dos mil ocho--este fue un espacio cultural patrocinado por Alfred Sherford.

--Vale, con una sexo servidora. El punto es que desde ese momento se convirtió en una pesadilla. Culpaba de todo a mi madre. Un día... un día quiso... violar a mi madre. Defenderla solo me hizo tomar su lugar.

Los ojos de Frank se llenan de lágrimas. Todos a su alrededor sienten lo mismo, sienten ese dolor que el sintió en ese momento. James lo abraza, llorando con el. La coraza que por años había usado ahora acaba de partirse en pedazos, encajando sus púas en sus amigos.

--Cuando me di cuenta de lo que ahora yo tenía--prosigue contando--, me di cuenta de lo que se me avecinaba. Mi papá no iba a pagar los medicamentos, y por todas las cosas que le iba a decir mamá, no iba a tardar en irse de la casa, dejando a mamá a cargo. No iba a permitir que ella rebajara su dignidad para mantenernos. Por eso me fui, con la excusa de que yo había provocado a papá. Así al menos el no se iría, y mi madre me odiaría, pero no tendría que caer tan bajo.

Y en este mismo momento es cuando comprendemos. Esa maraña de mentiras que Frank formó fue para cuidar a los que amaba. No permitiría que nadie supiera la verdad, para que otros no resultaran afectados. Sacrificaría su realidad, su verdadera persona para cuidar de alguien más.

--Frank...--comienza a decir Alfred tras un largo silencio--... gracias por confiar en nosotros. Se lo difícil que debió ser para ti lo que paso.

--Gracias chicos. Solo... les pido disculpas por los problemas que les cause.

--No tenemos por que disculparte, no hiciste nada malo--le extiende el teléfono--. Solo a una persona le tienes que pedir disculpas.

Frank mira el teléfono. Sabe de quien habla. Sin embargo, no está listo. Toma el teléfono y se levanta. Sin decir nada se encierra de nuevo en su habitación.

--Supongo que lo mejor es que por ahora este solo--sugiere James.

Al escuchar eso, Daniel se levanta. Se queda pensando por un par de segundos, para luego salir corriendo de la casa, dejando confundidos a todos.

Como pudo olvidarlo. "Me sssiento sssolo essstando aquí". Fue lo que le dijo Sam los primeros días que estuvieron viviendo en la ciudad. Había dejado a muchos de los amigos que formó en Los Ángeles. Era un ambiente bastante diferente. "Por ahora prefiero ssseguir asssí amor, sssolo".

Al llegar lo ve. Sentado en la misma mesa que hace cinco años. En ese mismo café. Se sienta frente a el, queriendo verlo a los ojos, pero avergonzado por haberle ocultado algo.

--Supuse que vendrías aquí--le dice Daniel.

--Era el único lugar al que podía venir. Sssiento que todosss en la casssa me han essstado ocultando esto.

--Sam, se que estas enojado. Por favor, solo déjame explicarte. Si después de esto sigues odiándome, estas en tú derecho--Sam levanta la cabeza y lo mira a los ojos--. No se que fue lo que viste, pero se que te hace pensar algo que no es. Solo déjame explicarte, y si después aun quieres odiarme, estas en tú derecho. Mira, yo no me enamore de Harturo. El estaba enamorado de Gami, pero estaba con Joaquín. Pensé que si le dábamos celos a Gami, el admitiría que también le gustaba Harturo, pero no funciono del todo. Después paso lo de Joaquín, y Harturo decidió parar. Al parecer, se dio cuenta de que no estaba enamorado de el. Si no te lo dije fue por... por John--Daniel baja la mirada, avergonzado. John era un amigo de Daniel. Después de llevar 8 meses de relación, Daniel decidió ayudar a John a conquistar a alguien. Sin embargo, lo que John quería era al tigre. Sam casi lo mata a golpes--. No quería que te lanzaras sobre Harturo como ese día.

Sam levanta la mirada. El tigre no puede mirar más que al suelo. Sam se siente mal por haberlo hecho sentir así. Y sin embargo, lo entiende. No hubiera soportado la idea de que lo que paso con John se repitiera. Olvida todo lo que paso, toma por la barbilla al tigre para levantar su rostro y plantarle un dulce beso en los labios. Le cuesta creer que con algo tan fácil se haya resuelto todo. Ambos desean que esto hubiera pasado antes, para evitar este incidente. Tras romper el beso, se miran directo a los ojos, como si fuera la primera vez que se vieron.

--No quiero iniciar de nuevo, pero tampoco olvidar lo que paso. Solo perdóname.

--No puedo perdonarte sssi no hisssissste algo malo. El error fue mío al no confiar en ti.

Lo toma de las garras. Jamás había sentido tan cálidas las escamas de la garra del dragón.

--Volvamos a casa.

Sam asiente. Ambos se levantan, y fundidos en un fuerte abrazo, olvidan su dolor y retoman el camino de su amor.

Ya la noche ha llegado. Alfred espera frente a la puerta de madera de la casa. Al abrirse, una halcón aparece.

--Buenas noches, soy el papá de Alex. Usted debe ser la mamá de Rafa

--Si, permítame--entra a la casa y llama a Alex--. Alex, tú padre esta aquí.

--Ya voy--se escucha gritar al león.

--Están algo entretenidos--le dice la mujer.

--Así son los niños, ¿no?

--Si, a uno lo hacen sufrir, pero no se puede dejar de amar a los hijos. Pero donde deje mis modales, pase por favor.

--Gracias.

Alfred entra y mira el largo pasillo transversal que lleva a la cocina, comedor, sala y a otro pasillo que lleva a las habitaciones. Alex llega corriendo.

--Papá, la mamá de Eduardo lo dejo quedarse a dormir. ¿Puedo?

--Claro, de hecho vine a dejarte una mochila con ropa para dormir y tú uniforme--se dirige a la mamá de Rafa--. Espero que no le moleste--Alex toma la mochila y abraza por la cintura a su papá.

--Gracias papá--dicho esto se va corriendo de regreso a la habitación.

--Vaya, que emotivo. Y no se preocupe. Marcos, mi otro hijo, se ha pasado toda la semana en su habitación estudiando para sus exámenes. Tener algunos niños de más no me molestará en lo absoluto.

--Se lo agradezco mucho. Es que... hemos tenido problemas en casa con un amigo. No me gustaría que la noticia le llegue de golpe a Alex. Lo quiere mucho.

--Ya veo.

--Es muy inteligente. Pero usted lo dijo, es muy emotivo, y tengo miedo que algo malo pase.

--Así que usted es Alfred Sherford--escucha Alfred llamarle una voz desde la sala. Al voltear ve un halcón caminando hacía el--. Durante todo el día su hijo se ha pasado sobre lo bueno que es usted como padre. Debe sentirse muy orgulloso.

--Si. Aunque no soy su padre genético, me siento feliz de tenerlo a mi lado. Hago todo lo que puedo para darle una buena educación.

--Es lo que todo padre desea para sus hijos. Soy Julio Villaclara, el padre de Rafa. Ella es mi esposa Sara.

--Mucho gusto señores. Les agradezco que soporten a mi hijo.

--No se preocupe, para nosotros tener algunos niños en casa no nos afecta--le tiende la garra a su esposa, quien la toma y se acerca a el en un abrazo--, al contrario, nos hace sentirnos jóvenes padres de nuevo.

--Eso suena muy lindo. Pero espero que no llegue a fastidiarlos. A veces puede hacer comentarios que desatan una laga conversación.

--Usted despreocúpese. No tenemos ningún problema.

--Vale, entonces será mejor que me vaya.

-- ¿Por que no se queda a cenar? Así podrá cenar con el.

--Me gusta la idea, pero si lo deje quedarse a dormir en otra casa no fue para que estuviera conmigo.

--Bueno, entonces quédese un momento. Siempre lo he considerado un buen periodista, y me gustaría compartir opiniones con usted.

--Se le tiene que sacar provecho a que el padre de un amigo de su hijo es escritor.

--Así es--ambos ríen-- ¿Vino?

--Me encantaría.

--Linda, trae una copa para el señor Sherford.

--Si amor--camina hacía un estante y saca un par de copas. Mientras, Alfred y el señor Villaclara caminan por el pasillo hacía el estudio. Al llegar, ve tres grandes libreros, uno al parecer dedicado a libros sobre arquitectura. Ambos se sientan en dos sofás frente a una chimenea.

--Simple. Eso lo hace llamativo. No esta adornado con pinturas de artistas que no conoce, ni tiene libros de temas que no tiene idea de lo que tratan. No busca presumir, tampoco sentirse superior. Muestra solo lo que sabe.

--Es un perfil bastante bueno.

--Se algo de psicología. La necesito para algunas de mis novelas.

--Supuse que era así. Como escritor debe de saber de todo un poco.

--Si, y tener amigos en todas las profesiones existentes.

La señora Villaclara entra con dos copas de vino tinto.

--Aquí tienes amor--le da la copa--. Señor Sherford--Alfred toma la copa.

--Muchas gracias.

--Voy a empezar a preparar la cena--dicho esto sale.

--Bien. Brindemos.

-- ¿Por qué?

--Por cualquier cosa. Tenemos tantas cosas de las que podemos brindar. Por ejemplo, nuestros hijos.

--Pues por nuestros hijos, por que se cumplan sus sueños.

--Salud--ambos chocan sus copas, para luego dar un sorbo.

Sam vuelve a besar la frente de su lindo tigre. Apenas llegó a la casa, Harturo trato de explicarle lo que paso. Pero no lo dejo. Sam solo le dio un fuerte abrazo y le dijo que no tenía ningún problema, que ya Daniel le había explicado todo. Dicho esto, llevó a su tigre al techo de la casa.

Ahora, mirando hacía el suelo desde el borde del techo, con los brazos de su dragón alrededor de su cintura, sintiendo las escamas de su pecho desnudo en su espalda, esta por vivir algo bastante maravilloso.

-- ¿Estasss lisssto?--le pregunta Sam.

--Si.

--Vale.

Las alas del dragón se extienden. Con fuerza comienza a aletear, elevándose lentamente. Daniel sonríe, pensando en lo que esta por ver. Sam comparte su alegría, y dando un paso al frente cae, para luego comenzar a planear, y elevarse a un par de metros del suelo. Rápidamente toma altura, cambiando la forma en que Daniel veía el mundo.

Le cuesta describirlo. Mira en todas direcciones. Piensa en aquellas personas que ven al dragón volando, traspasando las fronteras, disfrutando de aquel don que se les había dado. Jamás se había sentido tan libre.

Gira la cabeza y mira a Sam, que le sonríe. Daniel le devuelve la sonrisa, para mirar de nuevo hacía abajo. Cada vez están más arriba. Ya no distingue a las personas, solo las luces de los autos, que parecen pequeñas luciérnagas. Se aferra más a los brazos de Sam, que deja de elevarse.

--Esss una buena visssta, ¿no lo creesss?

--Si. Hace tiempo que no veía el mundo desde tan arriba.

--Uno ssse sssiente...

--Libre--le roba las palabras Daniel. Alcanza a besar su garra, mientras Sam cambia su rumbo, alejándolo del ruido de la ciudad para llevarlo a un lugar más tranquilo, donde pueda con calma para dominarlo y dejar que el lo domine. Pero eso es algo que ya no nos corresponde ver.

Frank sigue con el teléfono en la pata. Sabe exactamente lo que tiene que hacer. Espera que Emilio realmente este ensayando el papel. Quiere asegurarse de que sea así.

-- ¿Bueno?--le contesta.

--Emilio, soy Frank.

--Ah, ¿Qué ha pasado? Aun no se por que no quieres que tome tu papel.

--No te preocupes. Es que... me di cuenta de que no es lo que quería. ¿Lo has ensayado?

--De pies a cabeza. Soy tu reemplazo, recuerda, tengo que ensayarlo aunque no lo interprete.

--Ese es el espíritu. Escucha, se que no hemos sido buenos amigos y todo eso. Pero... espero que te vaya bien en Broadway. Si haces bien el papel, lo más seguro es que al terminar las interpretaciones tomes un avión hacía allá.

--Bueno... no voy a negar que la idea me encanta. Aunque... ese era tú sueño.

--Estos días mis sueños han cambiado mucho. Creo que es hora de darle un nuevo sentido a mi vida.

--Vale, pues espero que sea un buen sentido el que le des.

--Si. Muchas gracias por el favor.

Cuelga. Mira por la ventana, pensando ahora lo que tiene que hacer. De hecho no lo piensa. Sabe lo que tiene que hacer. Desde hace rato que ya sabía lo que tenía que hacer. Sin embargo, tiene miedo de lo que pueda pasar. No sabe cual podría ser el resultado. Y a pesar de eso, quiere arriesgarse. Después de todo, ya no tiene nada que perder.

Se escucha alguien llamando a la puerta del departamento de Erick. El huskey se apresura para abrir.

--Emilio, que bueno que llegas.

Un zorro de mediana estatura, con brillantes ojos azules y rostro de ensueño entra. Parece un Brad Pitt, solo que este no se ha operado nada (no me consta que Brad Pitt no lo haya hecho). En su mirada se ve la ambición, y grandes rasgos de narcisismo. Sin duda es esa clase de personas que se suben sobre los demás y los dejan atrás para ascender en sus vidas.

--Bueno, me preocupe al escucharte tan preocupado-- (que léxico).

--Es que... necesito hablar con alguien. Pero ya sabes como son todos, un día antes en lugar de ensayar se van de juerga.

--De no ser por que Frank me encargo el papel yo estaría ahí también. Pero dime, que pasa.

--Ah, es algo... algo bastante personal. Necesito saber que de verdad no le dirás a nadie.

--No nos hemos llevado muy bien, pero si es algo muy grave, no es mi tarea decirlo.

--Vale. Es que... bueno, desde hace tiempo que estoy enamorado de... de... de Frank.

--Whoa, eso... no me lo esperaba. ¿Entonces eres...?

--Si. Espero que no tengas problemas con eso.

--Pues no. Digo, se siente algo incomodo pero... no al grado de no querer estar contigo. Aunque no veo que tiene eso de malo, digo, amas a Frank, si el te...

--Ese no es el problema--le interrumpe--. Se que me ama. Me lo demostró ayer, cuando... cuando me acosté con el.

--Eso si que es algo interesante.

--El punto es que... Frank... tiene... tiene SIDA.

Emilio se queda impactado al escuchar eso. Son demasiadas sorpresas para una noche. Trata de comportarte calmado y pensar cual es la respuesta correcta. Pero con esa clase de noticia no se puede decir ninguna respuesta correcta.

--Por eso mañana no va a presentarse--sigue--. El sabe que esta enfermo, pero nadie más lo sabía. Si no me lo dijo ayer, fue por que me aproveche de que estaba borracho--sus ojos se cristalizan--. Cuando me lo dijo, me di cuenta de que todo fue una estupidez. Quise hablar con el, decirle que... que... que quería seguir este camino con el. Que no me importaba que ambos estuviéramos enfermos. De verdad lo amo--comienza a llorar. Emilio impulsivamente lo abraza para tratar de hacerlo sentir mejor, a pesar de saber que nada lo alegrara en ese momento--. Fui un estupido al aprovecharme de el. Arruine su sueño, su vida, la arruine arruinando la mía.

--Espera aquí, te preparare un café.

Emilio va a la cocina, dejando a un desconsolado Erick. Unos minutos después vuelve con una taza.

--Toma esto, te tranquilizaras--Erick no ve con buena pinta el cafe--. Tranquilo, no le puse drogas--le dice en tono de burla. Erick lo piensa un momento, para luego tomar la taza y comenzar a beber el café--. Se que preferirías hacerlo tú, pero creo que debo hablar con el.

--No quiero que descuides tú papel por nosotros.

--Es lo menos que puedo hacer por Frank.

Alfred entra a la casa. Lo primero que ve es a James. Se ríe levemente.

-- ¿Dónde estabas? Me tenías preocupado--mientras se acerca a el.

--Ah... es que... el papá de Rafa me invito a platicar.

--Hueles a alcohol. ¿Estuviste bebiendo?

--Solo un par de copas.

--Eso no parece un par de copas.

--Bueno, depende del tamaño de las copas--trata de abrazarlo, pero James lo rechaza.

--Oye, estás ebrio.

--Claro que no. Solo un poco mareado. Además... como si no... tomáramos los viernes.

--Pero al menos estoy aquí para controlarte. ¿Qué tal si chocabas?

--Vamos, ¿manejo tan mal?

--No pero...

-- ¿Entonces?

James trata de contestarle a Alfred, pero este lo calla con un beso. A pesar del olor a vino, James se deja llevar por el beso. Al romperlo lo mira a los ojos y sonríe.

--Sam volvió.

-- ¿En serio?

--Si. Vino, pero salió volando con Daniel.

-- ¿Volando? ¿Muy rápido?

--No, literalmente.

--...ah. Eso quiere decir que, o se reconciliaron, o Sam va a matar a Daniel.

-- ¡Alfred!

-- ¡Ah! Es broma, es broma.

Alfred abraza a James y le hace cosquillas para hacerlo sonreír. Y lo logra. Rápidamente lo carga en sus brazos y lo mira a los ojos. Sin decir nada lo lleva a su habitación. Lo acuesta y se pone a su lado.

-- ¿Entonces ya todo quedo arreglado entre Sam y Daniel?--pregunta el león

--Si. Al parecer Daniel quería... ammm... ayudar a Harturo a darle celos a Gami.

-- ¿Celos? ¿Por qué quería Harturo...? Ah, ya entiendo.

--Al principio tampoco lo creí. Y mucho menos el hecho de que ahora Harturo diga que no lo ama ya.

--Cuando será el día en que no pase nada en esta casa.

--Nunca amor, lo sabes.

--En eso tienes razón. Aun tengo que encontrar un modo de deshacerme del cobrador de Alan. Necesito más ideas para mi novela. No se que voy a hacer cuando vuelva al trabajo. Y ahora tengo que hablar con Gami para ver que le pasa.

--Eso es lo que me preocupa. Gami no parece sentirse mejor. Maldito sea Joaquín.

--Era lo mejor. Al menos aun sigue vivo. Quien sabe que le hubiera pasado.

--Lo se. Pero... desde que llegó Joaquín, no se, siento que comenzaron todos nuestros problemas.

-- ¿No creerás en la mala suerte?

--No es eso. Es... no se.

--Es por Harry, ¿verdad?

James suspira.

--Te mentiría si te digo que no. Yo... bueno... siento que Harry quiere lastimarnos de nuevo. Tengo miedo de que Ottelo y Eva vengan con el.

--Ya te dije que no permitiré que esos dos se metan entre nosotros. Te amo, y voy a cuidar de ti del mismo modo que tú cuidaste de mí.

--Confió en ti amor. Pero tampoco quiero que te hagan daño a ti. Recuerda lo que te dijo Ottelo, que va a hacerte sufrir por todo lo que le hiciste.

--Sin saber siquiera que le hice.

--Eso no lo detuvo la primera vez. Tampoco creo que lo haga ahora.

-- ¿Y por que se esperaría cinco años? Eso es lo más extraño. Si realmente quisiera hacerme algo ya lo hubiera hecho desde hace mucho.

--No lo se. De el me puedo esperar cualquier cosa.

--Amor, cálmate. Yo se cuidarme solo. Si a Ottelo se le ocurre aparecer, no permitiré que te toque ni un solo pelo.

--Yo también puedo cuidarme amor, pero gracias.

--Te amo.

--Yo también te amo.

Dicho esto, se funden en un apasionado beso, que complementan con un fuerte abrazo. Alfred se estira y apaga las luces, dejando que la oscuridad los cubra a ambos con su manto.

En un prado, despoblado a cinco kilómetros a la redonda, Daniel se encuentra acostado sobre el pecho de Sam. Las garras del dragón acarician su pecho. Mira hacía las estrellas, y piensa en lo lindo que es estar ahí. Toma sus garras y las besa. La cola del dragón se desliza por las piernas del tigre, acariciándolas con dulzura. Daniel gira un poco su cabeza para besar en los labios a Sam, que le corresponde el beso

--Lamento no haberte essscuchado amor--se disculpa Sam.

--No hay problema amor. Yo hice mal al no haberte dicho lo que estaba pasando.

--Sssolo queríasss ayudarlo.

--Lo se, pero al final las cosas no terminaron como yo esperaba. Harturo ni siquiera termino amando a Gami.

--Bueno, quisssá el asssercamiento le hizo darssse cuenta de que realmente no essstaba enamorado de él, sssolo sssentía algo fraternal.

--Pues espero que entre los dos las cosas se arreglen pronto. Gami aun esta muy triste por lo que paso con Joaquín, y creo que sería buena idea que encontrarán ambos a alguien.

--Pero tampoco puedesss tomar el papel de casssamentero.

--Supongo--se gira para quedar boca abajo sobre Sam--. Pero ahora no quiero hablar de nadie más que de ti. Quiero aprovechar este lindo momento, y disfrutar todo lo que venga por delante. No quiero que por otro secreto se arruinen los siete años que he vivido a tu lado.

--Ni yo amor. Esssta vida esss la que realmente quiero. Me aleje de muchosss para essstar a tu lado. Y no me arrepiento de nada.

Se abrazan y se dan un calido beso. Sienten una leve brisa pasar sobre ellos, causándoles un escalofrió que rápidamente se extingue ante el calor que sus cuerpos despiden al momento de estar juntos. Un ardiente calor que solo el amor puede provocar: aumenta la temperatura de nuestros cuerpos más allá de lo que se pueda imaginar, pero en ningún momento nos quema. Esa es la conocida llama del amor.

Tomaré mi reloj mágico y adelantare el tiempo hasta la tarde del día siguiente. Dentro de unas horas es la obra, y el único que no esta haciendo nada es Frank. Alfred sale de su habitación y se topa con Gami, que se ve más alegre.

--Gami, ¿Cómo estas?

--Mejor. No puedo seguir torturándome por Joaquín.

--Me alegra escuchar eso. Es hora de que inicies de nuevo.

--Si, es justo lo que pienso hacer.

--Vale. Oye, ¿me veo bien?

Vestido con un pantalón de mezclilla y una camisa verde desfajada, la clara señal de la falta de formalidad de Alfred Sherford para eventos importantes (que, necesita un defecto, es demasiado perfecto).

--Si, bastante bien.

--Estupendo. Será mejor que nos apuremos.

--Alfred, aun falta hora y media para que inicie la obra.

-- ¿Hora y media? Es muy poco-- (obsesivo por el control de su tiempo) --. Tenemos que apurarnos. Ni siquiera han llegado Sam y Daniel.

--Amor, tranquilo--le dice James, que sale de su habitación--. Necesitan tiempo para hablar.

--Tuvieron toda la noche.

--Esa clase de problemas no se arreglan tan rápido amor. Ya llegaran.

--Solo espero que no lleguen a bañarse. Sabes lo mucho que tarda Daniel.

--Igual que tú--le recuerda Gami.

-- ¡Oye! Si me tardó es por mi melena. No es algo que se tiene que tomar a la ligera.

James se ríe y lo abraza por la espalda, para luego juar con su melena.

--Amor, tu melena es linda. La arregles o no es linda.

--Pero es mi melena. La amo más que a ti.

-- ¿Qué?--lo suelta y lo empuja en broma.

--No, no, no--se da la vuelta y lo abraza--. Es broma, es broma.

--Más te vale, ¿eh? Si me doy cuenta de que le das importancia a otras cosas te mato.

Alfred frota su nariz con la de James, haciéndolo reír.

--Oigan, no coman pan enfrente de los pobres.

--Ah, no te pongas celoso--Alfred se suelta y lo abraza--. Que orita te toca a ti.

Gami lo separa entre risas.

--Ni lo sueñes. Los leones no son mi tipo.

--No dijiste eso cuando le echaste el ojo a ese león en el set ese día.

De no ser por que Sam y Daniel entran en este momento, hubiera iniciado una discusión entre estos dos. Ambos sonríen.

-- ¿Qué esta pasando?

--Ah, nada. ¿Cómo están ustedes?--pregunta Alfred.

--Mejor. Ya arreglamosss lasss cosssasss--le contesta Sam.

--Si. Desde ahora tendré más confianza en mi dragón.

--Y yo trataré de ssser menosss temperamental.

--Eso suena bien. Ahora--Alfred truena sus garras--, arréglense ya, sino vamos a llegar tarde al teatro.

-- ¿Cómo te atrevesss a tronanarme los dedosss?--le gruñe Sam. Alfred traga saliva, pero al final Sam se comienza reír.

--No es gracioso--le reclama.

--Anda, era una broma.

--Sí, así te voy a decir.

Saca un cepillo y sigue peinando su melena. Alan y Zashi salen en ese momento.

--Y dice que no es narcisista--señala Alan.

--Cállate gato domestico. Yo no soy el que se pasa una hora mirándose en el espejo.

--Tengo que ensayar.

--Hace meses que no trabajas.

--No ha llegado el papel indicado.

Alfred y Alan gruñen. James se lleva la garra a la cabeza y lleva a Alfred a la habitación.

-- ¿Y donde esta el actor?--pregunta Zashi.

--Sigue en su habitación--contesta Alex, que se encuentra en la sala viendo la televisión.

-- ¿No deberías arreglarte?--pregunta Alfred que vuelve a salir. Alex se levanta y le muestra que ya esta vestido.

--A diferencia suya, yo no tardo como una mujer en arreglarme por mi extremo narcisismo. Ni tampoco soy un paranoico obsesionado con el tiempo.

--Oye, más respeto, soy tu padre--le dice Alfred.

--Bueno, en eso tiene razón--señala Gami. Todos miran a Alfred, que solo refunfuña al saber que Alex tiene la razón.

--Vale, solo apúrense que se nos hace tarde--se escucha alguien llamar a la puerta. Alfred se apresura para llegar a abrir. Frente a él esta un zorro café, con brillantes ojos azules y un rostro de ensueño... pero no surte efecto en el león-- ¿Qué desea?

--Ah, soy Emilio, un amigo de Frank. ¿Puedo hablar con el? Es sobre la obra.

--Vale, lo llevaré a su habitación--Alfred lo deja pasar para luego cerrar la puerta. Lo guía a través del pasillo hasta la sala, donde todos lo observan con indiferencia. El zorro es alguien que no habían conocido, y que al parecer no quieren conocer, pues en su mirada se observa la ambición. Alfred llama a la puerta de Frank--Equino, tienes visitas.

-- ¡Pasa!--se escucha. Alfred abre la puerta y deja pasar al zorro, cerrándose tras el.

--Frank, soy Emilio.

--Ah, ¿Qué pasa Emilio?

--Tenemos que hablar.

--Si es sobre el papel, puedes burlarte todo lo que quieras. Después de todo, iras a Broadway.

--No es sobre eso. Erick ya me dijo lo que paso.

Frank se levanta de la cama de golpe. Mira sorprendido al zorro.

--Debe ser una broma.

--No lo es. Frank...

--Quiero estar solo.

--No, me vas a escuchar. Se que no nos llevamos muy bien. Pero esto no es un juego. Se que te sientes culpable. ¿Crees que Erick no?

--Soy una basura por haberlo infectado.

--Y también lo eres por no haberle dicho nada a tus amigos. Sin embargo, no es razón para renunciar a tu sueño--Frank se sienta en la cama, sin mirarlo.

--Mi sueño se perdió.

--Aun puedes hacer algo por recuperarlo. Frank, el te ama, y te seguirá hasta el fin del mundo. ¿Recuerdas lo que me dijiste cuando nos conocimos? La vida del actor esta sobre el escenario. Fuera de el todo es un papel bien ensayado. Bueno, es hora de cambiar de escenario y tomar el mejor papel de tu vida.

Dicho esto sale de la habitación. Frank sabe a que se refiere. Mira una foto suya con Erick, en la primera obra que hizo. Después de todo, quizá aun tenga una oportunidad.

Se levanta y sale de su habitación. Ya todos están casi listos.

-- ¿Qué te dijo tu amigo Emilio?--le pregunta Alfred.

--Algo importante. Chicos, me iré aparte. Tengo que prepararme.

-- ¿Vas a actuar?--pregunta Harturo.

--Tengo un papel que tomar.

--Entonces apresúrate.

Entra de nuevo a su habitación. Abre su closet y piensa: si no puede usar una coraza para cubrir su realidad, al menos la arreglará para que no se vea tan fea.

El teatro esta casi lleno. Todos están en la octava fila, esperando a que inicie la obra. Mientras tanto charlan de cosas sin importancia.

Mientras tanto, detrás de escena, todos los actores se preparan para salir a escena. Erick, aun algo deprimido, se encuentra organizando todo. El primero en salir a escena es Dante. Se escucha la tercera llamada y las luces se apagan, dejando solo aquellas que apuntan al escenario. Alfred les pide a sus amigos que guarden silencio.

El primero en salir a escena es Emilio, el zorro que los había visitado.

--A mitad del camino de la vida, en una selva oscura me encontraba, por que mi ruta había extraviado...

--Espera, ¿no Frank iba a tomar ese papel?--pregunta en voz baja Alan.

--Al parecer no. A menos que algo este mal y salga más tarde--señala Daniel.

--No, ese era el papel de Frank.

Detrás de escena, Erick mira a Emilio, tomando aquel papel que hubiera deseado fuera de Frank. De repente siente una pata sobre su hombro. Al voltear se sorprende al ver a ese lindo caballo que tanto ama.

--Frank... ¿Qué... que haces aquí? Creí que Emilio hablo contigo para convencerte de tomar el papel.

--Es lo que estoy haciendo. He tomado muchos papeles, he visto tantos escenarios. Y mi vida fuera del teatro siempre fue una actuación. Quiero dejar de actuar, tomar el papel que he deseado. Ese papel es estar a tú lado.

--Frank...

--Se que hice mal ocultando ese secreto. Si hubiera dicho lo que estaba pasando desde un inicio, todo esto se hubiera evitado. Déjame compensar el daño que provoque. Quiero apoyarte, ser el hombro que necesitas para seguir este camino. Quiero ser más que un amigo, que dejes de coordinar detrás del escenario y tomes tu papel como el que coordinará mi vida con su amor y su dulzura, y no con una tabla y una hoja.

--Esto... yo...

--Entenderé si quieres odiarme por lo que paso entre nosotros. Pero no puedo dejar de vivir sin ti.

--Frank--le tapa la boca para que no hable. Frank disfruta ese momento, oliendo profundamente su garra, dejándose envolver por ese aroma--. Escúchame un momento. Si, lo que hiciste estuvo mal. Lo más seguro es que ahora también tenga VIH. Pero no me importa. Lo dije una vez, y lo vuelvo a decir, quiero vivir la misma vida que tú vives, sufrir lo mismo que tú, disfrutar las mismas cosas que tú. Lo quiero hacer por que te amo, por que de verdad te amo.

Le quita la garra de encima y le planta un calido beso. Frank le contesta atrayéndolo en un fuerte abrazo. Ambos sienten como si fuera el primer beso que se dieron. Las patas de Frank acarician su espalda, mientras las garras de Erick se pasan por su cintura. Se pegan más, hasta tener sus pechos juntos, hasta sentir sus respiraciones, las palpitaciones de sus corazones. Buscan hacerse uno solo en un fuerte abrazo. Buscan unirse para nunca separarse. Buscan olvidar el dolor que ambos sintieron, y dejar que el amor cubriera sus corazones.

-- ¿Podemos sentarnos?--le pregunta Frank al león que esta sentado a lado de los dos asientos vacíos.

-- ¿Frank? ¿Ese no era tú papel?--le contesta Alfred (olvidando que es de brutos contestar una pregunta con otra pregunta).

--Bueno--se sienta, y Erick se sienta a su lado. Toma la garra del huskey y la besa--. Ya es hora de que tome el papel que me corresponde en esta vida. Dejare de actuar y viviré con aquellos que estimo.

--Me alegra mucho escuchar eso--dice James.

--Si, sabes que somos tus amigos, y te ayudaremos en todo lo que pase--añade Gami.

--Bueno, debo agradecer al huskey que esta aquí a lado, el fue quien me demostró lo importante que es la vida--le agradece a Erick.

--Lo más seguro es que ahora tenga VIH. Pero no tiene caso entristecerse, cuando se tienen razones por las cuales luchar--finaliza el huskey.

Frank asiente, para luego mirar a Emilio. El vivió bajo su sombra por mucho tiempo. Ahora es tiempo de que cumpla sus sueños, como el ha cumplido los suyos.

Un par de horas después la obra termina. El grupito se espera a que todos se vayan. Ya cuando solo quedan algunas personas, se deciden a irse. Pero de repente el director, un toro viejo con lentes de sol detiene a Frank. Tras el vienen tres sujetos bien vestidos: un puma, una garza y un perro.

--Frank, esperaba verte en el escenario.

--Bueno, parece que las cosas cambiaron señor.

--En el último momento. Ven, Emilio--le hace señas al zorro que esta sobre el escenario, con su mochila al hombro, listo para irse. Se acerca al grupo, algo temeroso, pensando que lo reprimirán por tomar el papel de Frank. Los demás deciden alejarse de la conversación.

--Señor...--comienza a decir el puma a Frank.

--Llámeme Frank.

--Frank. Su director me hablo mucho sobre usted, dice que es un estupendo actor, que sabe como interpretar cualquier papel que le pongan en frente. Sin embargo, esperaba verlo en el escenario, hoy.

--Esa clase de actitudes--sigue la garza--nos hacen pensar que no tiene interés en su labor. Un actor como usted debió estar en el escenario, sin importar las circunstancias.

--Venimos a verlo a usted--finaliza el perro--. Y vimos a un zorro. Nos impresiono más la labor del señor Emilio. En cambio, creemos que usted nos vio la cara. Exigimos una explicación.

--Bueno--Frank extiende su pata hacía Erick. Este se acerca y la toma, para luego abrazar a Frank--, me harte de tomar uno y otro papel. Decidí tomar uno fijo. Si esto le da fin a mi carrera, no me importa. Tengo aquí todo lo que necesito.

--Admirables sentimientos--contesta el perro. Saca una tarjeta y se la da a Emilio--. Su director nos hablo sobre lo buen actor que es usted también. Por lo que vimos, tiene la razón. Nosotros venimos buscando un nuevo talento, y lo encontramos. Cuando terminen las presentaciones, llámenos. Le pagaremos el boleto para su nuevo trabajo en los teatros de Broadway. Felicidades.

Emilio esta impactado por lo que acaba de escuchar. Lo primero que hace es abrazar a Frank, como agradecimiento ante la oportunidad que el le brindo.

--Muchas gracias Frank--le dice al oido.

--Es lo menos que puedo hacer. Me abriste los ojos.

Lo suelta y mira a los cazatalentos.

--Muchisimas gracias por esta oportunidad. Les juro que no les fallare.

--Sabemos que no será así--dice la garza.

--Y usted--dice el perro, mirando a Frank--. Dejando atras el ambito laboral, debo decir que estoy impresionado, como mis colaboradores, por su decisión. Dejar una oportunidad como esta es algo impresionante. El amor que debe sentir por este joven lo llevo a tomar una decisión que nadie habría tomado. Si tuviera más ambición sería un actor impresionante.

--Dejare la ambición para aquellos que sepan afrontarla--le contesta.

--Supongo que en eso tiene razón. Si algún momento decide ambicionar a algo mayor, ya sabe a quien hablarle para vernos. Espero no equivocarme al decir que su amigo Emilio le reservará un lugar para usted en las marquesinas.

--Creo que el se las merece más que yo. Con su permiso--le hace una seña a sus amigos, abraza a Erick y camina entre los tres cazatalentos, aun sorprendidos por la decisión del caballo. Al final, su amor venció el miedo al horrendo antifaz que la ambición y el temor ponen sobre nuestra realidad.

A la salida del teatro, Frank besa a Erick, quien le contesta con un fuerte abrazo y una dulce caricia en el cuello.

--Gracias amor--le dice Erick.

--Gracias a ti por abrirme las puertas de tú corazon.

--Ya, ya, esa clase de cosas se hacen en privado--les detiene Alfred, al ver que las caricias comienzan a ser más abajo. Frank solo le contesta con una seña obsena, sin dejar de besar a Erick--. Si, te la metería si no tuviera dueño.

--Ese no es impedimento--dice Frank rompiendo el beso. Erick solo finge molestarse dándole un leve empujon en el pecho--. Es broma amor. Solo soy tuyo.

--Espero que sea así.

--Y bien, ¿que harán?--pregunta James.

--Creo que saldre con mi huskey a beber algo. Ustedes pueden perderse.

--Si, yo te voy a perder, pero en el aberno--le reta Alfred. Frank le saca la lengua mientras se aleja de ellos con Erick. Al dar la espalda a sus amigos, llegan a sus oidos las felicitaciones de sus amigos, por haber tomado la mejor decisión.

--Creo que nos queda un largo camino por delante, ¿no lo crees?--le pregunta Erick.

--Bueno, con las medicinas tenemos un promedio de vida normal. Pero con el amor que ahora me brindas me has asegurado la inmortalidad.

--Igual que tu a mi amor--toma su pata--. No me importa estar infectado o no, siempre en cuando te tenga a mi lado seré feliz.

Recarga su cabeza en el hombro de Frank, mientras ambos avanzan hacia la felicidad que tanto habían deseado. Frank le explicará la razón por la que se mantuvo callado tanto tiempo, y sabe que lo entenderá y lo apoyara. Después de todo, la confianza, aunque no tiene un rostro tan lindo como la mentira, es mucho más fuerte que esta para decorar nuestra realidad.

De Gami:

"Que hay Alfred? Espero que no estes molesto por lo que vas a leer. A esta altura ya has de tener una idea de por que les he dejado esta carta. No espero que me entiendan. De hecho preferiría su odio por la vergüenza con la que me voy dejando solo esta carta. Veran, ya no puedo vivir aquí. Tenían razón sobre Joaquín, el solo buscaba usarme. Y me siento avergonzado por no haber escuchado a los amigos que tanto me han ayudado. Ya no puedo vivir aquí por que cada vez que los vea recordaré el error que cometí. Trate de arreglar las cosas, hacerme a la idea de que podía vivir así, pero no pude. No quiero seguir aquí, viviendo una mentira, haciéndolos creer algo que no es. Discúlpenme por haberlos dejado, pero no quería que me pidieran que me quedará, para que terminará aceptando y seguir viviendo una mentira. Me iré a Estados Unidos, a tomar algunos seminarios de dirección. Trataré de iniciar de nuevo, evitando los errores del pasado. Por el momento no les diré mi dirección, pues quiero estar solo por un tiempo. Alfred, dile a Alex que le dejo mi habitación con todas mis cosas. Se que el les dará un buen uso. Les agradezco todo el apoyo que me han dado desde que nos conocimos, créanme que les estoy eternamente agradecido.me gustaría escribirles más cosas, pero están por despertarse, y no quiero que me vean. Por favor, no me busquen, no traten de detenerme, dejen que siga este camino solo. Cuídense mucho, y espero que pronto nos volvamos a ver. Los quiere, Gami."

Alfred deja la carta de Gami en la mesa, y abraza a James, que trata de controlas sus deseos de llorar. A su alrededor, el resto de sus amigos se sienten igual, en especial Alex. Por sus mentes pasa la imagen del can, con sus maletas, subiendo a un avión, alejándose de la vida que tenía con sus amigos.

Es difícil perder a un amigo, pero es mejor que tenerlo con nosotros viviendo una mentira, una vida que no es. Es por eso que muchos prefieren la mentira, pues evita e dolor que la realidad causa.

Nota del autor

Bueno, despues de más de un mes de espera les traigo el nuevo capitulo. De nuevo disculpen mi tardanza, créanme que me siento avergonzado por tenerlos tanto tiempo esperando. Al menos me alegra saber que a pesar de tanta tardanza, siguen esperando por el siguiente capitulo, y que de algún modo, lo que escribo les ha cambiado de algún modo su vida, para bien. Saber que algo que me gusta sirven para otros me hace sentirme realizado. Pero en fin. Gracias a todos ustedes, mis buenos lectores, que disfrutan de mis historias y siempre esperan por el siguiente capitulo. Como ya dije una vez, un lector no sería nada sin sus lectores. También le agradezco a mis amigos, que han sido un gran apoyo para todo lo que he hecho, y que están para mi cuando los necesito. Pero en especial gracias a mi tigurshito lindo. Amor mio, ya no falta mucho,dentro de un mes se cumplicra nuestro primer aniversario. La idea de cumplir un año contigo me encanta, y me llena de felicidad. Tu amor me ha dado fuerzas para seguir, a pesar de todo lo que hemos pasado. Por eso te agradezco tanto amor, por todo lo que has hecho por mi, y por todo el amor que me brindas y me brindaras. Te amo mi lindo tigueshito James n.n