Tempus Fungi

Story by Alfred Sherford on SoFurry

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#15 of El Lobo guardian


Capitulo 15: Tempus Fungi

Es latín. Significa el tiempo vuela. ¿Les ha pasado? En ese momento en que toda tú vida corre sin problema alguno, sin preocupaciones y esa clase de cosas, y te das cuenta de que todo avanza tan rápido, como si a Dios le causara gracia el poner en avance rápido la película de nuestra vida. Es lo malo de la vida: la podemos disfrutar, pero al darnos cuenta ya estamos metidos en otro problema.

Alfred y Alex se encuentran sentados en la oficina del director Fuentes. Es un oso enorme, de unos 48 años, con fuertes brazos que parecen capaces de matar de un golpe a cualquiera. Pero, al contrario de eso, el señor Fuentes es bastante calmado. Sus oscuros ojos infunden una paz sin igual. Y su voz es muy suave, al contrario de la grave voz de otros de su especie. Además, su oficina esta bastante bien decorada, con plantas exóticas pero bastante bellas, y pinturas de paisajes. Es un estupendo lugar para estar, incluso si estás castigado.

--Señor Sherford--le estrecha la garra a Alfred. Después de soltarse los tres se sientan--. Es todo un placer conocer a un escritor como usted. He leído todos sus libros, y no me queda más que felicitarlo por su trabajo.

--Muchas gracias señor Fuentes. Me alegra saber que le encanta mi trabajo.

--No solo a mi, a mis hijos también. Tienen en un estado perfecto sus libros. Son la primera edición, y le gustaría convertirlos en valiosas reliquias que heredar a sus hijos.

--Suena estupendo. Felicítelos de mi parte.

--Así lo haré. Pero pasemos a cosas más importantes. ¿Quién es el pequeño? ¿Sobrino suyo?

--No, es mi hijo.

-- ¿Hijo?--parece sorprendido--Pero, pero creí que usted era...

--Lo soy, es que es adoptado.

-- ¡Oh! Ya veo. Pero, ¿no sabía que había adoptado a un niño? Esa clase de cosas la prensa las sabe al instante.

--Bueno, son esa clase de cosas que uno se mantiene en secreto. Además, soy periodista, así que conozco sus mañas.

--De acuerdo--no cree del todo eso, pero tampoco quiere meterse en su vida--. Y dime pequeñín, ¿Cuál es tú nombre?

--Alejandro Sherford, señor.

--Vaya, que gusto conocerte Alex. Se ve bastante despierto--le dice a Alfred-- ¿Qué edad tienes?

--Seis años.

-- ¡Seis! No me la creo. No parece tener seis.

--Es muy inteligente--señala Alfred.

--Y educado. Desde el inicio de nuestra plática se ha mantenido bastante callado. Otro niño se hubiera puesto a interrumpirnos. Debe estar orgulloso de haberlo adoptado.

--Así es. En fin, lo que deseaba era ver si habría algún tipo de problema en inscribirlo.

--Bueno, tenemos que revisar algunas cosas, pero eso lo dejaremos para después. Lo que me interesa es el grado donde podría entrar.

-- ¿A que se refiere?

--Bueno, supongo que ya sabe algunas cosas. No veo necesario que le enseñen cosas que ya sabe.

--Eso si.

--Así que podríamos adelantarlo un poco. Claro, si usted esta de acuerdo.

--Bueno, por mi encantado. ¿Pero no cree que pueda afectarle? Digo, puede ser más inteligente que un niño de su edad, pero sigue teniendo seis años. Es posible que le afecte un poco la diferencia de edad con sus compañeros.

--En eso estamos de acuerdo. Pero se puede arreglar; hablare con el psicólogo escolar para que le haga una prueba de coeficiente intelectual y veamos con la junta directiva y demás, que tanto se le podría adelantar. Y para estar seguros de si es capaz de afrontarlo, se le hará un análisis de conducta.

--Ya veo.

--Así estaremos seguros de si su comportamiento no le afectara.

--Suena estupendo para mí. ¿Qué piensas Alex?

--No veo ningún problema.

--Estupendo--se pone de pie, a lo que le siguen ambos leones--. ¿Qué les parece si damos una vuelta por las instalaciones?

--Habla como si ya estuviera inscrito--señala Alfred.

--Es por que ya lo esta--le hace una seña a Alfred para que se acerque un poco y que Alex no escuche--. Aquí entre nos, no creo mucho en su historia señor Sherford--Alfred traga saliva ante el miedo de que lo descubran--. No es tan fácil adoptar estando soltero. Pero si Alex es tan inteligente como dice, no podemos dejarlo pasar.

--Ya comprendo.

--De acuerdo, acompáñenme.

Los tres salen del salón, ligereados por el señor Fuentes. Comienza a mostrarles las instalaciones, asombrando a ambos leones por la perfecta calidad que presentan. Alex queda boquiabierto cuando pasan por la biblioteca. Alfred sabe que no hay mejor opción que esta.

Al pasar por uno de los salones de sexto, el señor Fuentes deja que Alex se adelante un poco para hablar en privado con Alfred.

-- ¿Pasa algo señor?

--La verdad, si. Una de las cosas que respetamos en esta institución es la confidencialidad de los estudiantes. Por ejemplo, ese chico que ve allí--señala a un leopardo en el salón de sexto--, su padre esta en prisión. Su madre trabaja doble turno para poder pagar la escuela, y casi no esta con el. Sin embargo es un estupendo estudiante. En cualquier otra escuela le harían burla por que su padre esta encerrado, por lo cual sería un pandillero, un pésimo estudiante y sin duda se drogaría.

--Suena muy estereotipado.

--Desafortunadamente es así en la mayoría de los casos, en especial desde que son chicos. Usted como periodista debería saberlo.

Y así es. Todo periodista, sin excepción, debe pasar primero por una temporada en la nota roja. No es un puesto agradable, pero es parte de la profesión, forma el carácter y la sangre fría para no temer ante lo que se deba publicar. Alfred vio muchos jóvenes que vendían drogas, y que desde niños vieron a sus padres tras las rejas. La historia de muchos pandilleros.

--En eso tiene razón.

--La confidencialidad es lo que marca la diferencia. Eso, y amigos de confianza. Yo nunca diré de quien es hijo Alex, pero los chicos pronto se darán cuenta. Hay muchas complicaciones morales, y usted sabe cuales. En el caso de Alex, no le aseguro que haya mucha confidencialidad. Será muy difícil que no se burlen de el.

--Lo entiendo. Pero ya hable con el, y sabe a que se va a enfrentar.

--Eso es bueno. ¿Qué le parece si dejamos que Alex vea el resto de la escuela mientras nosotros hablamos sobre la inscripción?

--Me parece bien.

Alfred le dice a Alex que vea el resto de la escuela mientras el habla con el señor Fuentes, solo que tenga cuidado y no se vaya con alguien que no conozca. Después de eso, el león y el oso regresaron a la oficina, donde sin problemas llegaron a un acuerdo sobre la inscripción de Alex. Al final solo le pidió que firmara los libros de sus hijos. Alex le cayó estupenda la noticia.

Tempos Fungi.

El tiempo vuela. A pesar de que Alan y Zashi no se dicen de frente que se aman, se llevan bien. Su relación amistosa mejoro considerablemente. Gami comenzó a pasar más tiempo de lo usual con Joaquín (entiendo que quieren recuperar el tiempo perdido, pero tampoco hay que abusar). Harturo aceptó el contrato con la compañía Evolution, y ya esta desarrollando nuevos programas. Erick se ha pasado mucho tiempo ayudando a Frank con su papel. Y Sam ha bajado un poco a su paranoia, pero sigue atento ante los movimientos de Daniel. Y bueno, de Alfred y James ni hablemos, con ellos todo parece ir bien.

El que si se ve bastante contento es Alex. El tiempo ha llegado, y hoy es su primer día de escuela. Puso su despertador antes que el de los demás. Cuando Alfred despierta, el ya esta listo, esperando en la sala. James le prepara algo para que coma en el receso. Todos le desean suerte en su primer día.

Al llegar, Alfred lo acompaña a su salón. La escena de niños llorando por no querer separarse de sus padres le parece irónica, pues cuando cumplan la mayoría de edad, lo que más desearan es alejarse de ellos. Sin embargo, Alex se ve ansioso de comenzar. Alfred espera que cuando sea mayor actué como esos niños, y no lo deje.

Al llegar a su salón, Alfred le da un beso en la frente y se despide. Verlo correr y tomar un lugar en frente le llena de emoción.

--Buenos días--le dice una voz femenina a sus espaldas. Alfred se voltea y ve a una paloma tras de el, vestida muy elegante.

--Usted debe ser la profesora.

--Señorita Elena Montenegro, mucho gusto. ¿Usted es...?

--Alfred Sherford.

--Oh, he escuchado de usted. Es un estupendo escritor.

--Muchas gracias.

-- ¿Y cual es su hijo?

--Es el león blanco sentado en el frente.

--Ah, Alex. El señor Fuentes me hablo de el. Creí que lo adelantarían.

--Alex no estuvo de acuerdo. Quiere cursar como todos los demás un ciclo normal. Además temo que pueda haber problemas por la diferencia de edad.

--Eso si. Bueno, no tiene que preocuparse más. Cuidare bien de su hijo.

--Confió en usted.

Se despiden, y mientras la maestra entra al salón recibida por un caluroso "buenos días" de los niños, Alfred se aleja para volver a casa. Tempos Fungi.

La vida de un niño es quizá la más rápida que puede haber, pues no se recuerda. Sientes como si apenas ayer fueras ese pequeño o pequeña de seis años que se divertía imaginando mundos inexistentes, y al día siguiente te convertiste en ese joven o señorita que lucha por crear su propio mundo, su propia vida. Ellos tienen la ventaja de que todo les da igual, sin importar si estuvieron al borde de la muerte. Ellos viven la vida en segundos, disfrutando cada uno de ellos.

--Buenos días jóvenes--les saluda la maestra--. Me alegra mucho verlos. Soy la señorita Elena Montenegro. Seré su profesora de primer año. Se que muchos se sienten tristes por haberse separado de sus papas, no están acostumbrados. Pero les prometo que se van a divertir aquí, y aprenderán muchas cosas. Para cuando se den cuenta ya estarán de regreso en sus casas. Pero veo a un chiquillo muy alegre aquí enfrente--se dirige a Alex-- ¿Cómo te llamas leoncito?

--Alejandro Sherford. Pero todos mis amigos me dicen Alex.

--Que lindo nombre--se hinca frente a el--. Te ves muy feliz de estar aquí.

--Me gusta mucho. Mi papá me dijo que conocería a muchos amigos.

--En eso tienes razón--se pone de pie y avanza--. Y aquí atrás tengo a un tímido canguro...

--Hola Alex--le saluda alguien atrás de el, con lo que deja de escuchar a la maestra. Al voltear ve a un pequeño halcón con gafas--. Me llamo Rafael, pero todos me llaman Rafa.

--Hola Rafa.

--Tú apellido es raro, ¿sabes? No es español.

--No, mi papá nació en América, de ahí su apellido--miente, pues Alfred le dijo que a nadie le dijera que es adoptado.

--Vale, aun así suena bien.

--Gracias.

Y como los niños viven solo los segundos de su vida, no les importa que clase de amigos tengan. Pueden entregar su confianza a cualquier otro niño, pues ellos creen cualquier cosa. A pesar de haberse apenas conocido, ya Alex y Rafa se tratan como si hubieran estado juntos desde la sala de maternidad. Aunque presta atención a lo que la profesora dice, también escucha todo lo que Rafa le diga. No necesitan más que ese día para conocerse bien. Tempos Fungi.

El tiempo vuela. El primer día de clases pasa con rapidez, y el de Alex no es la excepción. A pesar de que no vio nada interesante, le alegro mucho estar en un ambiente diferente, conocer nuevos chicos, y distraerse de la monotonía del hogar.

Alfred llega puntual por el. Lo recibe con un abrazo, y de vuelta a casa le va platicando como le fue, todo lo que hizo. Le habla sobre Rafael, y de cómo rápidamente se hizo su amigo. Dice que la maestra es bastante amistosa, y que le alegra tener en su clase a un chico tan inteligente. Después le dice la cantidad de cosas que va a necesitar para mañana. Alfred solo le da una palmada en la cabeza, mientras sonríe, feliz de ver a su "hijo" feliz.

Al llegar a casa, les repite lo mismo a todos los demás, quienes comparten su alegría con Alfred. Es cierto, ninguno de ellos disfruto de su primer día de escuela. Ver a Alex haberlo disfrutado, les hace sentir algo extraño, un sentimiento de alegría. Sam y Daniel se ofrecen para llevarlo al centro a comprar lo que necesite, y de paso un helado como regalo. Alex sonríe y abraza a Sam, que fue el de la idea.

Mientras tanto, Alan decide salir. Su mes de servicio comunitario había terminado, pero ahora iba al centro de rehabilitación por gusto. Además de que quería ver a Zashi. Felicita de nuevo a Alex por su primer día y se va.

Los adolescentes y los adultos que aun no superan los 30, viven la vida por minutos. Los disfrutan, pero saben que deben cuidarlos pues son cortos. Nacen sus primeras responsabilidades, y comienzan a dedicar tiempo a su futuro. Viven la vida, pero también cuidan de ella. Y eso es lo que quiere hacer Alan, cuidar su vida. Durante años se comporto como un niño, viviendo tan solo los segundos, sin pensar en las consecuencias de sus actos. Pero ahora tiene una razón por la cual cambiar sus hábitos. Eso es lo lindo del amor, nos mueve a hacer posible lo imposible.

Al llegar se apresura a ir al patio interior, donde debe estar ahora tomando el sol. Y efectivamente, ahí esta.

-- ¡Zashi!--le llama. Zashi voltea y sonríe al verlo. Alan se acerca y se sienta frente a el. A pesar de que los doctores dicen que ya se encuentra bien, Zashi se niega a dejar la silla. Alan hace cualquier cosa con tal de convencerlo de que debe intentarlo, pero no lo logra.

-- ¿Cómo estas?--le pregunta.

--Bien. Hace rato llego Alex de la escuela. Se ve feliz de haber ido.

--Yo recuerdo mi primer día. Fue espantoso, no quería dejar a mi mamá.

--Igual yo. La verdad, nunca me gusto mucho mi escuela. No me iba tan bien que digamos.

--Pero mira que famoso eres ahora.

--Eso si. Mis amigos me fueron de mucha ayuda. Nunca fue mi deseo ser actor, pero pagan bien, y conozco a mucha gente.

--Pero antes eras diferente.

--Eso si. Este lugar también me ayudo a mí.

Pasan un rato hablando sobre lo que han hecho este día, pero de repente Alan le pide de nuevo que intente ponerse de pie. Como siempre, se niega.

-- ¿Por qué no?--le pregunta, al no entender su negativa.

--Tengo miedo--le contesta tras haberlo pensado bien.

-- ¿A que?--pregunta intrigado

--La verdad... lo merezco.

Zashi tiene secretos, como todos. Los adultos pasan su vida en horas: largas y aburridas, llenas de trabajo y responsabilidades. No disfrutan la vida como antes, cuando eran más jóvenes. Ahora deben preocuparse por otras personas, por su pareja, por sus hijos, por sus padres. Sienten que un día se hace eterno. Pero a veces, los jóvenes irresponsables se ven afectados por esto. Embarazar a una chica a los 18 años hace que desde ese momento tengas que afrontar tu vida en largas y tediosas horas.

Así es la vida de Zashi. El mapache del bar que habló con Alan tiene razón: Zashi se avergüenza de algo, o peor aun, le teme a algo, y ese temor le impide regresar a su vida anterior. Pero sabe que no puede seguir así. Ama a Alan, y se odia por haber dejado pasar tantos días a su lado solo por su miedo. Pero ya no puede seguir así. Desde que despertó en el hospital su vida ha sido un infierno. No quiere que Alan viva ese infierno.

--Claro que no lo mereces. Nadie merece esto.

--Claro que si. Alan, no te he... sido del todo honesto--baja la cabeza, triste por lo que pueda pasar.

-- ¿Qué tratas de decir?

-- ¿Recuerdas ese accidente que me trajo aquí?

--Si, el bastardo que te dejo aquí.

--Bueno... ese bastardo... soy yo.

Alan se sorprende al escuchar eso. No puede creer en lo que acaba de escuchar. Zashi, el chico bueno que perdió a sus amigos por culpa de un accidente, se había convertido en un mentiroso. Se niega en aceptarlo.

--Pero... no... no es verdad.

--Lo es. Todo es cierto. Venía de una fiesta con mis amigos. Yo no debía tomar, les dije a mis amigos que sería el conductor designado, pero no pude evitarlo. Me dije, "anda, solo una cerveza". Pero después vino otra, y otra. Cuando me di cuenta ya estaba en el hospital. Después supe que mis amigos habían muerto, todo por mi culpa. Ellos confiaron en mí, me dejaron a mí a cargo, y les falle.

--No tienes la culpa.

--Claro que la tengo. Merezco esto. Debí haber ido a prisión, pero mi papá movió todas sus influencias, no para protegerme, sino para que no se burlaran de el, para evitarle la vergüenza a la familia. Aunque deseaba estar el resto de mi vida en prisión. Pero supongo que esto es mejor.

--Zashi...--Alan no sabe que decirle. No quiere que se sienta culpable por algo que le pudo pasar a cualquiera--... de acuerdo, cometiste un error. Pero tampoco puedes culparte por esto toda la vida. Debes comenzar de nuevo y no cometer el mismo error.

-- ¿Con que caso? Eso no les devolverá la vida.

--Estar sentado aquí tampoco lo hará. Si te salvaste es por algo, pero no para castigarte así.

-- ¡¿Y tú que sabes de dolor?!--le reclama con lágrimas en sus ojos--.Tú tienes a tus amigos. Nunca les has fallado.

--Pero si les he hecho daño. Cada vez que cometía mis estupideces, ellos salían perjudicados. Siempre preocupándose por mí, arreglando mis problemas. Además, toda mi vida he sufrido, no te imaginas cuanto.

Zashi mira a Alan, y trata de imaginar su vida llena de sufrimiento, pero le cuesta trabajo ver debajo de esa imagen de perfección a un gato débil y herido.

--Pero si lo que quieres es estar solo--continua Alan--, adelante--se levanta y se aleja de el. Zashi solo lo ve alejarse. No quiere perderlo. Piensa en lo que le dijo. No quiere que su pasado siga atormentándolo. No quiere que le quite el amor de su vida. Entonces hace algo que no esperaba.

-- ¡Alan!--le grita. Al darse la vuelta, Alan se sorprende ante lo que ve: enfrente de el, Zashi se acaba de poner de pie. Con dificultad, da unos pasos hacía el, tratando de no caerse. Da un par de pasos, para luego perder el equilibrio. Alan se apresura y lo toma entre sus brazos para que no caiga.

No pueden evitarlo. Se tienen frente a frente. Pueden sentir la respiración del otro en sus rostros. Se miran fijamente, y sin esperar ni un segundo más, ambos se dan un apasionado beso. Se hunden en un fuerte abrazo y olvidan todo lo que hay a su alrededor. Es un beso calido, dulce. Un beso que hace olvidar las penas que ambos tienen. Un beso que los une... para siempre.

Gami y Joaquín se encuentran en un restaurante, pasando el tiempo. Se toman de la mano y se miran directo a los ojos. Han platicado sobre todo lo que les ha pasado el día de hoy.

--Pues me alegra saber que a Alex le fue bien--dice Joaquín.

--Lo se. Parece que las cosas en casa comienzan a marchar bien. Y entre nosotros igual.

--Eso si. Estoy tan feliz de tenerte a mi lado. Te amo tanto.

--Joaquín...--trata de decirle algo, pero el delfín le calla con un beso.

--Se que no es el momento, pero...

-- ¿Pasa algo?

--Pues... quería proponerte que... que vinieras a vivir conmigo.

Gami se asombra al escuchar eso. Le encanta despertar junto a Joaquín, y que sea lo último que vea al dormir. Pero...

--... no lo se. Me encantaría, pero tampoco puedo dejar a mis amigos así nada más. He pasado casi cinco años viviendo con ellos. A todos les dolería que me fuera.

--Lo se. No te estoy pidiendo que ya te vayas. Me gustaría que lo pensaras. Si no quieres no me voy a molestar. Solo piénsalo.

--Vale. Aunque no voy a negar que me gusta la idea.

Ambos ríen. Después se abrazan y se dan un dulce beso, para luego seguir comiendo. El tiempo es bastante maleable. Y el amor es un sentimiento capaz de manipularlo de un modo increíble, del mismo modo en que manipula otros sentimientos. El dolor causado por el amor, puede traer eternos e interminables segundos. La felicidad que trae el amor correspondido, puede acelerar el tiempo de un modo increíble. Ja, debo decir que es una tontería negar que la vida esta regida por el tic tac de un reloj.

Sin que nadie lo note, Joaquín comienza a acariciar el pecho de Gami, quien ríe algo nervioso. Vuelve a abrazar a Joaquín, y besa su nariz.

--Oye, ¿te pasa algo?--le pregunta Joaquín al ver algo raro a Gami.

--Bueno, es algo que paso con Harturo.

--Dime.

--Es que, estos días lo he notado muy raro. Digo, Sam y Daniel se aman mucho, pero parece que Daniel disfruta pasando más tiempo con Harturo.

--Crees que... ¿tienen una aventura?

--No quiero sacar conclusiones aceleradas. Quería saber tú opinión.

--Amor, no puedes meterte en la vida de los demás. Supongo que esta mal lo que están haciendo, en caso de que sea verdad, pero no es nuestro asunto. ¿Por qué te molesta tanto?

--Bueno...--es cierto, la verdad Gami no entiende por que le molesta--... ya se que son sus vidas, y no debo meterme en ellas, pero no se me hace justo que le hagan esto a Sam.

--En eso tienes razón. Si sienten algo el uno por el otro, deberían hablar con Sam. Pero no debes entrometerte, por que se lo curioso que es mi cachorrito.

-- ¿Tú cachorrito?

--Si. Eres mío, mío y de nadie más. Fui el primero que gozo de esos labios, y con quien primero hice el amor.

--De eso no tengo la menor duda.

Se inclinan para besarse de nuevo, ignorando las miradas de la gente que cree que los preceptos morales rigen el amor.

Ya han pasado más de una hora sentados, sin decir ni una palabra. Un simple si dio inicio a su relación, y ahora Alan y Zashi quieren disfrutar su tiempo juntos. La razón por la que no han cruzado palabra es por que ya saben mucho acerca del otro, y todo lo que deban saber lo dirán a su debido tiempo.

Tomados de las garras, miran hacía el cielo, ambos pensando en todo lo que harán como pareja de ahora en adelante.

--Oye, ¿Qué te parece si vamos a tú casa?--sugiere Zashi--Me gustaría conocerlos.

--A ellos también les gustaría conocer al chico que cambió mi vida.

-- ¿En serio me ven así? Espera, ¿ya saben de mí?

--Si, les he platicado mucho, desde el momento en que me di cuenta de que te amo.

--Vaya. Bueno, aquí entre nos, de ti también les he platicado a algunos de los chicos--Alan se sorprende. Al notar su respuesta Zashi le tranquiliza--. Oye, son de confianza, no le dirán a nadie. De hecho, si no quieres, no tienes que hacer público esto. A mi no me molestaría.

--Pero a mi si. Quiero que todos sepan lo mucho que te amo. No serás mi amante. Vas a ser ante todos mi novio, la persona con la que estoy dispuesto a pasar el resto de mis días.

-- ¿En... en serio?

--Si.

Ambos se ponen de pie, Zashi con algo de dificultad. Después, se abrazan y se vuelven a besar.

--Vale, te presentare primero a mis amigos--le dice Alan--, pero después. Antes quiero que sepan que ya somos novios. Les impactaría un poco que te llevara justo hoy a casa.

--Vale, puedo esperar el tiempo que sea necesario. Por mientras, ¿te parece si vamos a caminar? Me gustaría volver a caminar bien.

--Encantado.

Se toman de las garras y comienzan a caminar hacía la salida, felices de que por fin sus vidas se hayan hecho una sola.

Tempos Fungi. El tiempo vuela. El segundo día de clases ha comenzado, y tal como llego, se fue. Y el tercero, y el cuarto, y el quinto. Las vidas de todos siguieron sin problemas. Alan decide dejar pasar un poco más de tiempo antes de decírselo a sus amigos. Fuera de eso, sus vidas pasaron como sin nada.

Pero como dije al inicio, el tiempo vuela, y se detiene justo cuando las cosas andan mal. Un día, mientras espera a Alfred en la explanada de la escuela, un pequeño doberman se pone frente a Alex, aprovechando que no esta la maestra.

-- ¿Qué quieres?--le pregunta Alex al ver su actitud desafiante.

--Mi papá dice que tú papá es un marica, y que por ser tú hijo tú también lo eres.

--Yo no soy gay.

--Claro que si. Eres un marica como los que viven en tú casa.

--Oye, no le digas esas cosas--le defiende Rafa.

--Tú no te metas. O que, ¿te gusta?

--Claro que no. Pero tampoco voy a dejar que lo insultes.

-- Tú no me dices que hacer--lo empuja.

Alex no sabe entonces por que reacciona así, pero reacciona. Sin pensarlo dos veces le da tremendo puñetazo en el rostro, tirándolo al suelo. Desafortunadamente, tiene tan mala suerte, que se lo da justo cuando Alfred llega, viendo todo el espectáculo.

-- ¡Alex!--el león blanco no necesita voltear. Le dirige una mirada fulminante al doberman, toma su mochila y se va. No menciona ni una palabra de camino al auto.

Pero ya dentro, Alfred lo cuestiona sobre eso.

-- ¿Qué paso?

--Tú lo viste--le responde furioso.

-- ¿Qué clase de respuesta es esa? ¿Por qué hiciste eso Alex?

--Se lo merecía.

--Nadie lo merece.

--El si, me insulto, y a ti también.

--Alex, creí que ya...

--Habíamos hablado de eso--le gana Alex.

--Exacto.

--Pero no es justo. ¿Por qué debo quedarme sentado viendo como te humillan sin hacer nada?

--Por que así es todo el mundo Alex. Hay algunos que te aceptaran, y muchos que se reirán de ti. Pero, ¿sabes por que se burla la gente?--Alex piensa en una respuesta, pero no viene a su mente ninguna--Por celos. Tienen celos de tú inteligencia, y de lo buena persona que eres. Quiero que cuando seas mayor les des más motivos para reírse.

Alex entiende lo que su padre le acaba de decir. A pesar de eso, no parece contento.

--No es justo--afirma tras un largo silencio.

--Eres demasiado chico para entender la justicia.

--Y supongo que siendo mayor tampoco la voy a entender.

--Así es. Ve haciéndote a la idea. Además, tampoco veo justo que le hayas dado un puñetazo a ese chico. Puedes meterte en problemas si te acusa. Entre la agresión verbal y la física hay una gran diferencia. Que no vuelva a ocurrir--voltea a ver al león blanco por un par de segundos, pero este le ha dado la espalda. Alfred suspira, esperando a que se le pase pronto.

Como dije, los niños viven cada segundo. Pero tampoco están exentos de la eternidad a la cual el dolor somete al tiempo y a la persona. Ellos también sienten que el tiempo se alarga cuando sufren. Afortunadamente los niños saben perdonar cualquier ofensa, y olvidan su dolor con una simple risa. Desafortunadamente, Alex es la excepción.

Al llegar a casa entra hecho una furia y se encierra en su habitación. Todos lo ven sorprendidos. Alfred no lo detiene, sabe que tiene todo el derecho a enojarse. James se acerca y lo abraza, tratando de reconfortarlo al verlo preocupado.

-- ¿Qué paso?--le pregunta.

--Nada. Se burlaron de el por primera vez. Se enojo tanto que golpeo al chico. Si no llego a tiempo quien sabe que hubiera pasado.

-- ¡¿Lo golpeo?! ¿Por qué?

--Por que vive con su papá homosexual, el novio homosexual de su papá, y los amigos homosexuales de su papá--le recuerda a James.

--Oh... ya recuerdo.

--Va a ser muy difícil para el adaptarse. Primer año y ya se burlan. No me quiero imaginar que le harán en secundaria.

-- ¿Secundaría?--interrumpe Daniel--Peor aun, la preparatoria. Se lo comerán vivo.

--Gracias Daniel, por recordarme que somos la causa de esto--le reprime Alfred.

--Vale, lo siento.

--No se que voy a hacer con el. No ha empezado ni siquiera el primer mes y ya puede meterse en problemas.

--Tienes que relajarte. Dale tiempo, y entenderá las cosas--opina James mientras le besa la mejilla.

--Lo se. El problema es cuanto tiempo debo darle, o cuanto más soportará antes de volver a golpear a alguien.

Mientras tanto, Alex se lanza a su cama boca abajo y rompe en llanto. Más no es por dolor, sino por impotencia. Su papá tiene razón, de las palabras a los golpes hay una gran diferencia. Sin embargo, el no tiene palabras con que responder a las palabras. Por que ese doberman tiene razón: todos los que viven en esa casa, excepto el, son homosexuales.

Recuerda todo lo que Alfred le dijo antes de entrar. Sentado con el en el techo de la casa, viendo las pocas estrellas de la noche.

--Debes entender una cosa Alex. Ya sabes que mis amigos, James y yo somos homosexuales. Sin embargo, nadie en tú escuela sabe que eres mi hijo, adoptado, pero mi hijo. Cuando lo sepan, harán toda clase de burlas. Por que una pareja homosexual no puede adoptar hijos, no moralmente.

-- ¿Por qué?--le preguntó.

--Te lo explicaré cuando seas mayor. Quizá creas que podría entenderlo, pero se que no lo harás.

--Vale.

A pesar de eso, resulto ser más doloroso de lo que pensó. Le duele que se burlen de el y de su padre. Le duele no poder hacer nada. Le duele imaginar todo lo que seguirá de ahora en adelante. Lo que hizo tendrá consecuencias graves, y no le queda más que aceptarlas. Eso es lo que más le duele, perdonar cuando el fue el ofendido.

--Entiende que no es culpa de nadie--le dice James a Alfred, tratando de reconfortarlo.

--Quiero hacerlo, pero algo me dice que yo lo puse en esa situación.

--Todos nosssotrosss lo pusssimosss allí--le explica Sam.

--Exacto. No te ofendas dientes, pero si tuviera un padre normal, casado y con amigos normales, no le dirían nada--le explica Daniel.

--En cualquier escuela se iban a burlar de el--añade Harturo--, o quizá peor.

--Si, esta en una buena escuela. Imagina si lo hubieras escrito en otra peor--opina Alan, que milagrosamente, igual que Gami, no esta con su pareja.

--Tiene que acostumbrarse a la idea amor--finaliza James, que le besa la frente para calmarlo--. Sin importar la escuela o la edad, se van a burlar de el. De todos nosotros también se burlaron, ¿lo olvidas?

--Pero el no es como nosotros--le contesta Alfred.

--Por eso es peor, por que se junta con nosotros--dice Gami--.Un niño con sexualidad indefinida, viviendo con homosexuales. No afectaremos en lo absoluto su sexualidad, pero a la gente no le va a importar.

--Pronto van a saber que eres su padre. La gente comenzará a sacar conclusiones aceleradas, surgirán los chismes, y todos se te vendrán encima--le explica Alan--. Es hora de que comiences a pedir favores si no quieres que enloden tú reputación.

Es cierto. Deberá pedir muchos favores a otros compañeros del oficio para no darle vida a los chismes. Sin embargo...

--No es tan fácil--Alfred se pone de pie.

-- ¿Qué quieres decir?--pregunta Harturo.

--Puedo aceptar que adopte a Alex. Así nadie diría chismes sobre ello. El problema es que habrá algún abogado que se le hará extraño que algún juez haya olvidado todos los problemas morales que eso implica; pero en caso de que hubiera algún juez que llevara el caso, como es que lo mantuvo en secreto por tanto tiempo, pues un soltero, aunque puede adoptar, tiene que esperar años para adoptar. Si un abogado comienza a investigar quien llevo a cabo todo, verá que no hay documentación alguna. Tarde o temprano sabrán que todo es falso. A mi me enviaran a prisión, y no se que pasará con Alex.

El silencio de todos confirma que han entendido lo que ha dicho.

--Debo planear todo bien si no quiero que nadie sospeche--finaliza Alfred--. Pero antes tengo que hablar con Alex para ver que este bien. Pero no deben preocuparse, arreglare todo. Creo que Alan quería decirnos algo.

--Bueno, si. Pero no es buen momento.

--No quiero que se preocupen por algo tan simple. Recuerden, soy el periodista, se manejar estas cosas.

--Oh, vale... bueno, hace unos días, Zashi y yo... ya comenzamos a andar.

Todos, incluidos Alfred, olvidan lo que ocurre, y se alegran al saber que por fin Alan consiguió una pareja. Les comienza a explicar como es que ambos aceptaron su relación, y todo lo que han pasado juntos. Se sorprenden al escuchar que se ha abstenido de tener relaciones con el. Les dice que mañana vendrá a la casa a conocerlos a todos. Finalmente un miembro más de la casa ha encontrado el amor.

Al llegar la noche, Alfred decide ir a ver a Alex. Pero al entrar a su habitación no lo ve dentro. Sin embargo, la ventana esta abierta. Alfred sabe donde esta. La ventana lleva a una escalera de emergencia, y esta al techo. Al subir, lo ve ahí, mirando a las estrellas. Se sienta junto a el y mira hacía el cielo.

--No es justo--dice Alex.

--Eso lo se. Pero tampoco es justo que por esas cosas te dejes caer. No eres como nosotros, métetelo en la cabeza. Se que no te agradan las cosas que te van a decir, pero tampoco puedes agarrarte a golpes con quien se te ponga en frente.

--Lo entiendo. Supongo que tendré que pedirle una disculpa.

--Es lo mejor. Me alegra saber que pensaste las cosas--lo abraza.

--Sabes--le dice tras un corto silencio--, este día se me hizo enorme.

--El dolor hace eso.

--No quiero que sea así cada vez que me sienta triste.

--Tempos Fungi.

-- ¿Qué significa?--pregunta, curioso por la expresión.

--Es latín. Significa el tiempo vuela. El tiempo es muy maleable, los sentimientos lo alargan o lo acortan. Solo debes ser paciente, y encontraras la medida exacta de cada uno, para no tener que sentir como tú tiempo pierde forma. Hasta los sentimientos deben tomarse con medida.

--No pensé en algo así. Pero tiene sentido.

Alfred le besa la frente.

--No tienes la culpa hijo, y no tienes por que preocuparte por nosotros. Ya nos hemos acostumbrado a las burlas, y las hemos superado. Recuerda que su base son los celos. Tú tienes muchas cosas que ellos no.

--Tengo a un estupendo padre--dice tras pensarlo bien

--Es un buen inicio.

--Y una familia, algo extraña, pero una buena familia.

--Suena bien.

Los dos sonríen y se abrazan. Y padre e hijo, adoptado, pero hijo, se quedan, viendo las estrellas, olvidando los problemas que los aquejan.

El tiempo vuela. Los sentimientos son los que lo mueven. Lo acortan o lo alargan. Pero tal y como Alfred lo dijo, deben disfrutarse con medidas. No podemos dejar que los sentimientos nos hagan perder la noción del tiempo. De lo contrario, nos daremos cuenta de que nuestra vida se esta yendo entre nuestras manos, sin poder vivirla como es debido. Recuerden, Tempos Fungi.

Nota del autor

Nuevo capitulo, una semana tarde pero llego jaja. En fin, es un capitulo corto, que se puede leer en minutos. Me baso más en la relación de padre e hijo entre Alfred y Alex, y sobre el inicio de los problemas que su adopción traerá. Esto significa nuevos problemas para los chicos. En el siguiente capitulo, hablare sobre el cambio que ocasionara en Alan su relación con Zashi, y que por lógica también alcanzara a todos sus amigos. Por otro lado, veremos que es más fuerte en Gami, la amistad o el amor: quedarse con sus amigos, o iniciar una vida junto a la persona que ama. Esta clase de cosas, aunque lo nieguen, nos han pasado.

Agradezco a todos ustedes, mis lectores, que han seguido conmigo desde mis inicios. Muchas gracias por su paciencia. Cualquier duda o sugerencia, o si gustan agregarme, es [email protected] También agradezco a mis amigos, que me han prestado sus personajes, y que han sido de gran ayuda para mi, con sus consejos y sus sugerencias. Siempre han estado conmigo cuando mas los necesito. Muchas gracias a todos.

Y muchas gracias a ti amor. A lo largo de nuestra relación me has pegado muchas cosas: tú forma de hablar, tú pereza, tus gustos, digimon me esta comenzando a gustar de nuevo jeje. Pero también tú energía, tu felicidad, tú nobleza, y muchas otras cosas, que me tomaría hojas y hojas enlistar. Desde hace un par de días ya saludo a todos con una sonrisa. Y te doy gracias por eso, y por todo lo que has hecho por mi. Muchas gracias por tú apoyo, tu comprensión, por todo. Eres la razón de mi existir, por eso no puedo dejar de agradecerte. Te amo mi lindo tigueshito James.