El dia antes de navidad

Story by terkm on SoFurry

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#1 of El poder oculto


Esta historia es "los periplos de Gami" pero con una mejor redacción y con muchas cosas nuevas. Espero que os guste.P.D.: Aquí tenéis la animación del capítulo para que entendáis e imaginéis como y donde está cada cosa. http://img147.imageshack.us/my.php?image=pueblojg2.swf*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-**-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*El día se presentaba lluvioso, sin embargo, bastantes furs iban y venían por las calles de "Ciudad del Alba" y, teniendo en cuenta que faltaba menos de un día para que fuera navidad, era bastante normal. Todas las tiendas estaban llenas de gente haciendo cola. ¿Cuándo aprendería la gente a no esperar hasta un día antes para comprar los regalos? Aunque claro, no todos daban los regalos el día 25 de diciembre.Solamente había una tienda vacía. Una tienda que cerraría al poco tiempo debido a las pocas ventas que hacía. La puerta abriéndose, la campanilla sonando y las voces de un perro y una yegua disculpándose y dándose paso el uno al otro despertaron los ánimos del dependiente, un cocodrilo bastante mayor.Por lo que pudo ver con su desgastada vista, el dependiente apreció que el perro era bastante alto y no muy delgado, solo en su justa medida, aparentaba tener como mínimo 15 años. Su pelaje era de un color vainilla claro y sus ojos marrones oscuros, tanto que los confundía con las pupilas. Con lo que respectaba a la yegua, ya había acudido a esa tienda en muchas ocasiones. Se llamaba Merche, pero le gustaba que la llamasen Meru. No era demasiado alta, no debía sobrepasar el metro sesenta. Su pelo negro le caía sobre los hombros y sus ojos grandes eran de un marron oscuro, casi tanto como los del perro. Tenía un pelaje marrón que hacía contraste con su peloSiempre tenía una sonrisa en la cara, lo cual delataba en parte lo alegre que era. Como él mismo había podido comprobar, era bastante divertida, pero saltaba muy pronto cuando le intentaba tomar el pelo. Según lo que ella misma le había dicho, tenía 17 años.Meru se dirigió a un punto exacto de la pequeña tienda, pero el perro estuvo mirando durante un buen rato todo su alrededor sin decidirse del todo. El dependiente fue a levantarse para atender al perro, pero cierta yegua se le adelantó. Sonrió para sí, algún día debería contratar a esa yegua.-Perdona, ¿buscas algo en especial?-¿Eh? -se giró hacia Meru- pues... La verdad es que no, estoy mirando algún detallito pero...-¿Para un chico o para una chica? -le cortó de pronto-Para un amigo -dijo con cierta desconfianza el perroLa yegua se giró dirigiéndose hacia un estante para coger algunas cosas y volvió con el perro.-Mira, si le gusta el deporte, le gustará esto -levantó una mano enseñándole un pack de figuras de jugadores famosos de todos los deportes bañados en "oro blanco"- y si no, puedes probar con este -levantó la otra mano, dejándole ver un reloj pequeño de sobremesa fabricado exclusivamente, excepto la maquinaria, con madera-. Así que ya sabes, compra algo -le sonrió dejándole las dos cosas y se dirigió al mostrador a comprar lo que había cogidoEl perro se quedó con las dos cosas en la mano, indeciso. Escuchó al dependiente despedirse de la yegua y decidió llevarse el reloj.Fue al mostrador y le pasó el objeto al cocodrilo, que lo cogió y le miró el precio-Son 5,90. Es para regalo, ¿no?-Si -asintió, además, con la cabeza-Si no te importa que te lo pregunte... ¿Para quién es este regalo? -cogió una caja de cartón para meter el reloj y comenzó a liarlo con un papel poco llamativo-Para un vecino mío. Todos los años le doy algún detalle, y él me da algo a mí.-Seréis bastante amigos, ¿no? -terminó de liarle el regalo y se lo dio-Bastante -pagó lo justo y se encaminó a la puerta- feliz navidad-Feliz navidad"Feliz navidad" fue lo último que dijo aquel cocodrilo antes de volver a quedarse solo en la tienda de nuevo. Completamente solo, y no sabía por cuanto tiempo.*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*En otra tienda no muy lejana, en el Súper Alba, el mayor centro comercial de la ciudad, las colas casi llegaban a salir del edificio. El lugar estaba saturado de furs que iban de acá para allá, buscando regalos, hablando con los conocidos que veían...El perro había entrado en aquellos almacenes. Se asfixiaba con todo el bullicio, pero tenía que encontrarle; DEBÍA encontrarle, o no tendría oportunidad de darle el regalo.Miró su reloj digital; eran las 8 en punto. Tenía media hora para encontrarle o no llegaría a su casa a la hora acordada.Se acercó a un gato que estaba reponiendo la ropa, le preguntó sobre donde se encontraba su vecino y éste le indicó que estaba en la planta superior.Corriendo entre la gente llegó a las escaleras. Comenzó a subirlas pero se arrepintió ya estando por la mitad; la gente subía y bajaba por esa escalera y, a pesar de ser bastante ancha, estaban bastante apretados.Llegó al segundo piso casi sin respiración, y volvió a preguntar a otro dependiente sobre donde estaba.-No creo que lo encuentres -le respondió-. Su novia llegó hace poco y se fue con ellaEl perro le dio las gracias y suspiró cansado. "Gami, tienes una suerte impresionante tío" se dijo a si mismo mientras bajaba las escaleras, pasando por el mismo sofoco de antes.Su última oportunidad de darle el regalo se había esfumado, o por lo menos eso creía, pues su vecino se iba a ir de la ciudad permanentemente.Al llegar a la salida de la tienda, miró de nuevo su reloj; 8:15 marcaba.Suspiró largamente y decidió irse ya para su casa.A mitad de camino se detuvo un instante. ¿Por qué se preocupaba? ¿No estaría en su casa?No.Ya se lo había dicho, su novia le recogería y allí se quedaría hasta que sus padres fueran a por ellos. Por lo visto irían juntos. ¿Por qué no lo recordaría antes?Y Gami no sabía quien era la novia de su vecino, y menos donde vivía.Retomó el paso cansado de pensar y no tener respuesta.En menos de cinco minutos divisó su casa. ¿Tan rápido había andado?*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*Meru llegó a su casa contenta, bastante contenta. Por fin había comprado el regalo que quería hacerle a su novio, ¡y lo vería esa misma noche!Cuántas ganas tenía. Esperaba verlo desde hacía días.Saludó a sus padres de refilón y se fue a su cuarto a liar el regalo.Ahí tenía el "libro" tan curioso que había visto. En realidad, se trataba de una mini estantería con forma de libro, aunque se titulaba "Ceci n'est pas un livre" (Esto no es un libro) y podía ser descubierto, a Meru le hizo gracia y pensó en que le gustaría a su novio.Buscó el papel de regalo debajo de su cama y lo sacó, poniéndolo al lado de la caja. Cortó un gran trozo de papel y lió el regalo con esmero, pensando en la persona que lo iba a recibir: su querido DaniTerminó de liar el regalo y se miró frente a un espejo de pie que tenía cerca. Estaba hecha un desastre.La ropa mojada a causa de la lluvia, despeinada por el gorro que se puso y algo sudorosa por la caminata.Se miró en el espejo de arriba abajo y suspiró pesadamente; tenía que ducharse rápidamente y arreglarse lo mejor que pudiera para esa noche.Cogió una toalla y ropa interior limpia y se fue al baño.Se desvistió rápidamente y abrió la llave del agua caliente. Al cabo de unos segundos tocó el chorro de agua, pero apartó la mano rápidamente de lo caliente que estaba.Se tocó una oreja con la mano. Un viejo truco de su abuela, así se iría antes en calor de las manos.Abrió la llave de agua fría, muy poco, pero lo bastante como para que el agua saliera templada en vez de caliente.Comprobó que el agua estuviera templada y se metió en la bañera. Aquella vez no podría darse un baño, ¿pero qué más daba?Pulsó el botón para que saliera el agua por la alcachofa y le diera el agua en todo el cuerpo.Se mojó el pelo y cerró las llaves del agua para coger un poco de champú y limpiarse.Escuchó el timbre y la puerta de la entrada abrirse.Cogió un poco de gel, se enjabonó y enjuagó todo lo rápido que pudo. Se secó un poco las piernas y el torso y salió con la toalla puesta a modo de toga.Abrió la puerta de su habitación y vio allí a Dani, su novio.Se tuvo que volver a colocar la toalla, pues de la impresión casi se le cayó.Dani era un león bastante más alto que Meru, pero increíblemente delgado para serlo. Su pelo era de un rubio oscuro y algo largo, sin llegar a ser una melena. Lo que más le gustaba a Meru de él eran sus ojos grises, que aunque siempre denotaban el cansancio, también mostraban una dulzura difícil de creer en un león. Dani era siempre sincero con ella, hasta le costaba ocultarle una sorpresa. Amable con la gente y dulce con las personas que quería. Siempre tendía a hacerse el duro, pero en realidad era demasiado tierno y cariñoso. "Como un bizcocho" decía Meru para describirle.-Hola Dani -saludó Meru algo azorada-Vaya, la bienvenida me gusta -se rió y se dirigió hacia Meru- Hola mi vida -le dio un breve beso-Bueno, ¿me dejas vestirme?-¿Para qué? Así estás mucho mejor -sonrió para sí y salió de la habitaciónMeru sonrió y miró a la cama. El regalo. ¿Lo habría visto Dani? Esperaba que no, quería que fuera una sorpresa. Aunque ya estaba liado, prefería darle la sorpresa de que tenía un regalo.Cerró la puerta y se dirigió a su armario y sacó ropa interior nueva, ya que se le había olvidado la otra en el baño, y no pensaba salir de nuevo sin ropa.Se puso las bragas y el sujetador para luego irse de nuevo al armario. Esta vez sacó un vestido cómodo, según ella, de un color negro claro.Se colocó el vestido y se miró ante el espejo. Para suerte de ella, no se le transparentaba nada.Eligió unos zapatos de tacón no muy altos y se los calzó con cuidado a pesar de que ya tenían su tiempo.Se miró de nuevo al espejo y se secó el pelo rápidamente mientras se lo peinaba para tenerlo lo más liso que pudiera.Al terminar, salió de su habitación para dirigirse al salón, viendo a Dani ayudando a sus padres a poner la mesa. Una alegría inusual la invadió y ayudó también a ponerla. En un momento dado, miró al reloj de pared del gran salón; eran las 9:13*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*Gami estaba sentado en la mesa junto con sus padres y con algunos tíos y primos que habían acudido.La verdad es que se sentía algo incómodo, pero intentaba aparentar que se lo pasaba bien.Comió un poco de lomo relleno mientras escuchaba a sus primos hablar.Los cuatro primos que había allí eran cinco o seis años mayores que él, por eso mismo no participaba mucho en la conversación.Aunque ya estaba harto de escuchar a sus primos hablar de sus cosas, no podía hacer otra cosa.-¿Vais a salir esta noche? -Preguntó uno de los chicos a los demás-Bueno, yo no tengo ningún plan en especial -respondió otro, seguido de los demás que dijeron mas o menos lo mismo-Pues veniros conmigo y con unos amigos a la plaza -continuó el primero-. No somos muchos y para animar la cosa necesitaremos a más gente-Pues cuenta conmigo-Y conmigo-Y también conmigoGami fue el único en no decir nada. ¿Para qué? No le dejarían ir ni sus padres ni ellos mismos.Reprimió un suspiro y siguió comiendo. Podría parecer mayor, pero solo tenía 13 años. ¿Quien le dejaría salir? Nadie.-Bien, pues ya somos siete. ¿Por qué no traéis a algún acompañante?Todos asintieron y siguieron hablando de cosas que poco le interesaban a Gami.El resto de la cena transcurrió con normalidad. Bastante aburrida para Gami, a decir verdad.Al terminar, los primos del perro se levantaron y anunciaron que se iban, quedándose solo los adultos y Gami. Éste se fue a su habitación aburrido.Miró el regalo que le iba a hacer a su vecino. Podría dárselo a los padres de su vecino para que se lo dieran a él, pero no los conocía mucho y le daba corte.Suspiró.Debería de habérselo comprado antes.Se puso en frente de la ventana y vio a sus primos irse juntos riéndose mientras les alumbraba las farolas encendidas.*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*-._.-*Una gata con el pelaje marrón de mediana estatura miraba a la casa de Gami fijamente.Sujetó algo que tenía en el oído y lo apretó más contra sí, escuchando lo que le decían.-Rosy, ¿has visto ya a Cristina?-Te he dicho miles de veces que no me llames Rosy, me llamo Rosalía -respondió la gata de mal humor-. Y no, no he visto a Cristina, solo veo a su hijo asomado por la ventana.-... -la voz suspiró-. Ya puedes volver a casa Rosalía, no creo que ganes nada quedándote vigilándolos por la noche-Todavía no me has dicho para que quieres que la espíeLa voz calló durante medio minuto.-Primero, la estás VIGILANDO, no ESPIANDO y segundo, te lo diré cuando llegue el momento. Vete ya a casaRosalía escuchó como cortaban la comunicación y soltó una risita. Le encantaba hacer enfadar al hombre con el que hablaba.Miró el reloj. Las 11:35. Había estado cerca de dos horas en frente de esa casa, perdiéndose la cena de nochebuena.Se dio la vuelta y anduvo por las calles buscando un bar donde tomarse algo