De nuevo Guerra Capítulo VII

Story by Koori on SoFurry

, , , , , , , ,

#8 of De Nuevo Guerra


CAPITULO VIII Antes que nada hay que aclarar algo querido lector... En el capítulo anterior se dejaron demasiados misterios sin resolver para echar andar su imaginación, pero el único misterio que no se aclaro y hasta dudas dejó, fue la razón de que Kigae estuviera deprimido todo ese día; y pues bien, ese misterio será aclarado enseguida y con las medidas necesarias. En lo que respecta a los demás misterios, serán aclarados al término del capítulo, osease en el capítulo siguiente. Ese día, Kigae encontró a un gran compañero que jamás en su vida había conocido. Ese compañero del que hablo no es ni Kuma ni Alex, es Gury. Este Gury es demasiado diferente al Gury que conocen como convocador, ya que este Gury realmente se llama McGury y es precisamente un guerrero sin igual del que demasiado les he de explicar ya que me comparo con él en cuanto oficio. Él es un alquimista. Un zorro de pelaje blanco y en su nariz y orejas algo de naranja. Es alto, delgado, buen corredor; es muy inteligente, le gusta estudiar, odia a las personas, no es muy amigable que digamos, es directo y sarcástico, pero al fin y a cabo se encontró con Kigae. Su encuentro fue de lo más extraño que alguien espera y fue por suerte, destino, coincidencia o predestinado, como quiera llamarle, ya que ambos no encajan. Gury quedó huérfano a los cinco años, perdiendo a sus padres en una estupidez, no accidente, cuando trasmutaban con ciertos ácidos, pero no fue el descuido de ello, si no que fue planeado por los enemigos de sus padres. Sus nombre... no los sé... lo que sé es que el pequeño Gury quedó sin nada que hacer. Cuando él fue en búsqueda de un libro de cuentos, encontró tirado en el suelo un libro llamado "Introducción a la Alquimia". Le interesó y empezó a leerlo de principio a fin. En ese mesmo día acabó ese libro, que a mi parecer es de seiscientas hojas, y no cansado de tanta información fue en busca de otros libros de ese tema. Eso no fue ningún problema, ya que la familia de Gury tenía en la casa, algo enorme por cierto, una biblioteca con doscientos libros conocidos por Gury, pero después de buscar detrás de los libros de anatomía, biología... (Libros no había tocado en mucho tiempo) y detrás dellos encontró un gran repertorio de libros de alquimia: de Cohelo, de Nicólas Flamenco, de María, de los chinos, griegos y árabes, y otros tantos que eran una mina de oro para él. Durante dos años y medio el joven zorro leyó todos los libros que sumados darían un total de casi un millón de hojas y para añadir, había puesto en práctica todos y cada uno de los ejemplos alquímicos, fórmulas alquímicas, sus usos y transmutaciones de diferentes metales. Como este zorrito no saciaba su sed de conocimiento alquímico, se aventuro a buscar y a comprar más libros en cualquier lugar. Llegó un día en que gury decidió estudiar una carrera, pero como no existe la alquimia como ciencia hoy en día, se dedicó a estudiar los distintos tipos de máquinas que existían. Y por su gran inteligencia, llegó a graduarse de Ingeniero Mecánico en dos años. Para ese entonces tenía cumplidos diez y ocho años. Decidió arreglar partes mecánicas lejos de su casa, que con el paso de tiempo y luego de tantos experimentos, ya estaba vieja. Se mudó a una casa cerca de la suya. Ahí colocó un anunció que decía "Se arreglan cualquier tipo de metal". Los primeros días no había éxito, pero él no se desanimo, pues esos días practicaba con distintos metales e intentaba formar la piedra filosofal. Casi después de una semana un señor viejo llegó a la casa y le pidió a Gury que le arreglara una pieza rota y Gury aceptó. Al día siguiente cuando ese viejo mapache fue por su parte, Gury la cogió, la colocó en un círculo de transmutación y la arregló en ese mismo instante. Salió y entregó el producto terminado. El señor le pagó y se fue contento por el perfecto trabajo que realizó Gury y como consecuencia, le contó a todos de lo ocurrido y Gury tuvo más clientes. Un extraño día, que fue exactamente el día que Max encontró a Amemizu, Kigae fue a la casa de Gury para que le arreglara una pieza urgente ya que la había quebrado en una práctica de taller y el profesor la quería de inmediato. -Disculpa, ¿puedes arreglar esta pieza? -preguntó Kigae con voz tímida. -Sí, ven mañana a esta hora por ella oso -contestó secamente Gury. -¿Podrías hacer una excepción y arreglarla ahora? Es que la ocupo para mañana. -replicó el osito con voz tierna. -Que problemático... en fin... dame eso y en unos momentos te la traigo. Y así se fue McGury al interior de su casa enojado y planeando cobrar el doble a ese oso obeso. Pero eso mismo fue lo que lo hizo descuidarse. Gury dejó la puerta media abierta y Kigae, nada curioso, metió las narices donde no debía, viendo una luz extraña que salía de un cuarto y seguido de eso, a Gury con la pieza terminada. Gury lo vio en la puerta y corrió a agarrarlo de cuello. -¿Qué es lo que viste? -le preguntó enojado. -Nada... sólo... una luz azul... no respiro... -Entra pequeño... -entraron a la casa, Gury rabioso de lo ocurrido y Kigae casi sin aire-. Mira oso, no te daré tu pieza hasta que me confieses todo lo que viste. -Solamente vi una luz azul que provenía del cuarto donde saliste. Eso es todo lo juro. -Te mereces la muerte... pero ahora en adelante serás mi ayudante, ¿entendido? -gritó Gury sacando espuma por el hocico. -¿De qué hablas?... Solamente vi una luz azul y eso es todo... -¡No mientas! -Y eso Gury le metió un tremendo bofetón que tiró a Kigae con toda su inmensidad al suelo. Kigae de tanto dolor que sentía, empezó a llorar. Para acabar la mala suerte, en esos momentos llegó a las afueras de la casa de Gury un conejo blanco, que más bien parecía conejo negro por tanta mugre, aceite y suciedad que traía impregnada en su blanco y blando cuerpo; y seguido dél, un tigre de traje con un maletín, que se veía pesado. Viendo esto, Gury recordó el consejo de uno de sus clientes de cuidarse de Don Gerardo, un mecánico que creía quél era el mejor de todos, y a lo mejor le traería problemas, puesto que ese conejo buscaba la forma de sacar a todos lo demás mecánicos del mercado por medio de las leyes y títulos. Eso no era aterrador, ya que Gury se graduó perfecto de la facultad, pero él había olvidado su título en la casa anterior; con esto, Gury no tenía papeles para afirmar que era mecánico, y para empeorar el asunto, ese gordo oso le había hecho enfurecer hasta la muerte. ¿Qué será de aquel pecador? -Tú imbécil, llévame a tu casa. ¡Ahora! -dijo Gury con cólera a Kigae. Pero éste sólo siguió llorando y observó a Gury con unos ojos arrepentidos y amables. -No puede ser... este oso es igual a mí madre cuando mi papá le pegaba... si mal lo recuerdo con esto hacía mi padre que mi madre se tranquilizara... pero, ¿servirá con él? -se dijo a sí mesmo. Luego, armándose de valor, se acercó a Kigae, le cogió la cara, lo miró a los ojos y luego, le dio un profundo y largo beso en la boca. Paseando su lengua por la del oso, Gury consiguió que Kigae dejara de llorar y se levantó y ambos corrieron por la puerta trasera de la casa hasta llegar a un parque cercano donde yacieron por unos momentos, mientras tanto conversaban. -No creas que el beso es porque te amo. Simplemente así conseguía mi padre que mi madre dejara de llorar. -Tú... tú... me besaste... me siento... -No te hagas ilusiones, así que llévame a tu casa. -¿Por qué? -preguntó Kigae con duda infinita. -Por haber visto lo que hice, para que me pagues el trabajo de tu pieza, para esconderme de ese inspector, nada más. -Si de verdad eres mecánico no deberías de correr del inspector. -Olvidé mi título en casa de mis padres, además estoy enojado porque me viste. -No es justo... vivo solo y quieres que te lleve a mi casa... Luego tú me besaste, y creo que luego me harás otras cosas... -empezó a mostrar una sonrisa en su cara. -Está bien, te llevaré... pero no me vuelvas a pegar... me dolió. -¿Qué querías una caricia? No me molestes con eso, llévame rápido y de buen modo. Espero que tengas una cama cómoda para descansar... estoy cansado. -Si te quedas es mi cama... -dijo Kigae mientras caminaban hacia su casa-, creo que no podrás descansar con lo que me vas a hacer. -Sigue de pervertido y te golpeo de nuevo. No creas que por un beso me convertí en homosexual -dijo Gury enojado y enrojeciéndose. -Es broma... creo. Y después de mucho caminar llegaron a casa de Kigae. Una casa de un solo piso, arreglada al estilo oriental, pintada de color café con líneas negras. Las puertas eran de caoba, talladas a mano y en su interior, una sala equipada para recibir cinco personas, una cocina integral, un refrigerador grande lleno de comida, un baño completo y una recámara con cama, televisión, computadora y escritorio y la otra con un mueble lleno de libros y una guitarra acústica. Una vez dentro, Gury se acostó en el sofá, agarrando la pieza de Kigae y se la entregó. Kigae preguntó el precio y Gury le contestó que doscientos de la moneda nacional. Kigae no tenía ese dinero así que ofreció que se quedará en su casa sin costo y usando su cuarto como habitación; Gury aceptó. -¿Dónde está el baño? -preguntó McGury. -En esa dirección -contestó Kigae señalando hacia una puerta del área este-. Puedes usarlo si quieres. -Ahora no, solamente por si en la noche me dan ganas de defecar... Pero que va. Dime Kigae, ¿qué haces o a qué te dedicas? -Creo... te diré si me coges -en esto se calló Kigae tapándose la boca con ambas manos y rogando que Gury no le halla escuchado. -Pues... eso no será entonces... -No, lo siento.... Es que... me siento extraño... creo que fue tu beso... pero... no se como explicarlo... creo... que... Y en esto, Gury se levantó y volvió a besar a Kigae en la boca apasionadamente por unos segundos. Kigae desconcertado, volvió a besar a Gury y a acariciar su cuerpo peludo y delgado; y Gury hizo lo mismo. Se besaron por eso de diez minutos, y luego Gury se fue al cuarto de Kigae y se acostó en la cama. -¿Qué haces? -preguntó el oso mientras se limpiaba algo de saliva del zorro de su boca. -Dijiste que no me dejarías dormir, ¿verdad? Creo que quiero dormir. Kigae recordó a sus compañeros y algo excitado se retiró poco a poco de la vista de Gury. Pensó que debía hacer, ir con el zorro y hacer algo que no sabía que era o tramaba, o negarlo y perder esa oportunidad. Se decidió por ir con el zorro. Se acercó a la cama con miedo, y Gury dijo "Tardaste, ¿listo para empezar?" luego el zorro se quitó la camisa dejando ver su pecho. Kigae se sentó en la cama y empezó a besar a Gury de nuevo. Éste, le quitó la camisa y el pantalón. Kigae dejaba ver su enorme panza y su boxer verde con marcas de patas de oso que mostraba lo excitado que su miembro estaba. Gury se quitó su pantalón y se acerco mucho más a Kigae. Ambos sudando, atemorizados, excitados y atontados se comenzaron a besar más profundamente, hasta que Gury desnudó por completo a su pareja, dejando ver el pene del oso, pequeño, creo que no pasaba los diez centímetro, aplastado por su grasa y con su vello púbico de color negro. Gury mostró una sonrisa y se quitó su trusa mostrándole a su pareja su pene de casi veinte centímetros; y cogiéndole de un brazo, giró al oso una media vuelta dejándolo de espaldas. "Ya viene la penetración..." pensó Kigae, pero en verdad, Gury se pegó cuerpo con cuerpo y tomó el pene del oso y empezó a masturbarlo, con la otra mano empezó a apretar una tetilla del oso. Kigae empezó a gemir de excitación y a desea más y más, hasta que soltó una carga de líquido preseminal sobre la mano de Gury y éste se detuvo. -Que rápido eyaculas osito -replicó el zorro. -No es semen... uff... es pre... por favor continua... es tan excitante... Y con esto el zorro reanudó su trabajo un poco más rápido que la vez anterior y lambiendo el hombro del oso. Continuó masturbado y Kigae cada vez más gemía más fuerte hasta que eyaculó, ahora sí, una carga de semen caliente y viscoso, que lambió Gury y luego, mostró una cara de disgusto. Kigae pensó que sería todo y se acostó gustoso. Pero para su sorpresa, Gury se subió a su espalda, ya que Kigae estaba boca abajo, y apretando sus lonjitas, se acercó a su oído y le dijo con voz seductora "Ahora me toca eyacular... no te muevas por favor" Kigae se asustó un poco y abrazó con fuerza su almohada. Gury se levantó un poco y acomodó su miembro para penetrar por el ano del oso, luego, metió todo su pene en aquel lugar. Ambos animales gritaron, uno de excitación y el otro de placer. El oso, con lágrimas en sus ojos y aferrado a la cama, deseaba que acabara eso pronto, pero por el otro lado quería que fuera eterno; mientras, Gury jadeaba y deseaba mucho más, moviendo su cuerpo hacia delante y atrás, logrando que su pene entrara y saliera causando más excitación, hasta que con un grito poderoso, soltó una carga de semen, más afuera que adentro de ano, y metió su miembro por completo y se dejó caer en la espalda del oso. En eso Kigae se sentía extraño por todo el semen cálido que recorría su ano hasta caer como gota de agua por sus testículos. Se calmaron un poco y durmieron pegados cuerpos con cuerpo, desnudos, sudados, malolientes a semen y a baba y con un sueño pesado. A la mañana siguiente se levantó Gury temprano. Se vistió, se limpió la baba y se dio un baño rápido, escribió una nota para Kigae: "Kigae: No quiero que mal interpretes, aun no somos nada. Lo de anoche, bueno pues... fue algo espontáneo. En la noche regreso. No me esperes despierto. P.D.: Deja la puerta abierta." Y se fue a un lugar que será descrito en capítulos siguientes.