Sorpresa, primera parte. (Family, segunda temporada)

Story by Alfred Sherford on SoFurry

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#9 of El Lobo guardian


Capitulo 9: Sorpresa, primera parte

Dentro de la oscura habitación, en esa suave cama, el joven león respira agitado. Su pelaje esta empapado de sudor, y su melena se agita a cada embate que da. Debajo de el, un joven lobo le mira a la cara, lanzando junto al león un placentero gemido con cada embate. Ambos sudan sin cesar, mirando sus rostros en los ojos del otro. El león le da más y más fuerza a sus embates, y cuando el momento llega le da un calido beso a su pareja para callar en rugido que tanto desea dar. Con un último embate, deposita su calida semilla dentro del cuerpo del lobo, que le abraza con fuerza al momento. Tras romper el beso, se miraron de nuevo a los ojos, para después el león retirar su miembro del cuerpo del lobo y acostarse en su pecho.

Alfred Sherford disfruta de acostarse sobre el pecho de su pareja, el lobo James Summers, quien ha estado a su lado durante 5 años. Le gusta escuchar su corazón latir y su pecho respirar. James por su parte, le gusta tenerlo ahí, por que le puede proteger de todo. Esa ha sido su labor, amarlo y cuidarlo por el resto de su vida. Le hizo ese juramento, y nunca piensa olvidarlo.

--Gracias amor--le agradece James.

--Gracias a ti--beso su pecho un par de veces.

--No puedo creer que vaya a pasar una semana entera sin ti.

--Sabes, lo he pensado bien, y no voy a asistir al congreso.

-- ¿Qué?--la respuesta sorprendió a James. Alfred llevaba semanas esperando un congreso sobre periodismo, al cual dijo que no faltaría--. Pero llevas esperando todo el año. Dijiste que el anterior fue estupendo, y que no faltarías a este.

--Lo se, pero... estos días me he dado cuenta que nos falta pasar tiempo juntos.

--Pasamos tiempo juntos.

--No amor, tiempo... juntos.

De repente la puerta se abrió de golpe, dejando entrar a un extraño caballo con una mascara de hokey y una sierra electrica, para subirse a la cama.

-- ¿Quieren ver mi nueva sierra y mi mascara?--grito mientras agitaba la sierra ante la pareja. Se levanto la mascara, mostrando el rostro de un Frank mayor--. Las compre como utilería a un estupendo precio.

-- ¡Frank! ¿Cuántas veces te he dicho que no entres así a nuestra habitación?

--Ah... lo siento viejo--se bajo de la cama, y antes de salir dijo--. Descansen.

--Ya amaneció bestía--Alfred se tapo la cara con las garras-- ¿Por qué diablos los invite a vivir aquí?

La vida cambia mucho en cinco años. ¿Recuerdan que Alfred deseaba escribir una novela? Se hizo realidad, y su obra "Extinción" es una de las mejores obras en su género alrededor del mundo. Tiene muchas otras historias en su colección, lo que lo coloca como uno de los mejores escritores estadounidenses. Además, su trabajo como periodista e investigador lo ha hecho alguien conocido a lo largo de todo el mundo. Con el dinero que consiguió, compro una casa más grande donde el y James pudieran vivir cómodamente.

James Summers por su parte, logro terminar su carrera en gastronomía. Aunque al principio tuvo problemas, encontró un trabajo estable, y con el apoyo de Alfred logró publicar un libro. Durante 5 años escribió una serie de libros con respecto a la relación que tiene la comida con la cultura, lo que lo puso muy en alto en su campo. Lleva 5 años viviendo con Alfred, y disfruta al máximo cada día con el.

Desafortunadamente, un ligero error arruino la vida intima de la feliz pareja. El comediante Frank, a su vez asistente social, a su vez actor, solía ir a Madrid para tomar cursos de actuación. Para no pagar hotel, se alojaba en la enorme casa de la feliz pareja. Pero en uno de sus viajes, le toco el corazón a Alfred. Se encontraban en la sala, amueblada con grandes sillones donde la pareja solía quedarse acostados viendo películas. En el centro había una mesa con varias revistas. La pantalla de plasma postrada en la pared, y el estante repleto de películas, algunas clásicas.

--Bien Frank, me alegra que hayas llegado sin problemas--le dijo Alfred.

--Si. Hubo un poco de turbulencia, pero lo rutinario.

--De acuerdo. Tu habitación ya esta lista, y pronto prepararé la cena--señaló James.

--Gracias. Ah, Sam y Daniel van a venir dentro de una semana a ver a un maestro. Me dijeron si les podía pedir posada.

--No veo por que no.

--De acuerdo. Les avisare--dicho esto, camino hacía su habitación. Cuando desapareció, James se sentó a lado de Alfred.

-- ¿No crees que merecen tener un buen lugar donde quedarse?

--Espera, ni lo pienses.

--Vamos, son nuestros amigos. Desde que Gami obtuvo el trabajo como director, los chicos vienen más seguido.

Era cierto, Gami había obtenido el trabajo como director de cine independiente, para convertirse en el director de las adaptaciones de los libros de Alfred. El grupito maravilla de América se junto con el de Madrid para hacer un estupendo equipo como actores, a pesar de que no lo tenían planeado como el trabajo que deseaban tener.

--Lo se, pero este es nuestro espacio. Tenerlos aquí acabara con nuestra privacidad.

--Anda--James le lanzó la mirada de cachorro triste que siempre le cautivaba.

--Ah... de acuerdo. Pero se que me voy a arrepentir después.

En el pasillo, Frank festejaba en silencio el triunfo.

--Vamos--le consuela James--. A pesar de que hemos tenido poca intimidad desde entonces, gracias a Alan en gran parte, ha sido una vida bastante divertida.

--Lo se. Pero compre esta casa para alejarme de todo, y estar solo contigo.

--Mientras más... mejor, ¿no?

--No.

--Pero es divertido. Y no lo puedes negar.

--De acuerdo. Pero aun así, ya casi no pasamos tiempo como el de antes. Quiero aprovechar esta semana al máximo, pasarla a tu lado sin interrupciones.

--Pero amor...

--Por favor. Le pedí a Gami que me prestará la cabaña de su padre. La tendremos libre para nosotros una semana entera. Además, te debo un aniversario--y es cierto. Su aniversario pasado no pudo estar con el, pues tuvo una conferencia en Nueva York, a la que no podía faltar.

James mira a los ojos a Alfred. La idea de pasar una semana a su lado se le antoja estupenda: poder hacer lo que desearan sin ser interrumpidos.

--De acuerdo. Déjame preparar las cosas.

--Bien. Tomare un baño por mientras.

Alfred se levanta y va hacía el baño. James por su parte comienza a preparar la ropa que piensan llevar. Diez minutos después sale, viendo a James terminar de guardar la ropa en las maletas.

--No tenías por que hacerlo.

--Quiero acelerar las cosas--se acerca y le abraza--. Mientras menos tiempo perdamos, mejor. Les avisaré a los chicos mientras te cambias.

Dicho esto sale con las dos maletas. Alfred se viste con una camisa blanca y un pantalón de mezclilla. Se arregla un poco su despeinada melena, para salir de la habitación. Fuera del pasillo se encuentra con el zorro Harturo, como solían llamarle. Para todos es alguien nuevo. Es sobrino del antiguo profesor Ernesto, bastante similar físicamente: tiene 23 años, pelaje rojo con una mancha blanca en el pecho, brillantes ojos verdes. Ama la electrónica y la computación; ha diseñado estupendo programas, que no ha vendido por temor a que Microsoft lo cace y le robe las ideas. Hasta el momento no tiene pareja conocida. Se acaba de levantar, por lo que aun tiene puesta su pijama.

--Buenos días Harturo.

--Buenos días Alfred. ¿Vas a salir?

--Si. James y yo tenemos planeadas unas vacaciones.

--Creí que irías al congreso en Londres.

--Si. Pero necesito pasar un tiempo a solas con James. Además, le debo un aniversario.

--Ya veo. ¿Y donde piensan pasar la semana?

--Gami me prestó la cabaña en el bosque. Sus padres no piensan usarla, así que tendré tiempo de estar toda una semana a su lado.

--Vaya. Me alegro por ustedes. Aunque se que hay un pero.

--Me da miedo dejar a Alan sin cuidado.

-- ¡¿UNA SEMANA?! ¡BIEN!--se escucha gritar a Alan.

--Comienza a preocuparte--le aconseja Harturo. Alfred da un suspiro--. Tranquilo, yo lo mantendré bajo control.

--Espero que sea así.

Ambos caminaron hacía la sala, donde se encuentra todo el grupito maravilla, todos los amigos de Alfred que se conocieron a lo largo de la historia.

--No se de que diablos han hablado, pero si vuelvo y encuentro en ruinas la casa te matare--le advierte Alfred a Alan.

--Oye, el que la hayas comprado tu no quieres decir que seas el dueño.

--Paga una mayor parte de la renta que nosotros--le recuerda Gami.

--Bien chicos, ya les dije que pasaremos fuera una semana--sigue explicándoles James--, debido a que no hemos tenido la intimidad que deseamos. Tienen la casa para ustedes solos, siempre en cuando no hagan nada malo.

--Bah, invitas a unos amigos y ya te estas quejando--reclama Alan.

--Fueron casi cien "amigos"--le recuerda Alfred--. Aun sigue apestando el baño después de eso.

--De acuerdo. Tendremos cuidado.

Gami le da las llaves a Alfred, recordándole las instrucciones para llegar. Después se despiden, no sin antes advertir una vez más a Alan. Suben las cosas al auto, y parten con rumbo a Sevilla. Dentro de la casa, Sam y Daniel salen de su habitación.

--Bien, no ssse que piensssen hacer--dice Sam--, pero nosotros tenemos cosas que hacer.

--Si--añade Daniel--. Iremos a ver a nuestro maestro--después salen de la casa.

--Bien, no tenemos mucho tiempo. Hay que apresurarnos, por que no van a tardar mucho--señala Frank. Dicho esto, cada quien va a su habitación para preparar algo aun desconocido.

Mientras tanto, Sam y Daniel salen de la casa con cuidado de no ser vistos, pues es algo que Alfred ha evitado por mucho tiempo: reporteros y paparazzis. Al tener a una compañía de actores y un estupendo escritor, es bastante lógico que haya fisgones por doquier.

Aunque no van a ver a su maestro. De hecho, hoy es su aniversario. Lo malo es que nadie más que ellos y Frank lo saben; el por que no le dicen a los demás es algo aun desconocido. Por mientras solo quieren pasar un rato a solas, disfrutando de este día.

-- ¿Entonces que quieresss hacer?--le pregunta Sam.

--No lo se. El día apenas va empezando.

--Tú dime. Sssabes que nunca te negaría nada.

--Vamos por mientras a tomar un café, para despertar.

Cerca hay una cafetería, por lo que se apresuraron a llegar antes de que se llene de clientes. Al llegar, le piden a un ciervo que les traiga un par de cafés. Se sientan cerca de la ventana para ver como se va despejando el cielo. Tras traerles su café, ambos lo beben sin dejar de mirarse a los ojos. Sam le toma la garra a Daniel, y le dice:

--Feliz aniversssario amor.

--Lo mismo digo yo. Siete años juntos, sin discusiones, ni problemas... siete felices años.

--Sssi. Me sssiento tan feliz de tener tanto tiempo a tu lado. No le envidió nada a nadie, por que te tengo a ti.

--Lo se. Compartimos todo, si hay algo que no nos gusta lo decimos. Tengo plena confianza en ti.

--Igual que yo. Me sssoportassste cuando decidí dejar el paladar--durante muchos años Sam se avergonzó del seseo que hacía al hablar. Le pusieron un paladar para que pudiera reprimirlo, pero cuando decidió quitárselo Daniel noto un cambio en su voz: era más grave y seseaba.

--Yo te amo, y te acepto tal y como eres. No me importa que sesees al hablar, eso no cambia en nada lo que siento por ti.

--Por essso te agradezco. Muchosss se burlaron cuando me essscucharon.

--Y lo superaste. Pero mira--se acerca a el y le sujeta del rostro--, eso no quiero recordarlo. Fue la razón por la que nos fuimos.

--De acuerdo. Ademásss, este día quiero disssfrutarlo. No sssiempre ssse tiene un aniversssario.

--Lo mismo digo. Supongo que debemos planear el día de hoy. Aunque con el fastidioso de Alan no se va a poder tener una noche muy romántica

--Lo ssse. La última vez fue bassstante oportuno. Y no me agrada tener que hacerlo tan callado.

--Podemos ir a algún lado... un hotel es buena opción.

--No lo ssse. La mente de la gente esss muy sssucia.

--Tienes razón--se queda callado pensando en una solución--. Pues entonces pasemos la noche en casa. Nadie va a arruinar esta noche.

-- ¿Pero y losss chicosss?

--También es nuestra casa, y tenemos derecho sobre ella.

--No lo ssse.

--Tú tranquilo. Este día lo quiero disfrutar.

Cuando terminan de tomar su café salen. De camino pasaron por un parque donde ya había unos chicos jugando fútbol. La pelota accidentalmente golpea a Sam en la cabeza. Pero en lugar de enfurecerse, la toma y mira a Daniel, después ambos corren junto con los chicos a jugar un poco.

Mientras tanto, tras haber seguido sus instrucciones al pie de la letra, Alfred y James llegaron a un camino en medio del bosque. Tras seguirlo por diez minutos, llegan a un claro con una enorme cabaña bastante bien cuidada. Se estacionan frente a ella y bajan junto con sus maletas.

--Es bastante linda--opina James.

--Lo se. Gami me hablo de ella y no pude evitar pedírsela. Supuse que te gustaría.

--Me encanta. Aunque no creo que les guste a los padres de Gami saber lo que vamos a hacer.

--Pues nadie tiene por que saber lo que voy a hacerte--le abraza por la espalda--. Pero te aseguro que de aquí te voy a sacar cargando de cansancio.

--Conociéndote eso es bastante posible.

Caminan hacía la entrada. Alfred abre y deja que James entre primero. Dentro hay muchos muebles del siglo pasado, cosa que a Alfred le fascino. La cocina estaba bien equipada, contrastando con la antigüedad del resto de los muebles. James se ofrece a preparar algo de comer mientras Alfred sube las maletas. Decide tomar la habitación para invitados, que tiene una cama bastante grande, para alguna pareja invitada. Deja las maletas y mira el bosque por la ventana. De repente siente los brazos de James rodear su pecho y sus labios besar su cuello.

--Se ve lindo el bosque. Una caminata estaría estupenda--sugiere James.

-- ¿Caminar? No suena tan mal. Quizá encontremos algo lindo en el camino.

--Bien. Solo preparó la comida y nos vamos.

--De acuerdo.

Le da un beso y sale de la habitación. Alfred se queda pensando en su casa. No se preocupa por que Alan haga algo estupido. Se preocupa por lo que vayan a querer hacer Daniel y Sam cuando se enteren de lo que hizo.

En casa de Alfred, cada quien prepara todo para la fiesta de Sam y Daniel. Frank rompió hace un par de meses esa confianza, diciéndole a Alfred cuando era su aniversario. La razón por la que el decidió salir de la casa, fue para que pudiera festejarles su aniversario, y para recompensar el pasado que tuvo con James. Sabe que a los dos no les va a gustar que haya divulgado su secreto, pero era mejor a pasar otro aniversario sin un festejo indicado. Les pidió a todos que cuando Sam y Daniel se fueran, prepararan una fiesta sorpresa.

Alan había preparado un pastel en la mañana. Ahora se encuentra decorándolo, dibujando en merengue a un tigre y un dragón. Gami tiene buen pulso, pero el orgullo de Alan le dijo que el, y solo el, podía terminar su creación. Los demás se encuentran decorando todo para que la pareja pueda pasar una linda noche solos, cosa que es difícil a causa de la falta de intimidad.

Gami se siente algo rechazado, por lo que decide salir a caminar un rato. Todo se ve tan calmado. El sol baña la ciudad de Madrid sin sofocar a sus habitantes con el calor. La gente en la calle parece tan calmada. Se siente mal por el rechazo de Alan. Diablos, es solo un pastel. No tengo por que ponerme así solo por un pastel, pensó. Pero también era orgulloso, y no le gustaba que los demás lo dejaran a un lado.

De repente, al dar la vuelta en una esquina, choca con alguien a causa de ir distraído viendo el suelo. Varios papeles caen al suelo, junto con Gami y el extraño.

--Lo siento mucho--se disculpa mientras se hinca para recoger las hojas tiradas--. Le ayudare.

--Ah, no te preocupes. Pegadas o en el suelo, no llaman mucho la atención--le dice el extraño. No había caído al suelo, y como Gami se puso a recoger los papeles, aun no le había visto a la cara. Se apresura para recogerlos todos.

--Supongo que necesita otro medio que llame más la atención--se levanta tras haber recogido todos. Pero al ver la cara de quien tiene ante el, tuvo que hacer esfuerzos para no caer el. Es un joven delfín, de unos 26 años, 1.79m, ojos azules, y con buen físico.

--Quizá si--sujeta las hojas--. Mi nombre es Joaquín Gutiérrez de Salamanca, mucho gusto--le extiende la mano a Gami, quien se la da al instante. Se siente tan suave.

--Soy Jo... Jose Eduardo Gallardo, pero todos me dicen Gami.

--Mucho gusto Gami.

-- ¿Y de que son los volantes?

-- ¿Esto? Un grupo de lectura. Varios jóvenes de Madrid nos reunimos para charlar sobre libros. Pensamos hacer un libro entre todos y donar las ganancias a la caridad.

-- ¡Vaya! A mi me gusta mucho leer. Y conozco a alguien que les podía ayudar con su historia.

--Bien--le da un volante, que Gami toma--. Nos reuniremos el próximo fin de semana. Espero que puedas asistir.

--Estaré presente antes que los demás.

--Bien. Hasta luego Gami--pasa a su lado y sigue su camino. Gami lo mira caminar, mientras ondea su cola de cetáceo a cada paso que da. Se mira la pata con la que saludo a Joaquín. Decide regresar a casa, sin quitar de su mente la imagen de ese dulce delfín.

En la casa en el campo, James no se termina de creer lo que le acaba de contar Alfred. Mientras comían, le explicó que había organizado una fiesta por el aniversario de Daniel y Sam, y que habían salido para dejarles la casa para ellos solos.

-- ¿Pero por que nunca nos dijeron?--le pregunta James.

--Quien sabe. Recuerda que hay muchas cosas que aun no entendemos sobre su relación. Cuando me entere de que a veces usan correas de cuero me sorprendí un poco.

James le toma la garra y le mira a los ojos.

--Que, ¿acaso no te parece sexy? Sería buena idea usarlos algún día.

--Me limitaré al decir que Alan esta influyendo en ti. Pero quizá sea buena idea. Volviendo al punto en cuestión, quiero que ambos pasen un buen día.

--Es un gesto noble de tu parte. Pero ¿no crees que debimos habernos quedado?

--Frank me delataría, y Sam me mataría en ese instante. Además, esta era la única oportunidad que tenía para estar contigo una semana. Aunque si quieres podemos volver.

-- ¡No! Ya estamos aquí; no quiero desaprovechar el momento.

--Ya lo se. De todos modos les tendremos un regalo para cuado volvamos.

--Es buena idea.

Al terminar de comer, ambos salieron de la casa para ir a caminar un rato. El cielo esta totalmente despejado, se escuchan aves canta. Ambos se toman de las garras y se adentran al bosque, deseando poder encontrar un sitio donde estar juntos, un sitio romántico.

No hablan durante el trayecto, solo se abrazan y de vez en cuando se miran a los ojos. La luz se cuela por entre las ramas de los enormes árboles. Ambos piensan en lo lindo que sería vivir ahí para siempre, en medio del callado y tranquilo bosque, lejos de todo. De repente ambos se quedan callados. Se escucha algo no muy lejos de ahí... agua . Ambos se apresuran a llegar hacía donde proviene el ruido. Corren a cuatro patas para acelerar el paso.

Y finalmente llegan. Un río nada caudaloso, con cristalina agua que deja ver el fondo limpio de rocas. Sin decirse más, se quitan las camisas y los pantalones y se lanzan al agua. Van directo hacía el fondo, donde se sujetan en un fuerte abrazo y se dan un dulce beso, que es cubierto por las burbujas de aire que salen de sus bocas. Duran así por 10 segundos, para luego separarse e impulsarse hacía la superficie. Al llegar dan una bocanada de aire y se miran a los ojos. Alfred sacude su melena.

--Oye--le dice James mientras se cubre la cara de las gotas de agua.

--Ah, lo siento, pero no pude evitarlo.

--Nos quedamos un rato, ¿verdad?

--Bueno, íbamos a caminar--se acerca nadando a el--, pero un descanso no caería mal.

Sonríen y se abrazan para comenzar a nadar juntos. El agua es tan calida, y el contacto con el húmedo cuerpo del otro los hacían desear no salir nunca. Se dan un fuerte abrazo y vuelven a besarse. Alfred mete las garras por debajo del boxer de James, y comienza a acariciar su trasero. Lo lleva a un sitio donde se puede acostar en el suelo sin ser cubierto por completo por el agua.

-- ¿Crees que alguien pase por aquí?--pregunta Alfred mientras se acuesta sobre el.

--Supongo que no tendrán objeción. Además, no todos los días se puede hacer el amor en un río.

--En eso tienes razón.

Le sigue besando mientras comienza a quitarle el boxer con las patas. Comienza a bajar por su pecho sin dejar de besarlo, después a su barriga, y finalmente llega a su miembro. Lo toma entre sus garras y comienza a dar suaves lamidas. Poco a poco se va levantando. Cuando esta totalmente erecto, lo introduce lentamente en su boca. James comienza a lanzar suaves gemidos de placer al sentir la calidez del aliento de Alfred. Comienza a masturbarlo con la lengua, produciéndole el mayor placer posible. Introduce una de sus garras en su ano, a lo que James le responde con un prolongado gemido, que aumenta cuando comienza a succionar la cabeza de su miembro. James sujeta la cabeza de Alfred para darle más impulso a sus embates, que cada vez son más placenteros. Alfred introduce una segunda garra, sacándole otro gemido a James, que ante la constante succión de su pareja, no logra resistir ni un segundo más: comienza a eyacular dentro de la boca del león, quien bebe el sabroso líquido que su pareja le ofrece. Tras sacarlo de su boca le mira a los ojos, y sube para darle un beso y compartir con el él semen de su boca. Ambos se funden en un fuerte abrazo, mientras sienten el agua correr por sus cuerpos.

Tras romper el beso, James levanta un poco sus piernas, invitando a Alfred a que siga. Este se levanta un poco y se hinca frente a el. Introduce su miembro lentamente dentro del ano de James, quien gime con cada pulgada que va entrando. Entrelaza su cintura con sus piernas y lo atrae hacía el, introduciendo su miembro por completo. Ambos lanzan un fuerte gemido que bien pudo haberse escuchado a pesar de estar cerca de una cascada. Se funden en un fuerte abrazo, mirándose a los ojos. Comienza a dar suaves embestidas, salpicando algo de agua con cada una. La sensación del frío del agua hace contraste con la calidez del miembro de Alfred dentro de el. Gotas de agua se deslizan por la melena del león. A cada embestida le sigue un fuerte gemido de ambos. James sujetar el rostro de Alfred y le besa apasionadamente, mientras sus manos bajan a su espalda. En un dulce gesto, entrelazan sus colas como siempre lo hacen. Alfred baja su garra y toma el miembro de James, para masturbarlo. Su respiración acelera, y sienten el corazón del otro latir cada vez más rápido. El sudor de sus cuerpos se mezcla con el agua. Alfred siente como su miembro comienza a hincharse. Acelera los embates, provocando que James rompa el beso al no poder evitar el placentero gemido. Ambos están a punto de terminar. Con una última embestida, Alfred introduce todo su miembro y comienza a eyacular dentro del cuerpo de James. Ante la sensación de calidez en sus entrañas, James comienza a eyacular sobre su pecho. Ambos lanzan un fuerte rugido de placer, para luego desplomarse de cansancio. Respiran aire a grandes bocanadas, recuperando el aliento.

--Con esto es... un lugar menos en la lista--señala James, a lo cual ambos se ríen.

La puerta se abre, dejando pasar a Gami. Ya habían terminado todo, y solo esperan a que llegue la pareja. Alan esta mirando una serie española de estupenda calidad que no puede ser promocionada. Al ver llegar a Gami se pone de pie.

--Ah, hola Gami.

--Hola Alan. ¿Terminaron?

--Si. Oye, te quiero pedir disculpas por lo de hace rato.

--Bah, solo es un pastel. Ambos exageramos.

--Lo se. Pero me comporte algo violento. Discúlpame.

--Ya te dije que no hay problema. Yo también exagere al irme. Además sirvió de algo--le muestra el folleto--. Un delfín me invito a un grupo de lectores.

--Suena aburrido para mí. Pero se que amas estas cosas.

--Sabes que me gustaría que tan solo una vez te dieras la oportunidad de venir conmigo.

--Lo pensaré.

Se vuelve a sentar, mientras Gami camina hacía su habitación. Ya en ella, cierra y se lanza a su cama, abrazando su almohada, imaginando que es Joaquín, ese guapo delfín. Le cuesta creer que se haya enamorado a primera vista, a pesar de que siempre había criticado esas tonterías. Mira el folleto: la próxima reunión será el sábado a las 8 de la noche. Apenas es jueves. Diablos, desea que el tiempo pase volando para poder verlo de nuevo. Desea confirmar ese sentimiento que esta naciendo dentro de el.

De repente entra Harturo. Se sorprende al ver a Gami tan feliz.

-- ¿Y que pasa contigo?

--Ah... me encontré con alguien que me alegro el día.

-- ¿En serio? ¿Por qué?

--No me lo creerías, pero creo que estoy enamorado.

Harturo se sorprende al escuchar eso. Por mucho tiempo ha estado enamorado de Gami, pero tiene miedo de que al decirle no lo acepte. Ahora se da cuenta que es bastante tarde.

--Ah... ¿y quien es el afortunado?

--Pues no se si sienta lo mismo, pero este sábado lo voy a ver.

-- ¿Y donde?

--El y otros amigos se reúnen en un club de lectura. Este sábado será su siguiente reunión.

--Vaya, que bien. Me alegro que por fin hayas encontrado a alguien.

--Yo también. Ya quiero que sea sábado. Es tan lindo.

-- ¿Y es un...?

--Delfín. Se que dije que entre mis preferencias no estaban los cetáceos, pero este es especial. Se llama Joaquín.

--Pues te llego el amor por donde menos te esperabas. Me alegro--aunque claro que por dentro hay una mezcla de rabia y tristeza.

--Gracias. Deberías conocerlo. A simple vista es bastante simpático. Lo conocí accidentalmente: choque con el en la calle y le tire sus volantes. Cuando los recogí lo vi a la cara. He de decir que es bastante atractivo, además de fuerte.

--Pues te deseo suerte. Supongo que harían una buena pareja.

--Espero que sea así.

--Bueno, voy por algo de comer. Me estoy muriendo de hambre.

Sale de la habitación y cierra la puerta tras el, dejando a Gami fantaseando con Joaquín. Va a la cocina, pero desde ahí ve a Alan, que tiene una sonrisa de lado a lado.

-- ¿Qué?--le pregunta Harturo mientras se hace un emparedado.

-- ¿De que se murieron los quemados? De ardidos--se burla mientras camina hacía el, señal de que escucho toda la conversación.

--No fastidies.

--Anda, estás celoso.

--No estoy celoso.

--Claro que si. Se te nota en la cara. Yo la he visto miles de veces.

-- ¿Cómo voy a estar celoso de alguien que ni siquiera conozco?

--No es por eso. Estas celoso de que el ame a alguien más. Te dije claramente que se lo dijeras, pero no, tenías que quedarte callado.

--Tenía miedo.

--No es una excusa. Ahora tienes que decírselo.

--No puedo. Se ve tan enamorado, a pesar de que decía que el amor a primera vista era de imbeciles. Decirle solo lo va a confundir.

-- ¿Y piensas quedarte con los brazos cruzados mientras ese tal Joaquín se queda con Gami?

-- ¿Cómo diablos te enteras de las cosas?

--Soy un gato, no entiendo lo que hago. Pero contéstame.

--Pues... no se. No quiero interferir con su felicidad. No lo había visto así desde que conoció a Héctor. Además, no creo que sienta lo mismo que yo por el.

-- ¿Y que te hace pensar que no es así?

Esta a punto de responder, pero se da cuenta de que tiene razón. Nadie le aseguro que es lo que siente Gami por el, de no intentarlo nunca lo sabrá.

--Mira, se que tienes miedo a que te rechace. Pero si nunca lo intentas no sabrás lo que siente. ¿Piensas desperdiciar una oportunidad como esta?

--Pues...

-- ¡Ya vienen!--grita Frank, que había salido de su habitación. Al escuchar eso todos salen a la sala. Daniel y San están subiendo las escaleras para entrar a la casa.

Unos minutos después abren la puerta, y son recibidos por un solo grito.

-- ¡Felicidades!

Ambos se miran. ¿Cómo lo saben?, piensa Sam. No cree que Daniel les haya dicho, así que solo Frank puede ser.

-- ¿Cómo...? Frank, ¿les dijiste?

--Le dije a Alfred. Esto fue su idea.

--Diablos... ¿Por qué?

--Vamos, ¿piensan pasar otro año sin festejarlo como se debe?--pregunta Alan.

--Si. Era un secreto.

--Amor--le calma Daniel--, no puedes culparlos por querer estar con nosotros. Se que prometimos no decirle a nadie, pero no tiene caso que sigamos así.

-- ¿Lo ves? Tu novio nos apoya--dice Frank.

--Ahora entiendo por que Alfred salió.

--Fue su idea. Quería que tuvieran algo de privacidad este día--aclara Gami--. Anda, preparamos esto para ustedes. No pueden despreciarlo.

Al ver el pastel que había hecho Alan, con el tigre y el dragón de merengue, no pueden evitar pasarse la lengua por los labios. Ambos se miran a los ojos, esperando encontrar una respuesta en el otro. Pero es bastante obvia cual piensan elegir.

--Bien--dice Sam--. Si lo hicieron para nosotros no podemos despreciarlos--ambos entran a la sala y se sientan--. Después de todo--abraza a Daniel--, no todos los días se cumplen siete años juntos.

--Bien.

Frank pone un poco de música. Alan prepara algo de comer según las instrucciones de James. Al ver lo que están haciendo por el, Sam no puede esbozar una sonrisa. Daniel se recuesta en su hombro.

--Ellos nunca nos juzgarían--le dice en un susurro--. ¿No crees que deberían saber la verdad?

--Ya habrá tiempo para eso.

Lejos de ahí, Alfred y James vuelven de su... "recreativa" caminata. Aun están mojados, así que solo se pusieron el pantalón. Alfred va cargando en la espalda a James, tratando de mantener el equilibrio. Ya están más cerca de la casa, pero Alfred siente sus piernas flaquear. Después de terminar en el río siguieron caminando toda la tarde, lo que lo dejo bastante cansado. Esta a punto de oscurecer, y en el cielo ya comienzan a aparecer las primeras estrellas.

Sin previo aviso, Alfred se desploma en el suelo, con James sobre el. Los dos comienzan a reír ante lo ocurrente de la situación. James se quita de encima, acostándose a lado de Alfred. Le abraza por detrás, besando su cuello un par de veces. El pasto se siente tan suave, que ninguno de los dos decide levantarse.

--Y es tan solo el primer día--señala Alfred.

--No creo que vayas a aguantar los otros seis.

--No dudes--se da la vuelta para quedar frente a el--. He estado a tú lado durante cinco años, y jamás te he dicho que no.

--Pues entonces recordare esta semana durante el resto de mi vida.

--Igual que yo--se acuesta sobre el pecho de James--. Te amo. Más que ayer, menos que mañana.

--Yo también te amo.

--Sabes, a esta hora ya han de estar a punto de terminar de festejar a Sam y Daniel. Probablemente ya se preparan para irse a acostar juntos en su calida cama, y festejar a su gusto sus siete años de novios.

--Si. Por dos años nos van ganando. Pero nuestra relación es más fuerte.

--Y linda. Y romántica. Y ardiente. Me tomaría toda la noche mencionar todo.

--Puedes decirme todas haciendo una sola cosa.

--Eso es bastante ingenioso.

Le mira a los ojos. James tiene una sonrisa muy especial, que le indica algo a Alfred. No, no es para hacer el amor. Es más linda, es simplemente irse a dormir desnudos, sin taparse, cubriéndose solo con el cuerpo del otro. No siempre lo hacen en casa, pero cuando tienen la oportunidad es bastante lindo.

Ambos se levantan, pero es turno de James. Carga a Alfred en sus brazos y lo lleva a la casa. Las estrellas comienzan a nacer en el cielo. Es tan solo el primer día de siete. Al llegar a la casa, suben a la habitación, y lo deposita suavemente en la cama. Le quita el pantalón junto con el boxer, para luego el hacer lo mismo. Se acuesta a su lado y lo abraza.

--Buenas noches amor--le dice James.

--Buenas noches bebe.

Se juntan en un fuerte abrazo y cierran los ojos. En solo unos minutos ambos caen rendidos ante el sueño.

En el dulce hogar, ya están terminando de festejar a la feliz pareja. Después de haber partido el pastel, les dijeron todo lo que Alfred había preparado. Sam no pudo más que decir que le agradecería por todo eso.

--Y bien--dice Alan--, este es su día, así que lo terminarán a su gusto.

-- ¿En serio piensan irse?--pregunta Daniel.

--Si. Hay maratón de películas en el cine. Alfred escogió bien el día.

--Después iremos a cualquier otro lado que este abierto: centros comerciales, hoteles, miradores románticos--le da un codazo Alan a Harturo.

--Si. Un sitio donde lo nos molestemos.

--Bien. Muchas gracias chicos.

-- ¡Fiesta!--grita Alan. Todos comienzan a salir de la casa, dejando solo a Sam y Daniel.

--Supongo que tenemos la noche para nosotros solos--dice Daniel mientras abraza a Sam.

--Eso si. Fue algo bueno después de todo. Podré con calma hacer de nuestra habitación un pedacito de cielo.

--Estar a tu lado es lo único que necesito para tener un pedacito de cielo.

Le comienza a quitar la playera, dejándola en el suelo de la sala. Sam carga al tigre y lo lleva a su habitación con cuidado. Lo deposita lentamente en la cama y lo mira a los ojos.

--Feliz aniversario amor--se quita la playera, para luego acostarse sobre el. Daniel le quita la playera con cuidado de sus alas. Ambos se abrazan, y comienzan a acariciar sus cuerpos. Las grandes garras de Sam cubren gran parte de la espalda de Daniel, mientras el acaricia los muslos y el miembro de su pareja por encima del pantalón. Tras un par de minutos besándose, Sam baja para quitarle el pantalón y el boxer a Daniel--. Este día no quiero usar nada. Quiero que sea como nuestra primera vez, con ese tierno tigre que me cautivo en Denver--comienza a lamer el miembro del tigre, quien gime con cada lamida que el dragón da a causa del calido aliento que este despide.

Sam abre sus enormes fauces y deja entrar el miembro de Daniel, quien lanza un largo gemido cuando su miembro queda cubierto por la calida saliva del dragón. La larga lengua de este comienza a masturbar de arriba abajo el miembro del tigre, causándole un placer indescriptible. Se aferra con fuerza a las sabanas, mientras Sam lo masturba cada vez más rápido. Sin aviso alguno, introduce dos garras dentro de su ano, y comienza a meterlas y sacarlas con rapidez. Daniel sujeta la cabeza de Sam para acelerar sus embestidas, mientras gime con una fuerza cada vez mayor. Siente que el momento esta cada vez más cerca. Trata de contenerlo pero le es inútil: comienza a eyacular dentro del hocico de Sam, que bebe todo el semen que le ofrece.

Se levanta y le da la vuelta a Daniel para ponerlo a cuatro patas. Agacha un poco la cabeza y comienza a lamer la entrada de su ano. Daniel comienza a sonrojarse. Sam introduce su larga lengua y lubrica todo su ano. Saca su lengua y se hinca detrás de el. Sujeta su miembro y comienza a introducirlo en su ano lentamente. Daniel gime con fuerza con cada pulgada que va entrando. Recarga su cabeza sobre la almohada, mientras Sam se acuesta sobre su espalda y cubre a ambos con sus grandes alas, creando un espacio bastante intimo. Tras haber introducido su miembro completo, comienza a dar suaves embestidas. Daniel comienza a masturbarse, mientras la lengua de Sam recorre todo su cuello. Sus cuerpos comienzan a sudar, empapando la sabana con cada gota que cae. Daniel roza el ano de Sam con su cola. Ambos gimen con fuerza, y cada vez va en aumento. Sam se sujeta de los hombros de Daniel, dándole más fuerza a sus embestidas. Los gemidos de ambos se convirtieron en rugidos; ese pequeño espacio formado por las alas de Sam comienza a emitir una gran cantidad de calor. Entonces Sam siente como su miembro se comienza a hinchar. Contiene un minuto más los deseos de eyacular, igual que Daniel. Pero no puede más, y con una última embestida comienza a eyacular dentro del cuerpo de Daniel. Este, ante la sensación calida que invade todo su cuerpo, eyacula de nuevo sobre la cama. Sam da unas lentas embestidas para terminar, mientras algo de semen de dragón corre por las piernas de Daniel. De repente ambos se desploman, jadeando de cansancio. Retira su miembro del tigre, y le da la vuelta para tenerlo de frente. Se miran a los ojos, y se dan un calido beso, que dura un par de minutos. Daniel estira su garra para apagar la luz, dejando la habitación en completa oscuridad, cubriendo el amor que ambos sienten de los ojos de cualquiera que trate de mirar.

A kilómetros de ahí, un joven león sube a un autobús. En su cuello cuelga un letrero que dice: "Menor no acompañado". Su larga sudadera cubre sus brazos por completo. En su espalda carga una mochila roja con negro, repleta de ropa. Se sienta en donde le habían dicho, y espera. "Tienes que ir a esta dirección. Te recibirán. Pero ni una palabra de esto a nadie", fue lo que le dijo aquel extraño en el hospital. Aun se siente mal por lo que paso, pero es fuerte y aprenderá a superarlo. Unos minutos después el autobús comienza a andar. No sabe que va a ocurrir, pero espera que ocurra pronto. Lleva años huyendo... quiere dejar de hacerlo.

Nota del Autor

Bien, de regreso a la historia que me puso en este sitio. Disculpen la tardanza, pero tenía una historia antes, además de la saga de Sin Valley. En fin, vuelvo con el Lobo Guardian, esta vez en su segunda temporada. La situó 5 años después del final del capitulo anterior, y comienzo a narrar desde una tercera persona, para poder hablar más a fondo sobre los demás personajes. En fin, agradezco que hayan esperado tanto. Prometo más capítulos pronto.

Dedico este capitulo a mis amigos: Harturo, Alan, Gami, Aitos, al Coronel, y a los que han leido mi historia desde sus inicios. A los primeros tres les agradezco que me hayan prestado sus fursonas para darle vida a los personajes del mismo nombre. Diablos, que haria sin mis amigos.

Amor, este capitulo, como todos, te lo dedico especialmente a ti. Has sido una gran inspiración para mi durante todo este tiempo. Y sabes, aunque hemos estado algo distanciados por tu escuela, mi amor por ti no hace más que crecer. Te amo mi lindo tigueshito James, más que ayer, menos que mañana.