El Cazador de Almas, primera parte

Story by Alfred Sherford on SoFurry

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#6 of Sin Valley


Advertencia: La siguiente historia contiene lo que se puede denominar un caso de homicidio, con contenido explicito que para personas sensibles o con estomago débil podría ser demasiado fuerte. Es recomendable que se los capítulos anteriores para comprender algunas de las pistas. Sin más que decir, doy inicio a mi relato.

Capitulo 6: El Devorador de Almas, primera parte

Lentamente colgó y guardo su celular, mientras miraba hacía la nada. La noticia había impactado a Jack. Le costaba creer que Harry había desaparecido. No había hablado mucho con el, pero el hecho de que estuviera tan interesado en ser Liberador le había llamado la atención. Bert parecía confundido al ver a Jack.

-- ¿Pasa algo?--le preguntó.

--Ah...--Rocko le había hablado sobre la relación que Bert y Harry habían comenzado. No era bueno dando malas noticias, pero tampoco quería que Bert se enterara por los amarillistas--... Bert, no creo que debas saberlo. No quiero lastimarte.

-- ¿Le paso algo a Harry?--preguntó preocupado, como si hubiera leído el pensamiento de Jack.

-- ¿Por qué lo dices?

--Lo presentí--mintió. Jack sabía que Bert estaba ocultando algo, pero no podía presionarlo para obtener la verdad, o podría decir cosas que no cuadraran más tarde.

--De acuerdo. Mira, al parecer Harry desapareció--Bert se preocupo al escuchar eso--. No creo que le haya pasado algo malo, pero aun así tengo que averiguar donde esta. Por las circunstancias en las ocurrió esto, supongo que debió discutir con alguien.

--Harry...

--Todo estará bien. Si te llama o viene avísame lo más pronto posible.

Jack se fue corriendo directo hacía la escuela, que no quedaba muy lejos de ahí. ¿Cuánto tardaría, 20 minutos? Quizá Rocko no pudiera contener a quienes aun siguieran en la escuela. Esperaba que la escena no se hubiera modificado mucho, de lo contrario sería demasiado difícil encontrar una pista que pudiera ayudarlo.

No tardo mucho en llegar. Al parecer aun no llegaba la policía, algo normal. Entro a la escuela y subió ágilmente hacía el segundo piso, donde comenzó a escuchar voces de curiosidad. Desenfundo su arma y se apresuro hacía el salón, donde un grupo de estudiantes estaba amontonado queriendo entrar. Jack guardo su arma para no armar una escena peor y se movió entre la multitud, hacía un desesperado Rocko que defendía la entrada a su santuario como todo un soldado. La puerta estaba cerrada. Rocko llevaba un pañuelo en la mano, señal de que con el abrió la puerta.

-- ¿Qué paso?--le tuvo que gritar pues los gritos de los estudiantes no dejaban hablar bien.

--Este no es un buen lugar--miro en todas direcciones hasta que encontró al conserje, una morsa algo malhumorada. Le hizo una seña para que se acercara--. Disculpe, ¿puede cuidar que nadie entre ni toque la puerta? En especial que no se toque la perilla.

--De acuerdo--le contesto de mala gana. Jack y Rocko entraron mientras el conserje vigilaba.

Al entrar, Jack se dio cuenta de la magnitud del caso. Los bancos estaban volteados por todos lados, papeles regados en el suelo, pequeñas manchas de sangre en la pared del fondo. Todas las ventanas estaban cerradas. Más no había nada que pudiera ser usado como una prueba evidente. Era obvio que eso fue obra del famoso Devorador.

--Cuando estaba saliendo de la escuela, escuche a Harry...

--No hables aun--le interrumpió Jack--. Es mejor que esperes a dar tú declaración.

-- ¿Desconfías de mi?

Jack miro extrañado a Rocko. Desafortunadamente, así era. Tenía conocimientos sobre criminología y estudio del comportamiento criminal. No veía a Rocko como un asesino, sin embargo, era la única persona en la escena. Debía desconfiar de cualquiera.

--No es eso--mintió--. Cuando la policía llegue, me tomaran una declaración a mí. Si me dices cosas diferentes a lo que dirás con la policía, lo notará cuando trate de confirmar tu coartada. Es mejor que te mantengas callado.

--De acuerdo--finalizo convencido, a pesar de que lo que Jack dijera se consideraba una prueba sin valor.

--Lo que me interesa es saber si viste algo raro cuando saliste del salón.

--No, no había nadie.

Jack se acerco a las manchas de sangre que se encontraban en la pared. Eran pequeñas, como si hubieran sido escupidas. Miro el banco que estaba a su lado, tirado en el suelo. Le habían arrancado un trozo de la madera. Jack comenzó a imaginar como había ocurrido todo. Se movió hacía donde se encontraba el asiento de Harry.

--Le conocía. De ser un extraño, lo más probable es que no le hubiera dado importancia, por lo que el secuestro se hubiera llevado a cabo cerca de su asiento. Al ser alguien que conoce, observa un gesto amenazante, y comienza a moverse hacía el fondo del salón para evitarlo--camina por donde antes se encontraba un espacio entre las filas--. Comenzó a lanzar los bancos hacía Harry para detenerlo. En este sitio--se detuvo frente a las manchas de sangre--le alcanzo. Harry trato de defenderse, dándole un puñetazo, lo que lo hizo sangrar. Se enfada, da un brutal golpe a Harry en el rostro, provocando que escupa sangre hacía la pared. Grita de dolor, lo vuelve a golpear. Ve la sangre que cayó en el banco, y arranca el trozo para no dejar muestras. Sujeta a Harry inconciente, y se va.

Era lo más exacto a como había ocurrido todo. Tan absorto estaba en sus pensamientos que no noto a quienes acababan de entrar al salón.

--Es una teoría interesante. Espero que no le moleste que un grupo de profesionales se encargue.

Jack observó al humano que se encontraba a lado de Rocko. Vestía el uniforme de los imperfectos, pero tenía alrededor de 24 años, bastante joven para pertenecer al grupo. Medía 1.74m, de tez clara y vivos ojos marrones. Sin embargo, miraba a Jack con algo de... desprecio.

-- ¿Y usted es?

--Richard Woods, homicidios. Y quien debe preguntar eso soy yo.

--Jack Sheppard. Estudie criminología y estudio del comportamiento criminal.

--Se ve bastante joven para haber cursado esas carreras.

--Y usted mucho más para vestir ese uniforme.

--Puedo arrestarlo por desacato, así que no moleste. ¿Qué hace un civil en la escena del crimen?

--Conozco al profesor que encontró así el lugar. Me vio como la primera opción. Tranquilo, no he tocado nada.

--Más le vale que sea así, de lo contrario pasará un largo rato en una celda por obstrucción de la labor oficial y modificación de la escena de un crimen. Señor--mirando a Rocko--. Afuera hay un oficial. Haga el favor de ir con el para que tomen su declaración.

Rocko miro a Jack, quien con un ademán le indico que saliera. Rocko miro el salón por última vez y salió.

--Supongo que entonces ahora los imperfectos tomaron el caso--señalo Jack.

--Efectivamente. La policía no ha mostrado ningún avance en la investigación. De confirmarse, esta podría ser la tercera victima del Devorador. No podemos permitir que un asesino como el siga en las calles.

--En ese caso, permítame hablar con su jefe. Supongo que debió acompañarlo. Para su hijo, este parece ser el primer caso importante en su carrera.

Richard se sorprendió ante el comentario de Jack. No era sorpresa que supiera quien era su padre. Hablar con el era lo que le sorprendía. Pocos se atrevían a eso.

Fueron directo hacía la oficina del director mientras los miembros de CSI revisaban el salón. Jack caminaba firme, dispuesto a enfrentarse a El Toro, apodo que le habían puesto a quien ahora se encontraba en la oficina del director. Richard, por su parte, preparaba lo que tendría que decir en caso de que su padre se enfadara con el.

Al llegar, Richard toco la puerta. Una voz le dijo que pasara. Al entrar se encontraron en una larga oficina, con fotos de los antiguos directores y los mejores estudiantes. Un fino mueble de caoba, un estante repleto de libros de derecho. Dentro se encontraba un caballo de 41 años con traje negro y piel marrón sentado frente al escritorio. Se levanto cuando Jack y Richard entraron, mostrando que era mucho más alto que ellos. El traje negro dejaba ver la marcada musculatura. Sin embargo, eso no le ayudo en lo absoluto al director Stetler a controlarse frente al Toro. Toda su piel estaba empapada en sudor, señal de su nerviosismo.

--Haga el favor de salir señor Stetler--dijo una voz tras el asiento del director.

--Si se-se-señor Woods--tartamudeo mientras dejaba la oficina.

La silla lentamente comenzó a dar la vuelta. Richard titubeo un poco cuando una persona comenzó a aparecer. Sintió como si todo su mundo se detuviera. Pero Jack se mantuvo firme, a pesar de que sentía un extraño temor nacer dentro de el.

Como una aparición desde lo más hondo del infierno era Leopold Woods. Un gigante de 1.83m y una piel clara, como fantasmal. Los 51 años parecían una mentira al ver el cuerpo fornido que era capaz de tumbar de un puñetazo a quien fuera. Sus ojos eran verdes, pero parecían siempre tomar un color carmesí, generando una mirada que destilaba odio. Su cabello y su bigote eran blancos como la nieve, único signo de la edad. Se levanto para intimidar a sus presas, pero Jack no cayó en su juego.

--Así que has venido a hablar conmigo--le dijo con una voz grave.

--Parece que las paredes tienen oídos. No escuche que el joven Woods le dijera nada.

--No necesito que lo haga. Pocas son las personas que se atreven a venir a verme. ¿Qué es lo que desea el aquí?--le pregunto a Richard. El joven dio un suspiro y comenzó a hablar con firmeza.

--Su nombre es Jack Sheppard. Lo encontré analizando la escena del crimen. Me sorprendió que diera datos tan exactos sobre lo que había pasado. Pidió hablar con usted.

--Analizando, ¿eh? Sabe que un civil no puede entrar a la escena del crimen.

--Conocía a la victima. Además, estudie criminología y estudio del comportamiento criminal.

--Así que crees que puedes venir y hacer nuestro trabajo.

--El joven Woods lo dijo: la policía no ha logrado avances en la investigación. ¿Qué me hace creer que ustedes los van a conseguir?

--Estamos mucho más preparados.

--Eso no me convence--Richard se sorprendió al escuchar eso. Nadie, absolutamente nadie, se había atrevido a contradecir a su padre--. De ser así, hace mucho que lo hubiera capturado.

Richard se preparo para detener a su padre si era necesario, pero no fue así. Leopold sonrió y dio una bocanada a su puro.

--Dígame, joven Sheppard. ¿Qué sugiere?

--Los ciudadanos comienzan a preocuparse por los pocos avances que hay con respecto al caso. Se han organizado grupos de vigilancia vecinal, e incluso algunos investigan al asesino por su cuenta.

--Eso quiere decir que...

--Confiarían más en un ciudadano especializado que entrará en la investigación.

Leopold se quedo callado por un momento. Reviso algo en la computadora sobre el escritorio. Después saco su radio y llamo a un conocido de Jack.

--Becor, ven de inmediato.

Casi al instante Fernand Becor entro en la oficina. Se sorprendió al ver a Jack, pero contuvo los deseos de matarlo ahí mismo. No podía dar señal de que conocía su secreto, no aun.

--Si señor.

--Prepara un equipo para el joven Sheppard. Por lo que veo, no creo que disfrute de usar el uniforme. Solo la placa y el arma reglamentaria.

--De acuerdo señor--contesto Becor furioso. Salió de la oficina.

--Muy bien Sheppard. Trabajaras con mi hijo Richard. Te asignare un equipo...

--Si no le molesta señor, tengo mi propio equipo dispuesto a ayudar.

Richard y Leopold se sorprendieron ante el comentario.

--De acuerdo. Sin embargo, sabes que cuentas con todo el apoyo necesario. Pueden irse--ambos tomaron rumbo hacía la salida, pero Woods los detuvo--. Y Sheppard, espero resultados.

--Los tendrá señor.

Richard y Jack salieron de la oficina. En ella, mientras tanto, Leopold terminaba de ver el registro de Jack. La pared tras el comenzó a tomar un extraño relieve, como si algo estuviera saliendo de ella, pero sin perder el color. En solo segundos, de la pared surgió una persona, al parecer pintada por completo del mismo color de la pared. Presiono algo en su muñeca derecha y su cuerpo cambió de color hasta mostrar a una persona con uniforme verde y un extraño casco, el cual de repente fue absorbido por el traje, mostrando el rostro de Anthony Collins, humano, 43 años, con unos vivaces ojos verdes, la única persona con la que Woods parecía tener una amistad.

--Ni una sospecha--dijo Woods--. El traje parece funcionar mucho mejor.

--Eso nos va a abaratar costos. No tenemos que usar más camaleones.

--Son buenos robots, pero no pueden hacer el trabajo de un humano.

--Eso si--echo un vistazo a la pantalla--. Sheppard, ¿eh? Por fin conozco a su hijo.

--Hijastro--le corrigió Woods--. Estoy en deuda con Derek. Me salvo la vida a costa de la suya, algo que Jack no sabe.

--Y lo dejaste entrar en la investigación para que su padrastro estuviera orgulloso de el, y enorgulleciera su apellido.

--Así es. Después de todo, ambos tienen algo que nosotros no. Podemos tener lo mejor en armamento, pero... para atrapar criminales, hay que pensar como ellos.

-- ¡Sheppard!--le grito alguien desde el fondo del pasillo. Jack dio la vuelta justo a tiempo para atrapar la placa y la .9mm especial que Becor acababa de lanzar.

--Hey, deberías tomar un descanso. Pareces tenso Becor.

--No hagas estupideces. Te estoy vigilando.

Jack le dio la espalda y guardó la .9mm junto a la suya. Echo un vistazo a la placa: similar a la de un agente del extinto FBI. Su nombre estaba grabado en ella. La guardó en su bolsillo.

--Parece molesto--dijo tras haberla guardado.

--Le gane el caso, tendré mi propio equipo si lo resuelvo y muchas posibilidades de ocupar su lugar; claro que va a estar molesto.

--Y no esta muy contento con mi presencia.

--También. Y hablando de eso, ¿Por qué entraste a la investigación? Mi padre es muy estricto y sigue el reglamento al pie de la letra, y en el dice que los civiles no deben intervenir en ninguna investigación.

--Conozco bien a tu padre, y yo también creí que no me dejaría entrar. Quien sabe por que lo hizo. Pero yo entre por que esto es algo que llevo en la sangre. Mi padre trabajo también en Homicidios, hasta que un rebelde lo mato.

--Lo siento--le dijo Richard tras unos segundos.

--Gajes del oficio. Siempre estuvo consiente de que algo le podría pasar. Entre para hacerlo sentir orgulloso.

--Eso es algo muy noble.

Llegaron hasta un salón vació, donde un guardia les indico que se encontraba el testigo. Ambos entraron al salón de música, donde estaba Rocko.

--Parece que es el único testigo que tenemos--señalo Richard.

--Eso parece. Rocko, ¿Cómo te sientes?

--Bastante preocupado. No se como esta Harry.

--Va a estar bien.

--Jack, hazte cargo. Tengo que hacer una llamada--le dijo Richard.

--De acuerdo--se acerco a Rocko y se sentó en una silla que estaba cerca--. Bien Rocko, dime exactamente lo que paso.

--Bien. Le había pedido a Harry que me ayudara a revisar algunos trabajos. Pero llego la hora de la salida, y no quería tenerlo conmigo toda la tarde. Le dije que nos lleváramos... cada quien una mitad del trabajo, para revisarlos en casa con más calma. Yo me ofrecí a acompañarlo, pero quería quedarse a acomodar sus cosas, así que me fui. Pero apenas estaba saliendo de la escuela cuando escuche un grito. Creí que se había pegado contra un banco, hasta que escuche el segundo. Fue entonces cuando escuche el segundo grito, y supuse que algo malo estaba ocurriendo. Al regresar al salón lo encontré hecho un desastre, pero Harry no estaba ahí.

--Eso quiere decir que mientras regresabas al salón, el secuestrador pudo haberse llevado a Harry. De ser así, debiste haber visto a alguien cuando regresabas.

--No. A pesar de que iba muy apresurado, también preste atención en caso de ver a alguien que actuara de forma sospechosa.

-- ¿Y cuando ibas saliendo?

--Cuando iba saliendo...--Rocko comenzó a recordar si algo extraño había visto antes de salir--... bueno, al llegar a la entrada principal, vi una especie de sombra por el pasillo hacía el ala B, pero no estoy seguro de quien era.

--De acuerdo. Será mejor que vayas a descansar. Si algo malo pasa llámame de inmediato.

--Si.

--Tranquilo, todo va a estar bien.

Rocko se levanto y salió del salón mientras Richard entraba. Se veía algo preocupado.

--Ya hable con los investigadores. Acertarse sobre como se llevo a cabo el secuestro.

--Te agradezco, pero no es eso lo que vienes a decirme.

--Lo se. Hable con el psicólogo que habíamos enviado a casa de Harry, para que hablara con su padre. Esta devastado.

--Pierde a su esposa. Ahora a su hijo. No es algo que uno quiera vivir.

--También encontramos otros dos testigos, aunque no creo que nos sirvan más que para inculpar a Rocko.

-- ¿Quiénes son?

--El intendente y un profesor de álgebra. ¿Crees que Rocko sea culpable?

--No, no tiene el perfil de un homicida. Además, no le iba a dar tiempo para ocultar el cuerpo y lavarse la sangre. Sin embargo, a un juez no le va a importar eso.

--El testimonio de un testigo es una prueba circunstancial.

--Y no pueden encarcelarlo por eso. Sin embargo, le arruinara su carrera para siempre. No lo puedo permitir. Haz pasar al profesor.

Richard abrió la puerta y con un ademán hizo pasar a un avestruz no muy agradable de unos 39 años. Jack quería apresurar las cosas.

--Bien, iremos directo al grano. Quiero que me diga todo lo que vio.

--Estaba en mi salón calificando unas pruebas cuando escuche unos gritos. Creí que eran unos chicos peleando, así que fui para calmarlos. Pero cuando llegue al salón de historia me encontré con el profesor Baltimore.

-- ¿Actuaba de forma extraña?

--No. Se veía nervioso.

-- ¿Vio manchas de sangre?

--No me fijo mucho en los detalles, pero la sangre es algo que se hubiera visto con claridad.

-- ¿No vio a nadie llevar alguna clase de objeto pesado?

--Me encontraba en el tercer piso, nadie hubiera huido hacía allá, ¿no lo cree?

--Bien. No creo que haya nada malo con usted. Si lo necesitamos le llamaremos. Puede retirarse.

El avestruz dio vuelta hacía la puerta y salió refunfuñando. Por su parte, Richard volvió a entrar.

--Hable con el intendente.

--Déjame adivinar: estaba en la cafetería y de repente escuche los gritos. Llegue y encontré al profesor Baltimore en el salón.

--Si.

--Esto no esta bien. Un intendente y un profesor. ¿No se te hace sospechoso?

--Quizá trata de inculpar a alguien más para que dejemos de seguirlo. Es un método muy útil.

--Lo planeo desde antes. No creo que nos digan nada sobre quien les pudo pagar por que estuvieran aquí.

--El punto es, ¿Cómo saben que iban a estar ahora?

--Esa es una buena pregunta, que nos ayuda mucho: fue alguien de la escuela.

Jack y Richard salieron de la escuela. Los de escena del crimen aun tenían que revisar todo más a fondo. El día estaba totalmente nublado, avecinando una tormenta. Apenas habían empezado y Jack ya comenzaba a tener sospechosos.

-- ¿Qué hacemos ahora?--preguntó Richard.

--Vamos a casa de Harry. Podríamos encontrar algo que nos ayude ahí.

--El psicólogo aun no ha terminado, pero es mejor que hablemos con el también. Pero necesitamos una orden de cateo.

--No lo creo. Estará tan devastado que nos dejará hacer lo que sea con tal de que encontremos a su hijo. No podemos perder tiempo en órdenes.

Ambos subieron al auto de Richard, y tomaron rumbo hacía casa de Harry. En solo unos minutos llegaron. Al bajar, Jack volvió a sentir esa extraña aura que había sentido en casa de Bert. No era normal.

Llegaron a la puerta y tocaron. Un lobo envuelto en lágrimas abrió la puerta. Mostraron sus placas y entraron. En la sala aun se encontraba el psicólogo que había mandado, un topo.

--Señor Stoner--comenzó a decirle Jack--, sabemos que esta pasando por un momento muy difícil. Pero necesitamos que nos permita entrar a la habitación de Harry, para revisar si había algo extraño en el.

--Hagan lo que sea, pero encuentren a mi hijo. Es todo lo que me queda en el mundo, y lo he tratado tan mal estos días.

--Señor Stoner--el topo se levanto y fue hacía el. Lo tomo de los brazos y lo llevo de regreso a la sala, donde siguieron hablando. Jack y Richard siguieron hacía la habitación de Harry.

Al entrar, encendieron las luces, mostrando una habitación repleta de imágenes de liberadores que Jack conocía, pero que para Richard eran totalmente desconocidos. Su habitación había sido ordenada por completo, cosa que a Jack no pareció molestarle.

--Creo que algo malo estaba pasando con Harry--señalo Richard--. No es usual que los jóvenes tengan tan bien arreglada su habitación.

--A menos que creyeran que sería la última vez que la verían.

-- ¿Dices que Harry sabía sobre el secuestro?

--Hay muchas formas de abandonar algo, no precisamente un secuestro.

Jack tomo la agenda y comenzó a hojearla. El día 9 de mayo tenía que asistir a una cita con un tal Danny Price.

No tardaron mucho en localizar al tal Danny Price. Era un joven antílope que no se inquieto al ver la placa de los oficiales. Richard se encargo de interrogarlo.

--Bien joven Price, ¿usted conoce a Harry Stoner?

--Si, somos amigos desde hace tiempo.

-- ¿De donde lo conoció?

--En un foro en Internet. Estaba buscando datos sobre los liberadores de esta ciudad, y Harry realmente me sorprendió con sus conocimientos. Nos hicimos amigos muy pronto.

--Eso parece. ¿Puedo saber donde estaba el día de hoy a la una de la tarde?

--En casa. He estado haciendo un trabajo para la escuela. ¿Por qué lo pregunta?

--A esa hora Harry Stoner fue secuestrado.

-- ¿Qué?--Danny se sorprendió al escuchar eso. Jack lo veía desde la ventana al otro lado de la habitación. Desde que vio su expresión supo que no era culpable--No puede ser. ¿Acaso piensa que fui yo?

--Debemos descartar a todos los sospechosos. Hace unas horas revisamos la habitación de Harry, y en su agenda encontramos una cita con usted dentro de unos días. ¿Puede decirme de que iban a hablar?

--Bueno, no se exactamente que quería. Supongo que asilo.

-- ¿Asilo?

--Si. Hace unos días me dijo que el padre de Bert había descubierto su relación, y al parecer no la acepto. No creía que su papá tampoco la fuera a aceptar.

--Así que usted quiso hacer su buena acción y darles asilo a ambos mientras se solucionaba todo esto.

--Si. Los padres de ambos han sido muy duros con ellos, en especial el de Bert. Quizá acepta que su hijo es homosexual, pero no va a aceptar que tenga pareja, no mientras viva con el.

-- ¿Alguna vez tuvo contacto con el señor Malcovich?

--No, solo lo conozco por lo que Harry me decía de el.

--Muy bien. Disculpe las molestias joven Price. Si lo necesitamos lo llamaremos.

--Si. Por favor, encuéntrenlo pronto. Harry no merece que algo así le pase.

--Nos estamos encargando de eso.

Danny se levanto y salió llevando consigo la pesada carga de la tristeza. Richard le siguió y fue directo hacía Jack.

-- ¿Qué opinas?

--No creo que haya sido el--contesto Jack--. No fingió la sorpresa al escuchar lo que había pasado.

--Eso es cierto. Además, no parece lo suficientemente fuerte como para hacer algo así. Creo que estamos como al principio.

--De hecho, tenemos algo más. Dijo que los padres de ambos eran demasiado estrictos. Al momento del secuestro me encontraba en casa de Bert, pero su padre no estaba.

-- ¿Crees que el lo haya raptado?

--Eso es probable. Esto cambia por completo el caso. Ya no buscamos al Devorador.

--Sino algo personal: el señor Malcovich no aceptaba la relación que Bert tenía con Harry, así que decidió separarlos a toda costa.

--Y secuestrándolo era el modo perfecto, pues nos haría creer que fue nuestro asesino serial. Tenemos que encontrarlo.

Tras esto se dirigieron al edificio Rookford, donde trabajaba el padre de Bert. Jack le habló a William para que investigara más a fondo sobre el señor Malv

-- ¿Qué me tienes?--le pregunto Jack a William desde su celular.

--Bien, según el reporte que encontré aquí, Robert Malcovich trabaja en el departamento de Finanzas en el edificio Rookford, esta de vacaciones, algo que ya sabemos. El problema esta en que hace unos meses sufrió también una fuerte depresión. Estuvo yendo con un psicólogo, pero de repente dejo de asistir.

--Eso es algo interesante. ¿Sabes los datos del psicólogo?

--Si, Danny Messer. Su consultorio se localiza en el edificio Stellferd, en la tercera avenida.

--De acuerdo. Iré cuando termine aquí--colgó y se dirigió hacía Richard, que había encontrado a Robert en su trabajo. Lo citaron en la sala de juntas para interrogarlo--. Muy bien señor Malcovich, seremos rápidos. Solo queremos hacer unas preguntas y usted podrá volver a su trabajo.

--Dense prisa--contestó malhumorado--. Tengo que volver a trabajar o mi jefe me descontará mi sueldo.

--Su jefe no le dirá nada--le aclaro Jack--. Hablamos con el y le pedidos el tiempo que fuera necesario

--Sin temor a equivocarme, usted acaba de regresar a su trabajo, ¿no?

--Así es. Me dieron unas vacaciones, pero ya volví.

--Entiendo. ¿Puede decirme donde se encontraba aproximadamente a la una en punto?

--Descansando, como todos los demás.

-- ¿Puede confirmarlo alguien?

--No. Solo tengo tres amigos con quienes me junto, y no asistieron el día de hoy.

-- ¿Nombres?

--Sid Hammerback, Peyton Driscoll y Carl Fill.

Jack se quedó callado al escuchar el nombre. Tenía un nexo con Fill, eso quiere decir que quizá sepa cosas sobre el que puedan serles útiles. Le indico con un ademán a Richard que siguiera.

-- ¿Cómo es la relación con su hijo?

--Me mato trabajando para que pueda estar en una buena escuela. No creo que necesite nada más.

--Bueno, es bien sabido que lo más importante en una familia es amor. Estamos de acuerdo en que usted ha tratado mal a su hijo.

-- ¿Por qué dice eso?

--Nos lo informaron señor Malcovich. ¿Es verdad?

--A veces le he levantado la mano, pero nunca le he pegado.

-- ¿No lo hizo cuando supo que era homosexual?

-- ¡No! Me sorprendió la noticia, y no estoy de acuerdo en esa actitud, pero nunca le pegue.

--Sin embargo no aceptaría que su hijo tuviera pareja de su mismo sexo. ¿Qué haría entonces?

--No se con que fines esta haciendo estas preguntas detective, pero no tengo intención de seguir si no esta aquí mi abogado.

Richard cerró su puño para calmar su ira. Estaba a punto de sacarle la respuesta, pero ya no podía hacer nada tras decir eso. Le indico que podía retirarse, pero antes de que dejara la sala, Jack lo detuvo.

--Señor Malcovich, ¿Por qué dejo de asistir con su psicólogo?

-- ¿Qué?

--Según los reportes, usted sufrió hace unos meses un fuerte ataque de depresión. Esa fue la razón por la cual le dieron vacaciones. Lo que quiera saber es por que dejo de asistir justo cuando estaban obteniendo resultados.

--Ya le dije que no pienso seguir sin mi abogado.

--Lo entiendo, pero sigue sin responder mi pregunta. Por lo que se, usted amaba a su esposa, y le dolió hasta el alma cuando ella lo dejo. ¿Acaso esa depresión se produjo por algo que ella le dijo? ¿Acaso se volvió a casar, o tiene hijos, o es lesbiana?

-- ¡Basta!--rugió Robert, haciendo que Jack diera un paso atrás--Ya le dije que no voy a seguir sin mi abogado--dicho esto salió hecho una furia de la sala.

--Esto no nos va a ayudar mucho--señalo Richard.

--De hecho si. Hace unos días comencé a investigar con mis amigos a Carl Fill.

-- ¿Al que menciono? ¿Qué tiene de raro?

--Según los padres de Barry Gale, lo conoció unos días antes de que desapareciera.

--Hay que preguntarle al jefe del departamento, entonces. Debemos obtener informes sobre el paradero de Fill, y del resto. Quizá estén implicados.

--Si. Quizá después de todo si estamos tras las pistas de nuestro devorador.

Los dos salieron de la sala y comenzaron a buscar al jefe, Adolfo Torres. Desafortunadamente acaba de salir a una junta, y no volvería hasta más tarde. No querían presionarlo, por lo que decidieron ir a interrogar a Danny Messer.

La oficina del doctor Messer estaba ubicada en el quinto piso del edificio Stellferd. Su oficina era muy aburrida, por así decirlo. Lo único interesante que tenía en ese lugar era una exótica planta que parece provenir de Brasil. Después de eso, su diván, el escritorio, unos libreros... y ya. Danny Messer, sin relación alguna con Danny Price, era un gato blanco con grandes anteojos que cubrían sus ojos negros. Vestía un traje negro que hacía contraste con su pelaje. Observaba a los dos humanos desde el asiento tras su escritorio.

--Doctor Messer. Jack Sheppard y Richard Ford, homicidios.

--Pasen caballeros. Mi secretaria me dijo que les urgía hablar conmigo. Afortunadamente un paciente cancelo su cita a esta hora, así que tienen toda una hora.

--No necesitamos tanto tiempo doc--señalo Jack.

--Si, solo serán unas breves preguntas. Tendrá usted más tiempo libre en solo unos minutos--añadió Richard.

--De acuerdo. Es irónico, ¿no? Suelo ser yo quien haga las preguntas. Ahora me las harán a mí.

--Y en su propia oficina--dijo Jack--. En fin, se que su ética se lo impide, pero necesitamos la información de un paciente suyo.

--Usted lo dijo, va en contra de mi ética.

--Solo necesitamos saber algunas cosas sobre Robert Malcovich. Ya sabemos que se le diagnostico un grave ataque de depresión. ¿Usted como veía su caso?

--Robert era alguien especial. Como ya han de saber, su esposa lo dejo hace tiempo.

--Así es--corroboró Richard--. Queremos saber cual fue la causa que detono esa depresión.

-- ¿Seguirán insistiendo si me niego a decirles?

--Así es.

Dio un profundo suspiro y comenzó a recordar lo que había hablado con el.

--De acuerdo. Las causas del divorcio fueron adulterio por parte de la señora Malcovich. Gracias a eso Robert obtuvo lo custodia de su hijo. Sin embargo, hace unos meses le llamo para decirle que iba a comenzar otro juicio para quitarle la custodia.

--Su hijo es lo único que le queda. El saber que podía perderlo causo su depresión--finalizo Richard.

--Correcto. En su trabajo le dieron vacaciones para que pudiera asistir a las consultas.

--Doctor, ¿comenzó a medicarlo?

--Si. Era demasiado grave el caso, así que decidí darle unos antidepresivos.

-- ¿Puede decirme por que no habla sobre ellos en el reporte?

--Bueno... es que no debí darle eso.

-- ¿Qué le receto?--repitió Jack.

--Ribotaccin. Es un antidepresivo en etapa de prueba. Lo conseguí de un amigo que trabaja en la farmacéutica Welter. Le dije que tenía con quien probarlo y acepto.

-- ¿En etapa de prueba? ¿Acaso no sabe que eso es ilegal?--le cuestiono Richard

--No tenía otra opción. Muchas veces había dicho que deseaba morir. El ribotaccin actúa en muy poco tiempo, y necesitaba algo rápido.

Jack y Richard compartieron miradas. Ambos sabían que el doctor estaba ocultando algo más, pero no deseaban presionarlo y echar todo a perder.

--Lo pasaremos por alto siempre en cuando no vuelva a pasar--le advirtió Jack-- ¿Puede decirme las razones por las que Robert dejo de asistir a las consultas?

--Creo que en esa pregunta le he fallado señor detective. Robert simplemente me llamo para decirme que cancelara todas las citas. Justo cuando comenzábamos a tener avances--finalizo algo decepcionado.

--Eso es algo triste. ¿Cree que pudo haber recaído?

--El ribotaccin es muy efectivo. Dudo que se pueda recaer al tomarse las dosis correctas.

--De acuerdo. Doctor Messer, muchas gracias por su ayuda.

--Espero que les haya sido útil.

--Créanos que lo fue--finalizo Richard. Ambos salieron de la oficina, y no hablaron hasta llegar al pasillo, donde la secretaria no pudiera oírlos--. Eso explica por que dejo de asistir a las terapias, el error de muchos: creen que al ver pequeños avances ya se han curado y dejan de gastar dinero en los tratamientos. Robert vio que el ribotaccin estaba surtiendo el efecto deseado y pensó que estaba aliviado.

--Si, pero aquí hay algo mal. Cuando se acabe su medicamento, Robert recaerá y necesitará más. Quizá no se genere adicción, pero creerá que la terapia sería más efectiva usando el medicamento. Eso nos deja una pregunta en el aire.

--De donde va a obtenerlo Messer.

Jack saco su celular y marcó un número para luego poner el altavoz. Espero unos segundos hasta que Nick le contesto.

-- ¿Qué pasa Jack?

--Necesito que investigues algo por mí.

--Dime.

--Es un medicamento, en etapa de prueba. Se llama ribotaccin.

--Dame un momento--Jack escucho la voz de Sean de fondo. Tras unos segundos escucho a Nick teclear a gran velocidad--. Aquí esta. Ribotaccin, producido por la farmacéutica Welter. Un antidepresivo inhibe la serotonina en las neuronas, lo cual hace que quien la consume no se sienta desanimado. Lo interesante es que al parecer también genera endorfina.

-- ¿Genera placer?

--Eso parece. Afortunadamente tiene una sustancia especial que evita la adicción: cuando se toma en excesos el placer se convierte en un dolor que ni siquiera un sadomaquista podría soportar.

--Pero...--dijo Jack, sabiendo que había uno.

--De ser mezclada con cualquier tipo de droga se puede generar la adicción con solo una dosis.

--Eso suena interesante. Entonces la endorfina funciona como una especie de anti adicctivo ¿Efectos secundarios?

--Quien la toma suele comportarse muy agresivo, incluso con las personas que ama. No suelen razonar sobre sus acciones.

--Por cualquier motivo se enfurecen. Buen trabajo Nick.

--Espera. Hay algo curioso. Hace unos meses uno un robo en las bodegas de la farmacéutica. Lo curioso de eso es que solo se robaron ribotaccin.

--Iré enseguida--colgó.

-- ¿Así que el es un miembro de tu equipo?

--Nick Volder. Es un buen chico.

--Aun me sorprende que no hayas aceptado al equipo que mi padre te ofreció. Están mucho más preparados.

--Es cierto. Pero hay una mejor escuela a la cual ese equipo no asistió: la calle, donde tienes que educarte por tu cuenta. Es ahí donde mis amigos aprendieron.

--Parece que tienes razón. ¿Ahora a donde vamos?

--A las bodegas Welter. Tenemos que averiguar quien robo esas medicinas.

--No es nuestro caso--replico Richard.

--Ahora lo es. Necesito saber de donde obtuvo Messer el ribotaccin. Si se genero una adicción en Robert, tendré una explicación a ese coraje suyo.

--Ya veo.

Caminaron hacía el ascensor del edificio, teniendo un nuevo objetivo: las bodegas de la farmacéutica.

Localizadas casi en las afueras de la ciudad, las bodegas guardan todas las medicinas que la farmacéutica produce. Un enorme edificio cercado con barrera de sonido. Esta muralla consiste en unas barras de metal de 6mts con una esfera en la punta separadas tres metros cada una, que rodean todo el perímetro. En caso de que alguien la cruce, se genera una onda de sonido que aturde, paraliza o incluso mata a quien la atraviese. Ha generado mucha controversia, pero es realmente efectiva, excepto el día que robaron.

Le enseñaron al guardia sus placas, y los dejo pasar. Algunos camiones descargaban cajas enormes que venían de otras ciudades. Se dirigieron al cuarto de control, donde debían encontrarse con el guardia en turno. Avanzaron por largos y blancos pasillos, escuchando sus pisadas en el concreto.

Tras un largo recorrido llegaron a la puerta que daba paso a la sala de control. Era una sala algo oscura. En el centro había una mesa redonda, con varias computadoras, todas ocupadas. Al fondo había una enorme ventana que dejaba ver toda la bodega. Un castor vestido con el uniforme blanco de seguridad estaba ahí. Debía tener unos 40 años.

--Sheppard y Ford, homicidios--se presentó Richard cuando llegaron a el.

-- ¿Homicidios? Creí que debía hablar sobre el robo.

--Creemos que el robo esta relacionado con una cadena de asesinatos--le explicó Jack.

--Oh, ya veo. Bueno, aquí nadie ha muerto, al menos no en mi turno.

--Lo sabemos. Necesitamos que nos diga lo que paso el veintidós de febrero.

--No recuerdo muy bien lo que paso. Usualmente los guardias patrullan la puerta principal de la bodega y el pasillo de aquí afuera. Pero todos nos confiamos de la barrera de sonido, así que de vez en cuando nos echamos una cabeceadita. Por favor--le pidió a Jack desesperado--, no le digan a mi jefe. Si se entera que dormía durante mi turno me despedirá, y realmente necesito el trabajo.

--Tranquilo, no le diremos a nadie. Pero necesitamos que nos diga lo que sepa sobre el robo.

--Bueno--comenzó a decir más calmado--, acababa de despertar cuando escuche algo extraño en la barda. Fui a dar un vistazo y vi que habían puesto una especie de cubierta sobre dos de las esferas.

--Así no se genera la onda de sonido y se puede pasar por entre dos barras--dedujo Richard.

--Si. Me dirigí a ellas, pero vi que había en el suelo marcas de llantas que iban hacía la bodega. Fui a revisar pero ya habían robado. Fueron tres cajas de ribotaccin.

-- ¿Forzaron la cerradura?

--No. De hecho estaba intacta. Supe que había sido alguien de dentro, que tuviera llaves.

-- ¿Hay algún video?

--No. De hecho por esos sostengo que fue alguien de dentro. A la hora del robo el sistema siempre se reinicia, para evitar errores.

--Bastante claro--dijo Jack--. Llevaremos a cabo la investigación sin levantar sospechas. Muchas gracias por la ayuda.

Se despidieron y dejaron la sala. Ambos sabían que ese robo lo había hecho alguien de dentro de la empresa, algo bastante obvio. El punto sería determinar quien. El guardia era el principal sospechoso, pero no podían simplemente acusarlo a el. Tenían que pensar, y pensar rápido.

Mientras tanto, en una enorme habitación oscura, unos ojos comenzaron a abrirse. Aun estaba aturdido. Borrosas imágenes le llegaron, que no pudieron ser procesadas. No tenía la menor idea de donde estaba, pero por lo poco que recordaba, sabía que tenía que salir pronto de ahí. Por el frío que sentía en su espalda supo que estaba acostado y desnudo sobre una mesa de metal. De repente sintió una punzada de dolor en su cabeza. Trato de llevarse la garra hacía la zona afectada pero no lo consiguió: estaba encadenado de garras y patas a la mesa. Otra punzada de dolor, ahora en su trasero y vientre. Hace poco esos bastardos lo habían violado con tal brutalidad.

De repente vio alguien acercarse a el. Aun no recuperaba su vista del todo, pero parecía ser un ave negra, vestida con el traje de un cirujano. Parecía llevar algo en sus garras, más no sabía que era.

--Oh, me alegra saber que has despertado, justo para comenzar la fiesta--le dijo.

-- ¿Me va a dejar ir?--pregunto el joven algo entusiasmado.

-- ¿Irte? Pero si apenas va a comenzar la fiesta--al estar cerca de la mesa, tomo un objeto transparente que estaba a lado de ella, y lo puso en el rostro del joven. Después giro una llave y comenzó a llegar a su nariz un aroma extraño. Poco a poco comenzó a ser más difícil mantenerse despierto. Su cuerpo se puso rígido, su vista se nublo de nuevo.

--Tranquilo, aun podrás sentir como tú alma se purifica.

Solo una última cosa logro ver, en la mesa a unos metros de la suya: un lobo. Cuando perdió la vista, lo único que sintió fue el bisturí penetrar su vientre.

Ya la noche había caído, y en lugar de obtener respuestas solo habían encontrado más preguntas. Estaban sentados en el auto de Richard, cerca del vecindario donde vivía Robert.

--No tiene sentido--señalo Jack.

-- ¿Como?

--Es su cuarta victima. Pero esta vez dejo muchas cosas a la vista: cómplices, sangre.

--Puede que se este confiando. Eso hace que cometa errores.

--Es un profesional, no puede simplemente confiarse como otros. No cometió errores, lo hizo a propósito.

-- ¿A que te refieres?

--A que quiere que lo sigamos. Es una persona que ha pasado gran parte de su vida buscando atención.

-- ¿Crees que lo hace por eso?

--Es probable. Un asesino en serie de niños es algo bastante llamativo. Tiene a muchos tras de el, pendiente de lo que haga.

--Sus cómplices quizá hayan cometido errores por que el se los pidió. Así nos daría pistas y lo seguiríamos con más atención.

--Hay algo que pasamos por alto--Jack comenzó a recordar, a regresar en el tiempo para buscar pistas, cosas que hayan ocurrido antes y que ahora le puedan servir. Se visualizo en el salón tal y como estaba la última vez que estuvo en el antes del secuestro, después comparo ambas escenas. En el suelo, pero estaba todo. Debía haber algo mal, algo que el haya dejado a la vista. Entonces llego, como el rápido pase de un jugador de béisbol, la pista que ellos habían dejado--. Debemos ir a la escuela, pronto.

-- ¿Qué? ¿Por qué? No hay nadie.

--No importa. Vamos.

Richard aun estaba algo confundido cuando encendió el auto y acelero rumbo a la escuela. Jack parecía estar sumido en sus pensamientos, en su enorme mundo. Quiso preguntarle que había descubierto, pero sabía que ninguna palabra saldría de esa boca. Era obvio que prefería mostrarle a arruinar la sorpresa, aunque en su trabajo no tiene mucho sentido esa palabra.

En poco tiempo llegaron a la escuela. Las calles estaban iluminadas por las luces blancas de los faroles. Sin embargo, la escuela por dentro permanecía en la penumbra. Parecía pertenecer al reino del infierno.

Comenzaron a rodear la escuela en busca de una entrada. Jack no pensó buscar ni un segundo más, y con sumo cuidado (lanzando una piedra) rompió una ventana. Richard le reclamo, pero no le hizo el menor caso. Entraron y fueron directo hacía el salón de historia.

--Esto es allanamiento. No podemos entrar sin una orden--le reclamo Richard.

--Tómalo como una visita no avisada. Solo somos colados.

--Si nos descubren, mi padre me matará.

--El es muy duro contigo.

--Es duro con todos. Pero más conmigo. De tres hermanos, soy el único que sobrevive.

-- ¿Murieron en la guerra?

--Si, en Rusia, hace doce años. Cuando lo del golpe de estado.

--Muchos murieron ahí. ¿A que brigada pertenecían?

--A la dos A. Fueron los primeros en entrar en batalla y los últimos en morir. Al mayor, un francotirador le tuvo que plantar cinco balas calibre veinticuatro. Al menor le vaciaron un cargador entero.

--Debió ser duro para tu padre.

--Dos horas después del entierro ya estaba trabajando. Solo con Collins se lleva bien, y eso por que es su mano derecha. A mi me trata con dureza, quiere que sea igual que mis hermanos.

--Es una carga pesada la tuya.

--Nadie escoge la vida que tiene, solo debe vivirla y punto. Después de todo, he disfrutado lo que tengo hasta el momento.

Tras decir eso llegaron al salón. La puerta estaba marcada con la cinta amarilla, pero a Jack no le importo y la cruzo. El salón estaba exactamente igual, la única diferencia eran los proyectores holográficos en el suelo, que marcaban donde se encontraban las pruebas.

--Entonces, ¿Qué buscamos?--pregunto Richard.

--Esto--Jack camino hacía la ventana, que se encontraba cerrada--. Una vez Rocko me dijo que le gustaba dejar siempre la ventana abierta, y el conserje la cerraba después. Sin embargo, cuando llegue esta tarde, la ventana estaba cerrada, y Rocko dijo que no había visto a nadie mientras regresaba al salón. Así que...

--Quien secuestro a Harry salió por la ventana--dijo Richard, arrebatándole a Jack las palabras de la boca.

--Exacto. Los de escena del crimen no encontraron ninguna huella, por que buscaron por dentro...--Jack abrió la ventana con una pañuelo un su mano. Después reviso el parco por fuera--... más no por fuera. Aquí hay unas huellas.

En el marco, había unas huellas blancas, hechas al parecer, con tiza.

-- ¿Tiza?--cuestiono Richard.

--Si--Jack se dirigió hacía la pizarra digital--. Rocko ama las antigüedades. Me dijo que quería tener una en su salón, así que compro y adapto una pizarra antigua--Jack presiono un botón, el cual hizo salir de la pared una vieja pizarra. Tenía algo escrito.

-- ¿Laboratorio 120?--leyó Richard algo confundido-- ¿Por qué los de escena del crimen no lo vieron?

--Buscaban lo obvio. Son imperfectos, así que creen que pueden contra el. Por eso no encontraron las huellas en la ventana y la pizarra.

--Entonces tenemos una pista. Andando.

Ambos salieron del salón, y bajaron las escaleras hacía el primer piso. Buscaban la puerta que llevara al laboratorio. Recorrieron los pasillos a gran velocidad, ganando todo el tiempo posible. Richard fue quien lo encontró, y con un grito detuvo a Jack.

La puerta no parecía forzada. Trataron de abrirla, pero estaba cerrada con llave. Richard saco una tarjeta y logro abrirla en diez segundos, ante la sorpresa de Jack.

--Lo aprendí de la vieja escuela--le explicó al ver su mirada. Ambos sonrieron y entraron. Las luces se encendieron apenas pusieron un pie dentro. Había 6 mesas distribuidas por todo el salón, con llaves de agua y gas en cada una. En las paredes había estantes con los instrumentos que se usaban en las clases. Pero había algo que a ambos les llamo la atención: los equipos de disección en las mesas.

--Parece que tenía todo preparado para este momento--dijo Richard--. Al parecer mañana los chicos de primero tendrían su clase de disección. Se llevarían una linda sorpresa al ver el sujeto de pruebas.

--Sería el golpe final. Un ataque en una institución tan seria como esta haría que las líneas telefónicas de los imperfectos colapsaran.

Jack comenzó a recorrer el laboratorio, en busca de alguna pista.

--Busca hacer una revuelta. Los padres de los otros chicos también tienen influencias. Quizá el padre de Harry no, pero la escuela si. Los padres sacarían a sus hijos, la escuela quebraría, habría demandas... un caos.

--Afortunadamente lo evitaron. Mira esto--Jack recogió una hoja de papel del suelo. Richard se acerco a verla. En ella estaban escritas las instrucciones de cómo extraer un pulmón. Con dificultad se leía lo que decía, pues algunas letras estaban mal hechas.

--Parece que la escribió alguien borracho. Les estaba dando indicaciones. Debe ser alguien que sepa bien del tema. Un cirujano, tal vez. Dejaría que ellos se encargaran de hacer el trabajo sucio.

--Les esta enseñando. Pero uno de ellos se arrepintió.

--Quien secuestro a Harry.

--Por eso el cómplice que se encontraba aquí dejo esto. Escucho el grito y supo que algo había salido mal. No podía salir al pasillo por el riesgo de ser descubierto. Solo había una salida y era la ventana--Jack camino hacía una de las ventanas cerradas. La abrió y miro hacía el exterior. Era el jardín interior, donde se encontraba una fuente con la estatua del fundador de la escuela--. Salió por aquí, pero tuvo un ligero inconveniente...--comenzó a buscar entre los arbustos pegados a la pared. Finalmente encontró lo que buscaba--... una rama rompió un trozo del abrigo que llevaba puesto.

--No podía salir con el abrigo puesto, así que lo dejo en donde nadie lo encontraría--continuo Richard, mirando hacía el bote de basura frente a la fuente--. Después se mezclo con los que iban de curiosos al salón. Quería saber exactamente que paso, para entregarle cuentas a su jefe y saciar también su curiosidad. Tuvimos a uno de sus cómplices frente a nosotros.

Jack sonrió al escuchar todo lo que dijo Richard. En todo tenía razón. Trato de buscar a alguien que pareciera sospechoso cuando llego al salón por primera vez, pero necesitaba ver el abrigo para tener más pruebas. Salió corriendo, seguido de Richard, hacía el pasillo que llevaba al jardín. Tras llegar busco en el bote de basura, donde encontró lo que quería: una gabardina negra.

--Comienzas a pensar como ellos--le felicito Jack.

--Gracias.

--Pudo haber sido cualquiera. A todos los que estaban ahí les queda a la perfección el abrigo, pero para que se rompiera debió haberle quedado grande.

-- ¿Un estudiante?--pregunto Richard escéptico--. No creo que...

--En el año dos mil cuatrocientos doce, Ian Fountaine de trece años, violo y asesino a su hermana de cinco años, por celos--dijo una voz a su espalda, que solo Jack pudo reconocer. El profesor de álgebra, Luis Fuentes, a quien había interrogado esa tarde, observaba a ambos desde las sombras.

-- ¿Qué hace usted aquí?--pregunto Jack.

--Terminando mí trabajo.

-- ¿Qué...?--entonces comprendió todo--. Usted...

--Así es detective. Yo era quien estaba en el laboratorio. Cuando escuche el grito salí de inmediato.

--Dijo que estaba en el tercer piso. Los demás estudiantes lo hubieran visto.

--Esos niños son unos imbeciles. Jamás me notaron. Estaban más ansiosos de ver una pelea.

--Entonces por eso sabía cuando y como. Descubrió que Rocko tenía trabajos que revisar, y sabía que le pediría ayuda a su mejor estudiante. Llamo a su jefe y le dijo todo--explico Richard.

--Así es. Ese imbecil de Stoner estaba abusando de la inteligencia que le fue donada. En todo tercero hablaban de el, que lo adelantarían a la universidad por sus excelentes notas. Presumía de ese intelecto que no merece.

-- ¡¿Y eso valía matarlo?!--estalló Jack.

--Todo vale en este mundo, siempre en cuando sea para cambiarlo. Pero todo se fue abajo cuando ese imbecil cometió el error de arrepentirse.

Jack y Richard desenfundaron sus armas, y apuntaron hacía el profesor.

--Queda detenido por complicidad en un homicidio--le señalo Richard.

--Joven detective, estas más asustado que preparado. Baja esa arma o lastimaras a alguien.

--La única persona que saldrá lastimada aquí es usted. Ahora, ponga las manos sobre la cabeza y arrodíllese.

El avestruz hizo caso a la orden de Richard, ante la sorpresa del mismo. Pero sin previo aviso saco de su espalda un rifle M-75, similar a los rifles de asalto, capaz de disparar 25 balas por segundo, con el cual apunto hacía los detectives.

--Ustedes tienen solo un tiro para matarme. Pero con esto, yo caeré muerto disparando, y adivinen a donde será. Sería una pena que el único hijo que le queda a papá muriera--Richard hizo una mueca de preocupación al escuchar eso--, después de que estuvo a punto de resolver el caso. Bajen sus armas ahora mismo.

-- ¿Qué nos asegura que no nos va a disparar?--preguntó Jack.

--No mataría a alguien desarmado, aun. Quizá pueda divertirme un rato--se acerco hacía ellos--. Después de todo, los humanos jóvenes son realmente excitantes.

--Si me pone una de sus sucias plumas encima lo mataré--le advirtió Jack.

--No me refiero a ti, sino a tu amiguito--Richard se asusto al escuchar eso.

-- ¡No te atrevas!--volvió a gritar Jack, pero Luis le contesto a esto con un golpe en el hombro con la culata del rifle. Cayó de rodillas, soltando su arma al suelo.

--Si no quieres que lo mate, tu también suelta tu arma y arrodíllate.

Richard no tuvo otra opción. Se arrodillo a lado de Jack y dejo su arma. El ave aun les apuntaba con el rifle, pero Jack no pensaba rendirse aun. Introdujo su mano derecha al bolsillo de su chaleco y espero.

--Ahora, vamos a ver que tenemos aquí. Mi jefe estará complacido con estos lindos especimenes. No pudimos llevar a cabo lo de Harry pero, el hijo de papá quizá sea mejor. Que malo que no pudiste esquivar este ligero problema--puso el cañón del rifle en su cabeza.

--Oye, esquiva esto--después, el sonido de tres disparos.

Del cuello de Luis comenzó a surgir un torrente de sangre, mientras su blanca camisa de teñía de rojo. Richard le arrebato el rifle mientras el ave daba unos pasos atrás moribunda. Cayó de espaldas, viendo hacía las estrellas. Jack y Richard se levantaron. El primero saco su .9mm del bolsillo, el cual tenía tres agujeros de bala. Se acercaron al moribundo, que trataba de balbucear unas palabras.

--Do... do... Bel... for...--en ese momento dio su última exhalación.

Richard trato de resucitarlo, pero fue inútil. Ya había muerto.

Mientras tanto, William terminaba de revisar la base de datos. Frente a el había un escritorio con un teclado y un ordenador. A lado del ordenador había una foto con un William más joven abrazando a una chica. Se lleno de rabia al ver la foto. Frente a el un equipo completo de cinco pantallas. Parecía su propio Registro. A pesar de los datos que le había facilitado, no parecía haber nadie que encajara en el perfil. Aun le faltaba algo, pero no sabía que era. Necesitaba tomar un descanso. Necesitaba verla.

Sin decir nada se levanto de la silla y tomo su chaqueta. Solo estaría un rato, asegurarse de que estaba bien. Le pidió a los chicos mayores en el orfanato que cuidaran a todos por un rato, después se fue. Solo sería un momento, y después volvería.

No había más que nubes en el oscuro cielo sobre el. Parecía que pronto vendría una tormenta, aunque no era seguro. Reviso su reloj y comenzó a caminar, esperando que a Jack no se le ocurriera llamar en ese momento. De todos modos, le daba igual que lo hiciera. Le importaba más ella. Ella y nadie más.

Unos 15 minutos después llegaron los paramédicos y los imperfectos. Revisaron que ambos estuvieran bien, y tras confirmar eso, dejaron que los forenses se llevaran el cuerpo. Algunos imperfectos tomaron la declaración de Jack, y luego la de Richard. Jack vio a Becor inspeccionar toda la escena, describiéndosela a alguien desde su radio. Pero lo peor de todo, lo que quedará grabado para siempre en la memoria de ambos. De entre la gente surgió Leopold Ford. Su rostro serió parecía el de la muerte. Miro a ambos con rabia, para después dirigirse a su hijo.

--Entraste y dañaste propiedad privada sin siquiera una orden, no me informaste. ¿En que estabas pensando?

--Bueno, yo...

--Yo lo obligue señor--intervino Jack.

-- ¿Qué?

--Richard me advirtió que no estaba bien. Pero la vida de un inocente esta en juego, y una orden no lo va a salvar.

-- ¿Es cierto eso Richard?

--En parte si. Debí haber llamado de inmediato a mi superior, pero habíamos encontrado muchas pistas y me desconcentre.

Miro a ambos, analizándolos detenidamente. Ambos decía la verdad, a pesar de estar algo aterrados. Al menos se sentía bien al saber que nada malo le había pasado a su hijo.

-- ¿Qué descubrieron?

--Bueno, es un cirujano. Encontramos en el laboratorio una nota donde explicaba detalladamente como extraer un pulmón. Al parecer les esta enseñando. Quizá es un cirujano retirado--le explico Richard.

--Eso reduce mucho a los sospechosos--pensó bien lo que iba a decir. A pesar de que lo merecía, cambio de parecer en el último momento--. Debería quitarte el caso y dárselo a Becor. Pero han avanzado mucho, para estar haciéndolo por su cuenta. Que no se vuelva a repetir.

Dicho esto dio media vuelta y se fue. Solo Richard lo miro extrañado. Jamás se había comportado tan amable con el. Miro a Jack, quien compartía su confusión.

--Nos encargaremos del papeleo después. Será mejor que descansemos un poco--sugirió Richard--. Ha sido un día bastante pesado.

--De acuerdo. Solo necesito hacer una llamada, y llevar las pruebas a procesar. Sean y Nick quizá tengan algo de trabajo ésta noche.

-- ¿Sean y Nick?

--Son unos amigos, científicos. Les daré el abrigo para que verifiquen que sea el de Fuentes.

--De acuerdo. Nos vemos mañana Jack, cuídate.

--Tu también--Richard le dio la espalda y fue hacía la salida. Mientras, Jack saco su celular y llamo al orfanato, donde supuestamente se encontraba William.

-- ¿Diga?--le contesto una voz que no era la de William, sino la del lobo Erick, el mayor de todo el orfanato y el más confiable.

-- ¿Erick? ¿Dónde esta William?

--Salió. No me dijo a donde, pero al parecer llevaba prisa. Dijo que volvería más tarde, y que me ocupara del lugar.

--Entonces ya debe estar en ruinas el lugar--bromeó--. ¿Dónde estas?

--Frente a la computadora de William.

--Bien. Escucha, necesito un favor, pero no quiero que nada de esto se lo digas a nadie.

--Vamos, soy el más confiable de todos.

--Por eso mismo te lo digo. ¿Crees poder ocupar la base de datos?

--Tengo diecisiete años, puedo hacer cualquier cosa a mi edad. Cuando sea mayor todo será peor.

--Eres bastante optimista. Bien, investiga los cirujanos que se han retirado durante un año en la ciudad.

Escucho a Erick teclear rápidamente, como lo haría William. Tras unos segundos encontró lo que buscaba.

--Hay aproximadamente treinta y dos cirujanos retirados, todos excelentes.

--Imprímeme una hoja, y ordénalos desde el más viejo. Iré mañana temprano por ella.

--Como tú digas jefe. ¿Para que es todo esto?

--Es una investigación. Estoy muy cansado como para hablarte sobre esto. Dile a William que lo haga. Descansa Erick.

--Tú también viejo.

Jack colgó y miro al resto de los imperfectos que seguían analizando la escena. Al menos le ahorraban la labor a Jack. No tenía ganas de ir hasta casa de Sean, pero quería tener todo listo para mañana. Marco el número de Sean y espero. Por su voz, debía tener un rato dormido.

--Jack, ¿Qué diablos? ¿Ya viste que hora es?

--Lo siento, pero necesito un favor. ¿Puedes tener el equipo listo para mañana temprano?

-- ¿Para que?

--Encontré un abrigo. Necesito que lo analicen por completo en busca de cualquier cosa.

--De acuerdo. Mañana temprano prepararé las cosas. Pero me debes un favor.

--Vuelve a dormir y ya.

Colgó, dio un largo bostezo y miro a su alrededor. El abrigo ya estaba guardado en una bolsa para evitar que fuera alterado. Tomo la bolsa y se fue a descansar.

Mientras tanto, en el hospital general de Norfolk, William esperaba sentado a lado de la cama de Susan. A pesar de que ya estaba mejor, los doctores aun querían revisar sus avances. Además, Jack le dijo que estaría más segura ahí, por si Fill la volvía a atacar.

El cuarto era totalmente blanco, y parecía que a su alrededor no había nada más. Susan descansaba placidamente en su blanda cama. Se veía tan pacifica, tan dulce. William no pudo evitar pensar en lo lindo que sería plantarle un beso en sus suaves labios. Maldecía el momento en que Jack se la presento, pues desde ese día había caído en las redes del amor al que alguna vez maldijo. Pero a pesar de eso, quería seguir atrapado, y llegar a los brazos de la joven pescadora que lo había atrapado.

Tomo la mano de Susan, quien movía los parpados, señal de que estaba soñando. La apretó ligeramente, pero no logro despertarla. Lo que hizo a continuación fue algo incorrecto, pero que le importaba un comino. Se inclino levemente para darle un corto beso en sus labios. Cerró sus ojos y se dejo llevar. Como si Susan lo hubiera visto, ella también levanto un poco su cabeza, y ambos juntaron sus labios en un calido y dulce beso. Ese momento William jamás lo borraría de su memoria. Su corazón comenzó a latir más y más. No parecía querer terminar ese momento. Pero al abrir sus ojos, vio que Susan lo estaba mirando. Se separo de ella y bajo su cabeza avergonzado.

--Yo-yo lo siento. Lo siento mucho Sue--comenzó a disculparse. Susan sonrió al verlo así. Sus mejillas se sonrojaron ligeramente.

--Willy, ¿Qué pasa? ¿Por qué te disculpas?

--Bueno... es que te-te... te bese. No debí haberlo hecho.

-- ¡Ah! No, discúlpame. Debí haber sido yo la tonta. Creo que estaba soñando con alguien--se veía mucho más avergonzada que el. Pero ambos se veían como unos tontos, dulces pero tontos.

-- ¿En... en serio?--William se escuchaba más calmado.

--Si... pero mira, no creo que tengamos que hablar sobre esto. ¿Te parece que lo olvidemos?

--Si, sería lo mejor. No creo que nadie más tenga que saber sobre esto.

--Lo se. ¿Y desde a que hora estas aquí?

--Ah bueno, tengo un rato sentado. No quería despertarte.

--Gracias.

--Hable con el doctor. Lo más seguro es que ya mañana te dejen salir.

-- ¿En serio? ¡Que bien! Detesto este lugar. Ya quiero volver a mi cama, es mucho mejor que esta.

--Lo se--pero se dio cuenta de que lo que dijo fue una estupidez-- ¡No quiero decir que haya estado en tu cama! Solo que...

--William--Susan rió al verlo así--, te ves muy nervioso. Relájate un poco.

--Si, es buena idea. Pero han pasado muchas cosas estos últimos días. No creo que quieras volver con Jack trabajando con los imperfectos.

-- ¿Con ellos? ¿De que me he perdido?

Entonces William dejo atrás el ligero incidente del beso, y comenzó a contarle todo lo que había pasado ese día. No tengo la menor idea de cómo lo supo, si no recuerdo que Jack le hubiera dicho a alguien. Pero el punto es que lo supo. Siguieron hablando hasta muy entrada la noche. Ambos parecían agradecidos de tener algo de... compañía, aunque esta estuviera más nerviosa que nada.

En la casa solo había una luz encendida cuando llegaron. Esa extraña aura se hizo más fuerte cuando los dos sujetos se acercaron a ella. Tocaron a la puerta y esperaron. Un momento después la puerta se abrió. Un enorme oso se encontraba en la puerta.

--Oh, pasen. Creí que no iban a llegar--les comento.

--Tenemos cosas de que hablar--explico el primer extraño, con una voz de alguien ya mayor.

--Bueno, no se de que quieran hablar.

--Sabes muy bien de que es. Cometiste un error.

--No fue mi culpa.

--Claro que si. Te explicamos muy bien la situación, te dimos todo lo necesitabas, y nos fallaste. Eso merece un castigo.

El segundo extraño saco de su abrigo un objeto brillante. Por un momento cegó al oso, pero cuando vio de qué se trataba, entró en pánico.

Continuara

Nota del autor

Bien, este es el sexto capitulo. Me han seguido con esta historia por 6 semanas, y no me queda más que agradecerles por su preferencia y su apoyo, pues sin ellos no tendría un importante motivo para escribir. En fin, este capitulo fue diseñado como prueba, pues requiero saber si en este campo tengo las suficientes habilidades. Mato no dos, sino tres pájaros de un tiro. Con esto puedo probarme, y de paso cerrar algunas incógnitas formadas en capítulos anteriores, y doy forma a otros capítulos. En esta historia, como ya lo notaron, hablo sobre el asesino de niños que ha estado aterrorizando la ciudad. Jack, que ha seguido las pistas de Fill, logra convencer al jefe de los imperfectos para que le un lugar en la investigación. En capítulos futuros esto decidirá muchas cosas con respecto a la ciudad, al igual que otros acontecimientos. Espero que esta historia les haya gustado. El final del caso vendrá en el siguiente capitulo, donde muestro lo poco que se sobre psicología y análisis de conducta. Si tienen dudas, quejas o sugerencias pueden opinarlas aquí, o mandarlas a [email protected] Saludos