Amores que matan

Story by Alfred Sherford on SoFurry

, , , , , , , ,

#4 of Sin Valley


Harry Stoner despertó a las 6:00 am, como todas las mañanas, para irse a la escuela, gracias al Loco John, el conductor de su programa de radio preferido, El mañanero. Su habitación estaba decorada con posters de retratos de famosos liberadores conocidos a lo largo de la historia. Tenía a lado de su cama un mueble con su computadora y su despertador. Dio dos palmadas y se encendieron las luces de su habitación. Con solo un boxer encima, se levantó y caminó hacía su baño.

Comenzó a ducharse mientras seguía escuchando lo que en la radio hablaban. Siguió la nota deportiva, luego política, habló sobre un accidente en el Sector 3. Para entonces Harry ya había terminado de ducharse. Salió con una toalla en la cintura y fue por su uniforme escolar. Pero algo lo hizo detenerse.

Harry comenzó a reír al escuchar eso. Después comenzaron los comerciales. Tomó la camisa que llevo el día anterior y la olió. No olía a sudor, así que podía llevarla. Saco el resto de su ropa y se sentó en la orilla de su cama. Su uniforme de la escuela preparatoria Ixion consiste en una camisa verde y un pantalón corto café. Usualmente los hombres llevan guantes como los de ciclista y una pañoleta roja en el cuello. Terminó de vestirse y tomo de su escritorio el reloj Rolex, regalo de su madre y lo puso en su muñeca izquierda. Se ato la pañoleta al cuello y se puso los guantes.

--Y estamos de vuelta, en su estación de radio preferida, la KXFG. Cambiemos a un tema más alegre, ¿les parece? Espero que todos hayan participado en el concurso mensual de rarezas. Si no lo hicieron, mucha lastima margarito.

Desafortunadamente, se había dedicado mucho a unos trabajos de la escuela y, a pesar de tener la carta con las preguntas sobre la vida de Thompson contestadas, no la mandó. Ahora era demasiado tarde, pues el concurso ya estaba cerrado.

_ _ Harry no estaba interesado en el resto. Además, ya tenía que irse a la escuela. Tomo sus libros y salió de su habitación, algo triste por haber perdido tan valioso objeto.

La escuela preparatoria de Ixion, fundada por Robert Billford el año 2123, es la más reconocida a nivel mundial. Los estudiantes que a ella asistían tenían sin duda un futuro asegurado, sin importar las calificaciones que hayan obtenido. Sus materias eran impartidas por excelentes profesores, que trataban bien a los estudiantes y los apoyaban en todo lo que necesitaran. La libertad que les dan a los estudiantes es algo que también los mantiene controlados, y los hace de igual modo ser buenos estudiantes, listos para afrontar las consecuencias de sus actos. Aun así, los castigos impartidos no eran duros; al contrario, daban un buen mensaje y los hacía no volver a reincidir. Era por eso la más famosa institución en el mundo. Lo mejor de todo es que a pesar de que era algo cara, era fácil obtener y mantener una buena beca. Desde sus inicios no había tenido problemas dentro. No sabían que en sus pasillos una oscura sombra se encontraba desfilando libremente, y traería más que un problema a la reconocida institución.

Aun había muchos estudiantes fuera de los pasillos. Muchos tomaban de sus casilleros lo que iban a ocupar en la primera clase. Lo bueno es que su casillero estaba cerca de su salón. Siguió avanzando por el pasillo, dio un par de vueltas y llegó al salón 204. Llegó primero a su casillero, y puso la contraseña para abrirlo: 35-24-35. Metió los libros que llevaba en su brazo y sacó solo su libro de matemáticas. Después entró a su salón, donde ya se encontraban todos.

--Hola Harry--lo saludo Bert. Harry volteó y sonrió.

--Oye, ¿escuchaste esta mañana a John?

--Lo se. Pobre chico.

--Después de depositar en el todas sus esperanzas, claro que debe ser difícil. Ahora nadie quiere salir a la calle.

--Yo también. Ninguno de nosotros esta exento de ser la siguiente victima. Debemos tener cuidado de ahora en adelante.

En ese momento la campana sonó. Todos tomaron su lugar mientras el profesor Potter, un gato siamés de 45 años entraba en el salón de clases. Saludo a los estudiantes y comenzó su clase, repasando lo que habían visto el día anterior.

El resto de las clases fue como siempre: con Harry luciendo sus conocimientos. Pero no era interesante y por eso lo salté. Ese día no tocó su clase favorita: historia universal. Los miércoles y los viernes no tocaba. Su última clase fue literatura. Al sonar el timbre Harry fue a guardar sus cosas. Afortunadamente no habían encargado tarea, y todas las demás ya las había hecho, así que tenía el día libre. Y ya sabía lo que quería hacer.

Llegó a la salida de la escuela, donde ya estaban casi todos los estudiantes del primero y segundo año. Conversaban con otros estudiantes; algunos jugaban con cartas de un juego llamado Dungeon, que es parecido al Magic; otros revisaban sus tareas; las chicas lucían las joyas que llevaban. Entonces se detuvo. Algo lejos de ahí, vio a Bert rumbo a su casa. Harry salió corriendo hacía el, esquivando a los demás estudiantes.

--Ah... ¿qué?--dio la vuelta y se detuvo al verlo--Ah, Harry, eres tú--se veía algo desanimado.

--Bueno... quería volver pronto a casa. Ya sabes por que.

-- ¿Qué cosa?

-- ¿A... a mi casa?--Bert se escuchó más avergonzado

--Cla-claro. Puedes ir.

--De acuerdo. Te espero haya.

Camino hacía su habitación para descansar un rato antes de ir a casa de Bert. Pero entonces su padre salió de la sala, que estaba en la habitación contigua. Su papá es Henry Stoner, un lobo de 38 años, 1.81m, 91kg, grandes y penetrantes ojos negros. Desde hace una semana su carácter había cambiado. Era más frío con su hijo.

--Llegue a la misma hora de siempre. No se por que te quejas.

--Discúlpame. Me vine corriendo desde la escuela. Vengo algo cansado.

--Lo siento. Voy a mi habitación.

-- ¿Por qué... por que me pegaste?--preguntó tratando de contener las lágrimas.

--Pero no es razón para que... hagas eso.

Cuando el dolor ceso, Harry dejo de llorar y recordó que tenía que ir con Bert. Solo había pasado media hora desde que llego a su casa. Camino hacía su armario y saco una camisa blanca. Lo único que se quito fue la camisa del uniforme. Salió de su habitación y se dirigió a la puerta, pero su papá lo detuvo.

--Con Bert, a comer.

--Vuelvo más tarde.

Harry salió de la casa y comenzó a caminar rumbo a la casa de Bert. No estaba muy lejos de la suya, y en el camino no había nada que presentará peligros para el. No había callejones, ni restaurantes raros, ni nada. Era un camino tranquilo. Se sentía algo triste por lo que había pasado con su papá. Deseaba que pronto todo terminara y volviera a ser como antes. No era muy cariñoso, pero tampoco era violento.

Después de unos 15 minutos caminando llego a la casa de Bert. Era parecida a la suya, por dentro y por fuera, pues era un conjunto habitacional. Al llegar a la puerta, toco el timbre y espero a que Bert abriera. Su papá si tenía trabajo, pero le habían dado unas vacaciones. Me pregunto que estará pasando con Bert. Últimamente se ha comportado algo extraño, pensó. Y era verdad, Bert se había estado comportando algo... extraño. Entonces la puerta se abrió. Bert seguía con el pantalón corto de la escuela y con una camisa blanca sin mangas.

--Gracias--Bert se hizo a un lado para dejar a Harry pasar. Bert cerró la puerta y se puso a lado de Harry--. Discúlpame por tardar. Es que me entretuve un poco con mi papá.

--No creí que fueras a cocinar tú.

--Supuse eso.

Ambos caminaron hacía el comedor. Pero accidentalmente Bert golpeó ligeramente la espalda de Harry, justo donde su papá le había dado la fuerte patada. Dio un leve chillido y se encorvó. Bert se dio cuenta y se preocupo un poco.

--No... no te preocupes.

--En serio. No te preocupes.

--Lo se, lo se. Es que...

--Bueno, es que... mi papá, hace rato... me pego.

--No lo se. Estaba algo enojado cuando llegue. Quizá no lo aceptaron en el trabajo que fue a pedir.

--Ya lo se. Pero sabes que cada año se pone así, por lo de...--pero Harry se detuvo. Se sentía también triste por la muerte de su madre. No tiene ningún recuerdo de ella. Contiene sus lágrimas, pues no desea llorar frente a Bert.

--Para ti es muy fácil decirlo. Tú si conociste a tu mamá.

Harry se avergonzó de lo que había dicho. Tiene razón, pues Bert vio a su familia desintegrarse por completo.

--No te preocupes--le interrumpió--. No me molesta recordarlo. Tienes que superarlo, y tu papá también.

--Lo harás. Pero no hablemos de eso. Espero que no te haya lastimado yo más--le dijo señalando su espalda.

--Harry, dame una oportunidad. Yo... yo te amo--comenzó a besar su cuello--. ¿Te gustaría...ser mi pareja?

Harry se dejo guiar, y giro un poco el cuello para poder besar a Bert. Sus garras seguían sujetas por su camisa, pero no era algo que le importara. Sus labios se encontraron en un calido primer beso que hizo que todo el dolor que ambos sentían desapareciera. Por primera vez todo lo que habían pasado a lo largo de sus vidas tenía sentido. Estaban destinados a estar juntos. Tanto sufrimiento, tanta soledad, todo era solo un camino que debían pasar para encontrarse uno al otro, y tener la feliz vida que siempre han deseado.

Sus labios se separaron, pero seguían mirándose fijamente, deseando no romper ese lazo que acababan de iniciar. Seguían acariciándose lentamente, tratando de seguir ese momento.

--No, no hay... problema.

Observó por un momento a Bert. Claro que deseaba estar con el, pero su papá no pensaría lo mismo. Ya había hablado con el, y a pesar de que acepta su homosexualidad, no esta totalmente de acuerdo con el. No pensaba tener pareja hasta que pudiera vivir solo, cuando ya no dependiera de su padre. Pero ahora las cosas cambiaban. El temor a que Bert no compartiera su forma de pensar fue el culpable de que no le dijera desde antes, junto a lo que su papá pensara. Pero también tenía miedo de que alguien más se le declarara antes, y perdiera al amor de su vida. Ahora, todo había cambiado.

--No te preocupes. Lamento haberte incomodado con esto. Solo promete que no le dirás a nadie lo que hice.

-- ¿En serio?--pregunta emocionado.

--Harry...--no pudo contener las lágrimas y se lanzó en sus brazos. Harry también comenzó a llorar--... gracias. Me haces muy feliz con esto.

--Yo soy el que te debe mucho. Fuiste mi único amigo cuando más necesitaba uno. Eres lo más importante que tengo en mi vida.

Se sentaron en el primer sofá que tuvieron cerca, y comenzaron a hablar sobre todo lo que habían pasado y lo que sentían. Se conocen desde que entraron a la secundaria. Harry le contó que realmente se había enamorado de el en el momento en que lo vio por primera vez. Por eso fue el primer y quizá el único amigo que tuvo. Bert le explico que el también se había enamorado de él en cuanto lo vio. Pero no había podido decirle antes por el mismo miedo a que no sintiera lo mismo.

Pero pasadas esas dos horas, la desgracia para ambos comenzó.

--Creo que tu papá despertó--dijo Harry--. Será mejor que me vaya.

--Pero no te quiero causar problemas. Se que últimamente se ha comportado algo malo contigo.

-- ¡Bert!--en el pasillo apareció Robert Malcovich, de 39 años, 1.89m, 105kg, pelo totalmente café, y unos penetrantes ojos negros. Solo llevaba un pantalón puesto. Por un momento Harry se aterro al verlo, pues parecía estar como poseído. Pero se calmó segundos después. Por alguna razón titubeo antes de seguir hablando, como si se estuviera arrepintiendo de lo que fuera a hacer. Pero después se le quito-- ¿Qué no oyes que te estoy hablando?

--Ya no. ¿Quién es tu amigo?

--Ah si--miro a Harry. Parecía algo asustado cuando lo vio--. Discúlpame, acabo de despertar y no te reconocí.

--Pero bueno, ¿a que has venido?

--Papá, ¿no te molesta si salgo con Harry?

--Lo se. Prometo hacerlas cuando vuelva.

--De acuerdo. Ten cuidado.

Dieron la vuelta y salieron de la casa. Después comenzaron a caminar sin rumbo alguno. A ninguno de los dos le importo que la gente los viera, y al haber avanzado un par de casas, se abrazaron. En la calle los miraban, pero como ya lo dije, no les importaba. Estaban juntos y eso era lo único que importaba. No tenían la menor idea de a donde ir.

Llegaron sin problemas a sus respectivas casas. El papá de Bert ya estaba dormido, así que Bert solo tomo un baño y se fue a la cama. Harry no tuvo tanta suerte. Al llegar a su casa su papá estaba viendo la televisión en la sala, pero no le presto la más mínima atención. Fue directo a su habitación y se cambió la ropa. Ya había comido con Bert, así que no tuvo que cenar con su papá. Solo le fue a avisar que ya había llegado y que ya se iba a dormir.

Mientras tanto, Henry estaba en la sala de su casa, no viendo la televisión, sino pensando. Esa tarde se había comportado pésimo. Había golpeado a su hijo sin ninguna razón. Si, era el aniversario de la muerte de su esposa, a la cual había amado mucho. Pero esa no era razón para hacerle daño. Harry siempre había sido un buen hijo, y el no se comportó como un buen padre.

Abrió la puerta lentamente. Harry ya estaba dormido. Entró y se sentó en la orilla de la cama. Lo agito un poco para despertarlo.

--Ah... ¿qué pasa papá?

--Se que llegue algo tarde, lo siento. No volverá a pasar.

Harry lo miro por un momento. Después se sentó, ya despabilado.

--No hijo, tu no tuviste la culpa. Yo la tengo. Se que todos los años me pongo así por lo que paso con tú madre, pero... la ame demasiado, y me dolió mucho perderla.

--Me gustaría a mi también poder superarlo como tu, pero no es tan fácil. Además, no es razón para que te haya golpeado. Ni siquiera me diste ninguna razón para hacerlo. Discúlpame hijo.

--Prometo cambiar. Se que no he pasado mucho tiempo contigo, y que no hay forma ya de reparar todo el daño que te hice. Pero al menos trataré de compensarlo.

-- ¿En serio?

--Aun así, te pido disculpas.

-- ¿Acaso lo de esta tarde no fue algo malo?

--De... de acuerdo--le dio un beso en la frente--. Hasta mañana hijo.

Se levantó y salió de su habitación. Harry se quedó pensando en eso. Su papá era bastante orgulloso, y no reconocía tan fácil sus errores. Y por eso se quedo sorprendido a que haya aceptado que cometió un error. Le costaba un poco creer que realmente fuera a cambiar, pero si acepto un error es por que quizá estaba hablando en serio. Pensó que su vida comenzaba a dar un vuelco. Así era, más no iba a ser a su favor.

Al día siguiente, John volvió a despertar a Harry. Lo primero que escucho fue al ganador del código, una tal Nicole White. Se lleno de rabia, pues pudo ser el quien ganara. Sabía mucho más que esa zorra. Pero se relajo cuando entró al baño, pues mientras se enjabonaba, pensó en Bert, y en lo mucho que deseaba estar con el. Eran jóvenes, y quizá bastante precoces. Al salir del baño, se vistió y salió de su habitación. Su papá aun seguía dormido, así que mejor se fue a la escuela.

Tras un rápido trayecto llegó a la escuela. Aun había algunos estudiantes fuera. Llego cansado, más no sudo en lo absoluto. Entró a la escuela y fue a su salón. Al llegar, saco de su casillero los libros que iba a usar en su primera clase: literatura. No había nadie en el salón, solo Bert, que estaba leyendo unos apuntes de su libreta. Cerró la puerta, llamando su atención. Ambos sonrieron.

--En los baños. Al parecer Robert y Mark se están peleando.

--Lo se.

La clase paso sin contratiempos. Solo hicieron un repaso sobre lo que vieron la clase pasada. Y así siguieron el resto del día, hasta la penúltima clase, la cual era la favorita de Harry: historia universal.

--Buenos días jóvenes--les saludo con su dulce voz.

-- ¿Cómo están? De seguro ya se quieren ir a sus casas. Tranquilos, ya solo es esta clase.

--Ah... no. El profesor Nestor esta enfermo y no podrá venir--al oír eso todos dieron una ovación de alegría. Harry y Bert estaban felices por eso, pues tenía 45 minutos libres para hacer lo que quisieran antes de volver a casa--. Si, si, se que les alegra. Se irán antes a sus casas. Lo que daría yo por irme antes. Pero bueno, hay que retomar la clase anterior. ¿Alguien puede recordarme lo que vimos?--el primero en levantar la garra fue: -- ¿Harry?

--Correcto. Recordemos que la principal causa que llevo a esta guerra fue la inconformidad del movimiento rebelde ante los la brutalidad con que se torturaba a los esclavos. El líder del movimiento en ese entonces era Yao Fu Ling, quien tomo el puesto de su padre a los diecinueve años. El fue durante un tiempo un dorei, y vivió en carne propia la tortura a la cual ellos fueron sometidos.

--Si. Las marchas pacificas en contra de la esclavitud no consiguieron nada. Ling solo quería luchar por los derechos de su gente, y bien dice el dicho, si quieres paz, trae la guerra. Aun no se sabe de donde obtuvo dinero para armar a sus hombres. Un día solo salieron y comenzaron a disparar a todos los que eran dueños de meretrix. Después fueron a los apartamentos y mataron los dueños de los doreis. Los imperfectos intervinieron, y comenzó la guerrilla. Desafortunadamente los rebeldes no estaban armados al nivel de los imperfectos, y en cuatro meses todo el movimiento fue controlado. Ling fue condenado a pena de muerte.

--Exacto. Su hijo había sido un meretrix, pero desobedeció una orden y fue asesinado. En honor a él, Seng cambio las leyes para que la tortura a la cual eran sometidos los esclavos fuera menor. Al principio no fueron aceptados esos cambios, y hubo muchos atentados en contra de Seng. Pero gracias a el, la tortura ya no es tan brutal como antes.

--Si. No se tiene muy segura la segunda causa por la cual esta guerrilla comenzó, pero si existe.

--Tienes toda la razón Harry. El lider rebelde del país en ese entonces era Paul Mclane. Pero al parecer se acobardo o fue capturado días antes del inicio de la guerrilla en Asía, pues jamás se volvió a saber de el. Pero con o sin el, Ling iba a atacar.

El resto de la clase siguió hablando sobre el mismo tema. Como siempre, Harry se lució ante todos con sus conocimientos. Al sonar el timbre, el profesor les deseó un buen día y los dejo salir. Harry y Bert guardaron sus cosas en los casilleros y salieron de la escuela. Tenían planeado ir a comprar un helado y hablar un rato sobre lo que podrían hacer el fin de semana.

--Francia, Brasil, Rusia, Japón--_comenzó a citar el narrador del comercial--, y otras ciudades han sido afectadas por el duro movimiento rebelde. Solo los Estados Unidos han soportado sus constantes ataques. Ahora, el mundo se encuentra en total calma. Todo gracias a los imperfectos. Únete, y asegura el futuro del mundo._

-- ¿Disculpe?--le preguntó Harry, que no entendió por que dijo eso.

--No entiendo por que lo dice. Los imperfectos han traído paz al mundo.

El hombre se fue, dejando a Harry pensando. Tiene razón, los imperfectos no van a detener a los rebeldes. Pero eso no le importa, es algo en lo que siempre había pensado cuando un primo suyo se había enlistado. Lo que se le hacía raro era ese sujeto; por alguna razón se le hizo... conocido. Bert también compartía una mirada de confusión. Ambos se quedaron pensando por un momento, para después dar la vuelta y seguir su camino.

Su padre pudo haberlo notado, pero unos días atrás consiguió trabajo. No le dijo a Harry donde, pero pasaba casi todo el día fuera. Solo hablaba por telefono con el para decirle que iba a salir. Al menos la paga era buena. El padre de Bert aun seguía de vacaciones, y cada día parecía ser más y más frío.

Aunque por alguna razón, Harry se detuvo al llegar a la puerta. Parecía haber dentro una discusión. Pego su oreja a la puerta, tratando de escuchar. Al parecer el padre de Bert se había enojado, y esta vez era peor que otras discusiones que había escuchado. Quizá su temperamento era fuerte, pero en ese momento parecía el verdadero demonio.

Cuando se aseguro de que no lo escuchará tocar la puerta, salio de su escondite y llamo a Bert. Unos segundos después la puerta se abrió. En lugar de la calida bienvenida que siempre le daba, se encontró con un oso diferente. Su rostro estaba empapado en lágrimas, su ropa desgarrada, y presionaba su pecho, al parecer para calmar el dolor de un golpe.

--Lo sabe. Nos vio ayer en el parque. Me dijo que era una vergüenza para el, que no quería volverme a ver contigo.

--Harry, ¿qué vamos a hacer?

-- ¿Pero como? Me amenazo con sacarme de la escuela y mandarme a un colegio militar. No quiere que nos volvamos a ver.

--Lo intento. Cuando llegue estaba dormido. Pero apenas despertó fue a mi cuarto y me lanzo al suelo, para luego darme una patada. Me dijo que me iba a enseñar que se siente, para ver si quería seguir contigo. Pero de repente se detuvo.

--No me dijo.

--Pero tu papá...

--No te quiero meter en problemas.

Bert se dispuso a ir rumbo a su habitación, pero a la mitad del camino se detuvo.

--No hay de que.

Unos 10 minutos después, Bert salio con una pequeña maleta y su mochila al hombro. Harry tomo la maleta ambos salieron de la casa. No hablaron durante el camino a la casa de Harry. Solo rechazaban las miradas de los que se quedaban mirándolos como si fueran una especie de bicho.

Bert se quedo en la sala, como le había dicho Harry. Lo vio pasar hacía la cocina.

--No hay problema. No quiero ser molesto.

--De todos modos, gracias.

--Entonces...--comenzó a decir Harry mientras comía un trozo de pierna--... ¿dices que nos vio en el parque?

--Pero no entiendo como. Yo mismo me asegure de que nadie estuviera alrededor. A esa hora era el partido en la escuela cerca de ahí. Nadie estaría en el parque. Aun así, estábamos en un lugar donde nadie pudiera vernos.

-- ¿Te dijo desde donde te vio?

--Supongo que mi papá tendrá que saberlo también.

--Prefiero que lo sepa de mi boca a que tu papá se lo diga.

--Bert, ya lo decidí. Lo que tenga que pasar, pasara.

--Pues me las ingeniare para librarme de el. Tengo amigos que podrían ayudarme por un tiempo.

--Ya sabes cual es el único sueño que quiero--sonrió. Acarició su rostro un par de veces, para después seguir comiendo.

Lo que ocurrió ese día y los siguientes quizá no es de importancia aun. El padre de Harry no noto la presencia de Bert en la casa hasta el día siguiente, pero no le dio mucha importancia. Bert quería volver por el viejo reloj que le regalo su abuelo, pero Harry no se lo permitió, pues si estaba su padre no lo dejaría volver. Decidió arriesgarse el e ir por el.

En toda la mañana no hablaron en lo más mínimo. En el receso, Harry se quedo en el salón revisando unos apuntes. Bert quiso quedarse con el, pero le pidió que no lo hiciera. No entendía por que ese comportamiento, por que ese rechazo. Después de todo lo que le había dicho cuando lo llevo a su casa, ahora no entendía por que se comportaba así. Quizá jamás lo entendería.

Ya había llegado la última hora. El profesor Baltimore, que no ha tenido una gran participación a diferencia de los demás personajes, apareció en el umbral de la puerta. Miro en todas direcciones hasta encontrar a Harry.

--Si--se levantó de su banca y fue hacía la puerta-- ¿Pasa algo?

--Lo llamaron en la dirección. Creo que algo paso en su familia.

Harry rió. Baltimore no aceptaba los exámenes hechos en la dirección. Decía que no eran aptos para el conocimiento que sus alumnos tenían.

--Si. Por eso vine. Guarda tus cosas, para que apenas terminemos te vayas.

--De acuerdo. Te esperare en casa.

Después lo vio salir del salón con el profesor. Solo una lágrima rodó por su mejilla. Solo una de las muchas que había guardado.

Unos 20 minutos el timbre sonó. Las clases había terminado, y los pasillos se llenaron de los gritos de emoción de los jóvenes que deseaban llegar a casa a descansar. En el salón de historia, en cambio, Harry y el profesor Baltimore seguían trabajando. Era normal que a final del parcial entregaran un ensayo sobre un tema que hayan visto ese mes. Se encontraban revisando que tuvieran todos los requisitos que se hayan pedido. Pero eso les tomaría algo de tiempo, pues no habían llegado ni a la mitad.

Habían pasado otros 20 minutos. Apenas llevaban más de la mitad, pero aun así quedaba mucho trabajo por delante. Los siguientes eran los más elaborados, entre ellos el de Harry. Entonces el profesor decidió dejarlo para después.

--Bueno, si. Pero prefiero terminar de una vez.

--... suena bien.

Comenzó a dividir los trabajos. Después le dio su parte a Harry y guardó la suya en su maletín.

--No gracias. Quiero revisar antes que trabajos son. Yo cierro el salón al salir.

--Si profesor.

-- ¿Qué hace aquí?--pregunto. Pero solo vio los ojos de quien lentamente se acercaba a el. Un grito. Trato en vano de defenderse, pero la fuerza de esa bestia era mucho mayor que la suya. Un último grito, para después caer al suelo, indefenso. Era solo una victima más.

Rocko Baltimore corría por los pasillos de la escuela, tratando de llegar lo más pronto posible al salón donde hace unos segundos escucho el llamado de auxilio. No importa cuanto tratará de negarlo, la verdad era demasiado obvia. Debía prepararse para lo que ocurriera después.

Finalmente llego a la puerta del salón de historia. Los bancos estaban en el suelo, junto con muchos otros papeles, entre ellos los trabajos que le acababa de entregar. En la pared algunas gotas de sangre. Pero no había nadie más. Solo el. Presiono la tecla de marcado y lo llevo a su oreja.

Tras el tercer pitido una voz masculina contesto.

--Jack, soy Rocko. Tenemos un problema.

Nota del Autor

En el siguiente capitulo ya retomare la historia de Jack, e incluiré un nuevo personaje que nos ayudara a entender un poco el pasado que Brian trata de ocultar. Aunque me resultará un poco difícil jeje, pues podría alargar un poco ese capitulo. Pero bueno, ya estando en el cuarto capitulo, me siento emocionado por haber avanzado tanto. A pesar de que parece poco, aun falta mucho para terminar. Para cualquier duda o sugerencia mándenme un correo a [[email protected]](%5C). Sin nada más que decir, me despido, y nos veremos en el próximo capitulo.