Alternado, la historia de mi personaje

Story by Uros on SoFurry

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Alternado

Dentro de la cabeza de un escritor con imaginación hiperactiva ocurren tantas cosas... que incluso soñando aparecen mas y mas, a veces, tan seguidas que se forma una historia tan solo con mirar el principio y el final sin sentido de dos ideas separadas, otras veces, la idea simple pasa por su cabeza mientras duerme despierto, pero en la mayoría, solo tiene que mirar el simple deseo que mas anhela, para tener la historia de sus sueños... aunque sea difícil describirla ya que la vives con solo imaginarla, de forma tan real, que al final es posible que no vivas en tu mundo, sino en tu imaginación.

Escrito por: Uros (Joel González Fernández).

Gracias a: Todos mis amigos, demasiados para mentarlos y a la serie de Digimon, Pokemon y a los dinosaurios, sin olvidar a los furrys, gracias a todos vosotros por hacerme saber lo que soy y como soy.

Los personajes de: Pokemon y Digimon son propiedad de sus respectivas compañías, sin embargo, el uso que les doy es propio de mi persona e imaginación, por lo tanto, no oficial respecto a su copyright (O en palabras llanas, uso pokemon o digimon, pero a mi manera y sin querer ofender a las compañías, por lo tanto, no es oficialmente ni digimon ni pokemon). Además, los personajes de Ain, Dora, Chris (Christopher), Dan y cualquier otro personaje que señale como tal, son traídos del juego "Feda, The Emblem Of Justice", un gran juego de súper-nes que adoro (aunque esta es su descendencia, tan solo llevan sus nombres, pero he de dar crédito a dicho juego). Uros y Gerendil son de mi propiedad, ademas de cualquier otro personaje en esta historia, por lo que no esta permitido distribuirlos sin mi consentimiento.

Capitulo Introductorio - Sobrecarga Neuronal

Eran las tres de la madrugada en la punta del rompeolas, y Uros estaba dudando... Uros, un chaval de dieciocho años, imaginación hiperactiva, fan de los furrys, digimon, pokemon y aun más mangas, persona pervertida públicamente y con orgullo de eso mismo, con sus tres creencias en la sinceridad, el amor y el honor, por mucho que cueste creerlo, y también una persona muy, muy tímida y demasiado confusa consigo mismo y con su vida.

Que una persona como el, inteligente, avispada y alegre, acabase con depresiones tan a menudo como ir a por una receta para aspirinas vulgares... era algo que podía tomar a la muerte de la mano y sacarla a bailar, sabiendo que al final tomaría de ti mas que un beso fugaz, pero era parte de su vida al igual que día a día, así que al final, ahí estaba, en la punta de su, de toda la vida conocido, rompeolas.

Dieciocho años, casi diecinueve... muchas personas perdidas, muchas depresiones, amistades rotas, corazones partidos... y cosas peores que no puedo mencionar, eso le pesaba en la conciencia tanto como los secretos de todas las personas que conocía, como un baúl a punto de reventar y con el cerrojo destrozado por la presión, lo único que le había mantenido cuerdo eran sus amistades y su imaginación que nunca dormía, hasta hacia unos meses, cuando se apago, ahora estaba a solas con su locura, y estaba pudiendo con el.

Así que aquí empieza o acaba todo, fuera de casa sin que nadie lo sepa, cientos de metros a la redonda sin un alma que pueda verle y una decisión, de vida o muerte, que tomar con los trozos de su mente pendientes de un suelo quebradizo... Pero... ¿Tan solo estaba?

"¿Una decisión demasiado importante chico?" Sonó una voz cansada y ligeramente raspada proveniente de uno de los laterales del rompeolas, el contrario a Uros.

Uros se volvió rápidamente, detrás suyo había un personaje extraño, con su gorra verde, tez oscura, barba blanca, mirada perdida y ropas simples, parecía el típico vagabundo al cual solo le faltaba la botella de vino... pero por muy perdida que su vista estuviese, había un aire de sabiduría incalculable, por simple que su ropa pareciese, tenia presencia imponente, y por blanca y desaliñada que fuese su barba, se notaba milenaria y que había sufrido los estragos de mas de una vida en su puesto... esa persona no era normal.

"Veo que te e dejado en vilo chico, bueno, te ayudare a decidir... Puedes caer y sumergirte en el olvido, seguir de pie y volver a tu casa para seguir tu vida cotidiana... o dejar que yo decida tu suerte e ir a donde te corresponde... ¿Qué eliges?" El viejo se acerco ligeramente mientras Uros pensaba una respuesta, la cual, no conseguía hallar, no al menos sin dificultad.

"Es mi vida... solo yo elijo que es lo que será de ella, usted no puede entrometerse, además, ni se quien es ni me fío de usted, márchese, ya" Poco convincente y sudando por el temor de creer conocer a ese viejo, Uros se precipito hacia el saliente y, de no ser por el viejo que le agarro en el aire y le tenia suspendido en vilo, hubiese caído hacia las piedras y el agua hubiese arrastrado su cadáver a lo mas profundo del mar.

"Oh, pero sabes muy bien quien soy, Joel... O mejor, Uros, sabes quien soy ¿No? Si, lo sabes, lo sabes porque de ti lo sabes todo y más de lo que te gustaría saber, sabes que de tus sentimientos hay pocos que han llegado a manifestarse más físicamente que esos tres que tú y yo conocemos... Así que ¿Qué va a ser? ¿Arriba?... ¿O abajo? ¿O dejaras a un honorable viejo que tome la decisión?".

Entre ver al viejo, mirar hacia abajo, viendo como una parte de el, oscura y prácticamente olvidada, le llamaba, y mirando hacia su casa, donde una niebla empezaba a levantarse siguiendo su camino, rápidamente, decidida, siguiendo sus pasos y amenazadora de tragarse al anciano y a el mismo, cada vez mas cerca, a punto de cogerles, decidió "Solo... solo se que no puedo morir sin mi honor... que el decida" Y como si la oscuridad se lo tragase al romper las olas y llegarla niebla, sus ojos se cerraron y el anciano desapareció.

Cuando por fin abrió los ojos, tenía un dolor de cabeza increíble... Todo le daba vueltas... Se suponía que había muerto, posiblemente, y si existía uno, habría ido al infierno... pero ni el infierno puede recibirte con un techo de piedra dando vueltas a tu alrededor.

"Uuuh... ¿Dónde estoy?... ¿Hay alguien ahí?" Incluso su voz estaba tocada... parecía mas grave, aunque el resto estaba igual que antes... aunque lo que mas le preocupaba era estar en una celda (Parecía, aunque no conseguía ver casi nada).

"No hables, o harás que vengan los guardias" Sonó una voz ligera y dulce.

Al momento se asomo una figura pequeña, de poco más de un metro y, desgraciadamente, con pocos rasgos mas que se pudiesen destacar por culpa de la mala iluminación, pero no parecía ni peligrosa, ni amigable por desgracia.

"¿Quién eres pequeña?" Fue lo único que Uros llego a decir, sinceramente, no había mucho mas que pudiese decir en realidad.

"Podría ser sincera, pero no te gustaría jejeje... Digamos que soy una amiga, tengo algo que darte" en ese momento, la pequeña figura lanzo un objeto metálico al suelo, dentro de la celda donde estaba confinado Uros "Seré sincera ahora, ni estas muerto ni estas vivo, cientos como tu, en realidad, partes de ti, ya han intentado sobrevivir aquí, prácticamente todos han muerto o estaban corruptos en el final, no me importa si vives o mueres, porque vendrá otro si es así y el proceso volverá al inicio, sal de aquí si puedes, y intenta encontrar a Nora, esta en la torre de este castillo, si fallas en cualquiera de las dos, mañana serás ejecutado" Y acto seguido, se marcho como había venido.

"Maldita sea... ¿Y ahora yo que hago?" Dijo Uros para si.

No es seguro cuanto tiempo estuvo pensando... pero al menos consiguió adaptarse a la oscuridad y consiguió encontrar una rendija para mirar a lo que era la libertad... El mundo se bella esplendoroso fuera, con montañas al fondo, un cielo cubierto de estrellas y verde bosque. Se quedo tan embelesado mirando por aquella raja de realidad, que vio descender la luna lentamente mientras la contemplaba... hasta que vio que quedaba poco para el amanecer, entonces solo un pensamiento se le paso por la mente "Tengo que salir de aquí".

Rápidamente se acerco a donde la pequeña figura dejo caer el objeto metálico y rebusco... era una llave, se decidió, uso como pudo la llave en la cerradura y abrió la puerta, salio y miro a ambos lados, viendo de forma fugaz la mesa de los guardias y a dos tipos dormidos sobre ella, al otro lado, un largo pasillo y una puerta de metal, posiblemente una salida que despertaría a los guardias, pero se dirigió a ella a toda velocidad, hasta que...

"¡Uros, tato, échame un cable!" Uros casi se parte el cuello al frenar y mirar de donde venia la voz, la voz que resulto ser su primo (Tato* Primo) Gerendil, en un estado (Por lo que se podía ver, que no era mucho) bastante lamentable, por decirlo de alguna forma.

"¡Coño! ¿Qué haces ahí tio? ¿Y como es que estas así de hecho polvo?" La respuesta no llego, pero si la misma voz de la figura anterior.

"¡Uros! Esto no había pasado en ninguna de las otras ocasiones ¡Pero no tienes tiempo! Déjale ahí y sigue" Sin embargo, la voz del viejo resonó también, pero con diferentes ideas "Es tu primo, Uros ¿Le dejarías morir aquí?"

Momentos después, Uros estaba cargando con su primo mientras iban (Lo mas sigilosamente posible) subiendo las escaleras hacia la torre, habiendo pasado muchas figuras embutidas en duras y pesadas armaduras que guardaban los pasillos continuamente y mientras las voces seguían resonando en el interior de la cabeza de Uros.

*¡Sigo sin comprender por que demonios le as sacado Uros! ¡Te estas poniendo en peligro!* Era la frase más popular de la voz femenina, el viejo callaba de momento, pero Uros perdía la paciencia *¡Le e salvado por que es mi primo, punto pelota!*.

Muchas veces Uros se paro a contemplar el magnifico castillo, todo hecho de piedra blanca brillante, con deliciosamente decoradas columnas y bellos cuadros, muebles de bello aspecto y alfombras de finísima calidad, además de muchísimos guardias que desentonaban por el toque cruel de sus armaduras, de metal negro puro y unos cascos parecidos a las cabezas de los cuervos, dando un aspecto lúgubre que indicaba que algo no encajaba con el aspecto de uno y otros... aun así, seguía subiendo con cuidado de su primo, para, finalmente, llegar al final de las escaleras de la inmensa torre.

Una canción se escuchaba a trabes de la puerta erguida ante el, una finamente tallada puerta de metal y madera, con varios signos de flores y runas de exquisita calidad, lo cual determinaba que guardaba algo.

"Hey Uros..." Comento Gerendil "Hay algo aquí dentro, ¿No? Pero... ¿Por qué hemos venido?".

"No se tato... no tengo la mas remota idea... pero vamos a descubrirlo" Y dicho eso, abrió la puerta lenta y cuidadosamente, escuchando tras de si la música de un arpa finamente tocada mientras la puerta mostraba su tesoro tras ella.

Una gran y bella torre, adornada con la misma blanca piedra, se erguía ahí, inundada de libros, estanterías, bellos cuadros y muchos materiales de aspecto medieval que solo las personas mas cultas podrían usar en aquella época, además de una gran y bella alfombra azul y varios escudos de armas colgados de la pared, mostrando un leon en la mitad superior, y dos piernas humanas en la inferior, de color rojo sangre la superior y de blanco pálido la inferior, además, en el techo colgaban dos banderas de color azul que portaban el mismo blasón.

Detrás de dichas cosas se encontraba algo que no debía haber... aunque todo fuese ya muy extraño, esto lo era más, y no porque la criatura apostada delante de un escritorio fuese una criatura que había deseado ver hace mucho, un antropomorfo, un zorro concretamente, pero con extrañas formas... Pero zorro al fin y al cabo, aunque de colores curiosos.

Color rojo todo su pelaje en el cuerpo, mientras que los "guantes", las puntas de sus orejas y sus patas eran de color azul claro. También bestia, lo cual era bueno (Tal vez), pero su vestido era sencillo, una simple toga de color canela con un gorro, el atuendo, quizás, de un monje o similar, aunque no llevaba nada mas. A Uros, amante de semejantes criaturas, no pudo evitar que se le escaparan unas palabras de admiración, y el zorro las escucho.

"¿Quién hay ahí?... ¿Eres tu, Ahilín?" La voz era dulce y con sentimiento... quizás... ¿Miedo? ¿Preocupación? No sabría decirlo, pero algo había en su voz que no debería estar ahí.

"¿Señora *Respetuosamente hablando claro* Nora? *A ver si tengo suerte por una vez...*" Dijo y pensó Uros mientras avanzaba unos pasos cautelosamente, llevando a su primo con el.

El zorro hembra (perdónenme expresión, quizás complicada, para evitar vulgaridades) giro la cabeza, y cuando Uros la vio, se le cayo el alma al suelo... Pues no era un antropomorfo, o furry, para los que lo conozcan mejor, sino un digimon... Una Renamon para ser mas exactos, de gran belleza por lo ya mentado antes, pero ahora, viendo sus ojos color amatista y las marcas de la cara, las cuales eran de similar color, su belleza aumentaba mas, pero su expresión era de miedo, terror... o tal vez esperanza que se ve recompensada cuando no debería, eran demasiadas cosas.

"S... si, soy yo... ¿Y tu eres un humano? ¿Estas transformado, o eres puro?" Uros no pudo evitar poner una cara de asombro cuando Nora dijo eso... Incluso Gerendil estaba confuso, todo esto mientras la música de arpa sonaba, pero Nora siguió hablando "No importa... ¿Por qué estáis aquí?"

"Esto..." Uros comenzó "Un "amigo" me dijo que podrías sacarme de aquí y evitar ser ejecutado mañana, sinceramente".

"¡JA! ¿Y quien es ese "amigo" del que hablas? ¿Por qué no esta aquí? Porque me gustaría saber ¡QUIEN a dicho tales verdades si nadie aquí sabia semejante cosa!" Su voz comenzó casi dulce, incluso con semejante tono, pero según fue diciendo palabra tras palabra, se fue endureciendo al mismo tiempo que se levantaba y se acercaba a Uros y a su primo Gerendil, que ahora se sostenía mejor a su lado.

"No... no lo se... Solo vi su figura y me dio la llave de las celdas... Me dijo que usted me ayudaría a salir de aquí, que de otro modo moriría al amanecer... por favor" El miedo, la suplica y el deseo de, por una vez, seguir adelante, además de su estado de embelesamiento, se notaba mientras hablaba, dejando a la vista que no mostrarle generosidad seria algo cruel, aunque viable.

"Pues esa persona a hecho mas de lo que cualquier otra en este castillo habría hecho, y viendo que a confiado en ti y me a puesto en peligro a mi... Oh eres importante, o lo serás... Oh simplemente eres algo especial" Dicho esto se dio la vuelta y se puso la capucha por encima, revisando unas cosas en la mesa de su escritorio, mientras la música del arpa parecía morir... Y el sonido abandonaba el sonido la torre "Se me a acabado el tiempo..." Dijo Nora mirando a la nada.

"¿Qué quieres decir?" En el momento, una horda de pisadas metálicas se abrió paso a través del silencio en la oscuridad que entraba por el pasaje, como si las antorchas que había en la subida hubiesen huido de miedo ante lo que se avecinaba.

Al momento después, dos figuras embutidas en armaduras negras asomaron por la puerta y pusieron dos espadas hacia delante, amenazadoramente, mientras mas figuras aguardaban en las escaleras, a la par que un sonido parecido al de los terremotos iba subiendo lentamente por las escaleras.

Uros echo hacia atrás (con fuerza desmesurada aunque el no quería hacerlo así) a su primo, dejándolo en manos de Nora, los guardias interpretaron esto como un movimiento demasiado obstinado y atacaron, el primero fallo por poco, pero le hubiese cortado por la mitad, el segundo sin embargo, le atravesó el brazo izquierdo de lado a lado por el hombro.

"¡Argh! ¡Maldito hijo de puta!" Con una fuerza y voluntad que ni el sabia que tenia, agarro la mano del guardia con ese mismo brazo, lo atrajo hasta el y le arranco la espada de las manos, pasándola rápidamente a su mano derecha y propinando un potente y rápido tajo que sesgo su cabeza embutida en metal, haciendo que esta cayese al suelo con estrépito, el otro guardia retrocedió ligeramente, como si eso le hubiese amedrentado... pero no fue por esa razón.

Una imponente figura atravesó la puerta mientras Uros trataba de recomponerse, pues el golpe le había agotado mas de lo que esperaba, y eso, probó ser suficiente para no ver semejante titán acercándose a el, hasta ser demasiado tarde, miro hacia arriba y vio las mismas armaduras que antes, pero de color oro, y mucho mas grandes, junto con una reexaltación de los músculos que indicaba el poderío del poseedor de dicha armadura, a Uros solo le dio tiempo a levantar la espada, y la criatura dentro de la armadura solo la agarro con una mano, haciéndola astillas metálicas.

"Nora, Nora..." Dijo una vos áspera y pesada proveniente de la armadura, mientras la mano de esta jugaba con los restos de la espada "Creí que el arpa mágica habría sido bastante advertencia para que trabajases sin pensar en nada mas... y que esperases al día tan importante que "teníamos" planeado... Me decepcionas... Y solo por un par de criaturas como estas" Finalizo, agarrando a Uros por el cuello mientras sacaba una espada igual a la que acababa de romper, pero que para el, parecía casi una simple daga, y atravesó el pecho de Uros de un solo tajo, pero no letal.

"¡Ungh!" Uros escupió sangre hacia la armadura y miro atrás, Nora estaba horrorizada agarrando a Gerendil fuertemente, que parecía querer ir a por Uros y socorrerle... Uros pensó en que podría pedirle ayuda o decir que soltase a su primo y probar suerte... Pero aunque pudiesen con este individuo, había muchos guardias y el ya estaba destrozado... se sentía morir, y casi ni tenia fuerzas para respirar, así que en una fracción de segundo eligió lo mas noble "Marchaos... ya... por favor"

Mientras miraba atrás, vio que Nora, como buena Renamon, se teleportó a dios sabe donde... no le importaba, ella y su primo estaban bien, aventura corta, pero plena, al menos no moriría en una cama postrado como un viejo, o suicidado por su propia locura... aunque el futuro no se presentaba bonito mientras la armadura le acercaba a su "cara".

"Mala elección de palabras y momento para el coraje, chico" Sentencio con su pesada y áspera voz, sacando rápidamente la espada del pecho de uros, haciendo aun mas daño, este, no pudo evitar que las lagrimas empezasen a correr por sus mejillas al haber perdido la poca adrenalina que le quedaba para seguir luchando "As hecho que pierda algo muy importante y... querido" Dijo con cierto tono de desprecio y pena ocultos en su voz "Esta torre era SOLO para ella... ya no me sirve... ¿Pero sabes que? Podrá darme un ultimo placer antes de ser reutilizada".

La torre desde fuera se veía perfecta, aunque la lluvia empezaba a hacer lo que debía y caía alrededor de ella *¡WHAM!* Un golpe se escucho en todo el bosque colindante, varias tejas de la torre cayeron al suelo *¡WHAM!* Un segundo golpe tiro varias de las piedras superiores, después se escucho "Se acabaron los juegos ¡MUERETE!" Y la persona con áspera voz y brillante armadura golpeo a Uros por última vez, haciendo que atravesara la pared de la torre de un último golpe.

Uros, aun consciente (por poco y para su desgracia), se vio caer rápidamente, seguido de gran parte de la torre, y por mucho que en las películas se viese caer a un hombre casi tan rápido como un coche... La gran piedra que se acercaba a su cara iba realmente rápido, Uros solo cerró los ojos... y no los volvió a abrir.

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He de decir, que hacia mucho que no escribía, y es porque el ingles me había dejado de atraer por un tiempo, pero visto que no puedo evitar ser escritor, vuelvo con la historia de mi personaje, no hay sexo, por ahora, pero habrá, quizás, en un futuro, también es posible que lo traduzca al ingles si es que llego a recibir comentarios esta vez, a ser posible, buenos, aunque vosotros decidiréis :3 Con saber lo que os parece me vale.