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#2 of Computer Games


Computer Games #2

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Mientras bostezaba entré en el comedor, frotándome los ojos me senté a mesa. Mi tercer día en mi nueva casa, y ya muchas cosas me parecían "de toda la vida".

-Buenos días zorrito.

-Ah, hola Alex.

-Que sexy vas, Tarzán, ¿quieres ligarte a alguna Jane?

-¿Eh?

Me miré de arriba abajo, en realidad vestía solo el pantalón del pijama, por la noche había tenido calor con la calefacción, por lo que me había quitado la camiseta, y no solía llevar zapatillas o calcetines por casa...

-Ah... tú tampoco vas vestido de gala.

No, el llevaba solo una camiseta de tirantes y unos calzoncillos tipo "boxers".

-Bueno, si tú lo dices, la verdad es que estás muy mono así.

-No digas chorradas.

-Seguro que serás la pasión de las chicas, cuerpo "Danone" y orejitas encantadoras, ¡si tuvieras 10 años mas sufriría por que no me quitases a la chica!

-¡Venga ya!- hice mientras me servía unas tostadas - por cierto, ¿donde está ella?

-Bañándose.

Escuché atentamente, sí, aunque con mucho cuidado y prácticamente sin moverse, se oían los sonidos de alguien en la bañera.

-¿Elena se "baña"? ¿Pero bañera de bañera llena de agua?

-Ya bastante difícil es para ella si encima tuviera que hacerse una ducha, los baños son más relajados.

-¿Difícil? ¿Qué tiene de difícil ducharse?

-Los leones, como casi todos los felinos, son hidrofóbicos Etheris, eso incluye a los anthros.

-Ah... claro... es verdad... lo siento.

-No pasa nada, ya te acostumbrarás, tendrías que verla cuando llueve, monta un espectáculo entre paraguas y chubasquero... es instintivo, como sus garras, saca las uñas cuando está nerviosa o tensa... bueno, y tendrías que ver como me deja la espalda cuando... eh... bueno, por la noche...

-Supongo que todos tenemos nuestras manías - respondí suspirando y tragando un bocado mas, mientras me apuntaba mentalmente que tendría que explicarle a Alex que ya sabía acerca del sexo.

-Sí... Elena el agua, Tu las mafias de prostitución, yo no soporto conducir...

-¿Conducir? ¡Pero si me recogiste en coche!

-El coche lo tengo por necesidad, no por gusto; tampoco me gusta pagar impuestos y lo hago igualmente... hablando de eso, ¿sabes que hay una ayuda a padres con hijos adoptivos? ¡Desgravas en hacienda chico!

-Creo que es porque tener un hijo es un gasto muy importante, y porque los orfanatos están sobresaturados... una duda que tenía yo... ¿Cómo conseguisteis adoptarme tan pronto? Se suele tardar mucho...

-Llamé a un par de amigos bien colocados en la administración que me debían ciertos favores relacionados con ciertas filtraciones de... el caso es que no me pusieron muchas pegas. Aunque estamos en un "periodo de prueba", por así llamarlo.

-¿Como?

-No tiene que pasar nada, pero si vieran algo "raro", fuera de lugar... denuncias o lo que sea, podrían retirarnos el permiso, y supongo que entiendes que significaría eso, ¿no?

-Creo que sí...

-De todas formas no estás obligado a quedarte, eres lo bastante mayor como para decidir, si nunca crees que este no es tu lugar... lo que decidas nos parecerá bien.

¿Mi lugar? ¿Cuál era mi lugar? No tenía respuesta, pero me supo realmente mal, Elena y Alexander se habían esforzado muchísimo por mi, haciendo todo lo posible para que me sintiera como en casa, y yo no tenía manera alguna de darles nada a cambio.

-¿Me puedes acercar el zumo? - hice al final para romper el silencio.

Cogió la botella, que estaba realmente llena, haciendo lo que me pareció un quejido de dolor.

-¿Estás bien?

-Sí, es que aún no me he tomado la medicación.

-¡¿Medicación?! Pero, ¿te pasa algo? - salté asustado

-Nada, solo unos calmantes para el brazo.

-¿Qué le pasa a tu brazo?

Como respuesta lo extendió hacia un lado, mostrado la cara interior, ahí, donde se unía el brazo con el antebrazo tenía una enorme cicatriz, por no llamarla mancha, donde la piel se hundía como si faltase carne en el interior.

-Quemaduras internas de tercer grado causadas por un objeto metálico ardiendo proyectado directamente hacia el brazo... no se sale ileso de un accidente de tráfico.

-Pero... ¿tú estabas en el coche cuando sucedió?

-Lo recuerdo con claridad, habíamos ido a cenar a casa de unos amigos, la verdad es que yo me aburrí bastante, tenía tu edad, bueno, un poco más, 12 recién cumplidos... Nos quedamos hasta bastante tarde; después, volvimos a casa por una autopista, era muy tarde, el cielo estaba muy cubierto, así que ni la luna iluminaba el camino. De repente, vimos unas luces que venían hacia nosotros: otro coche. Según el informe policial el conductor de ese coche estaba bastante borracho e incluso una cámara-radar le había pillado a casi 200Km/h, pero en alguna curva había invadido el carril contrario.

»Al verle, mi padre pegó un volantazo, pero con la mala suerte que nuestro coche giró hasta ponerse en perpendicular con la carretera. Y recuerdo como, de golpe, toda la parte frontal del coche desapareció en una décima de segundo, pasé de estar dentro del coche a tener un primer plano del costado de la carretera. El otro coche había arrancado literalmente toda la parte frontal del coche. Aunque tampoco pude fijarme mucho, ya que un trozo de metal saltó con el impacto y se me clavó en el brazo... me desmayé casi al instante.

»Desperté en el hospital, me habían salvado el brazo, pero habían tenido que extirpar muchísima cantidad de músculo y tejido, el músculo mas dañado fue el supinador largo, es el que se encarga de hacer esfuerzos en la muñeca... perdí cerca de un 15% de tejido muscular. Todavía me duele... no quiero decir que siempre me duela, solo que si hago esfuerzos con este brazo se me resiente... incluso, si intento hacer demasiado me dan pinchazos, como unas agujetas a lo bestia... por eso me tomo las pastillas, son solo unos analgésicos...

»Al cabo de poco salí del hospital, justo a tiempo para asistir al funeral de mis padres, apenas asistieron unas 10 personas, de las cuales no conocía ni la mitad.

Prácticamente pude verle, Alex, con mi misma edad, un brazo todavía envenado y colgado de su cuello, su mismo cabello castaño, las gafas... en el cementerio, en el funeral de sus padres...

-Yo... -realmente no supe que decirle - a mi no me dejaron ir al entierro de mi madre.

De nuevo los dos nos quedamos callados, comiendo en silencio, hasta que me di cuenta que Alexander me miraba fijamente, tenía la mirada triste, pero lo ocultaba bajo una sonrisa. Éramos bastante parecidos, a ninguno de los dos nos gustaba hablar de esos temas tristes...

-No te perdiste gran cosa, la verdad es que no valen mucho la pena los funerales...

-¿Fue entonces cuando fuiste a vivir al orfanato?

-Si, desde los doce hasta los dieciocho... el resto de la historia ya te la conté, ¿verdad?

-Si... ¿y no tenías ninguna otra familia? ¿Tíos, abuelos, primos o lo que sea?

-Tengo una tía que siempre está demasiado ocupada viajando por aquí y por allá por temas de trabajo como para "cuidar de una criatura así de sopetón", según ella; y aparte de eso no tengo mas familia, todos mis abuelos murieron antes que yo naciera, por diferentes causas cada uno... aunque bastante jóvenes, la verdad. - Entonces puso cara de recordar algo gracioso. - A veces creo que los Torvals estamos maltitos, dos generaciones han muerto jóvenes...

-¡A buenas horas me avisas! - salté de sopetón.

-¿Qué quieres decir con eso? - Me respondió con un tono casi ofendido.

-Eh... no... es que...

-¿Es que qué? - insistió el, ya algo enfadado.

-Pues que había pensado ponerme vuestros apellidos, detrás del mío, como que los antros solo les pusieron un apellido y yo no conozco a mi madre solo me llamo Etheris Kazan... así que había pensado poner después Torvals Aslan... el tuyo y el de Elena, si os parece bien...

Aquello pareció calarle hondo, de molesto pasó a sorprendido, luego algo triste, y contento a la vez, hasta que finalmente me dedicó una tierna sonrisa.

-Pues claro que nos parecerá bien, hombre... venga, soy un informático, ¿como quieres que crea en maldiciones? Yo solo creo en la ley de Murphy que hace que se cuelguen los PC cuando estás al 90% de una descarga.

-Je...

Acabamos de desayunar tranquilamente y recogimos la mesa (Elena ya había comido) y charlamos mientras cada uno se vestía. Me puse una camiseta fina y un jersey por encima, luego elegí unos pantalones tejanos largos, no abrigaban mucho en pleno mes de Octubre, pero eran de los pocos que tenían agujero para la cola.

Me la miré, me llegaba a la rodilla, más o menos, era de un color rubio-rojizo, como mi cabello, la punta mas clara... antes me hacía "cosa" que la gente me la viese y por eso la escondía, al igual que mis orejas; pero ahora, viviendo con Elena y Alex, notaba como poco a poco empezaba a sentirme más cómodo conmigo mismo.

Mientras me vestía escuché como Elena salía de la bañera y empezaba a secarse, al principio sonaba como una toalla, pero no tardó en empezar a usar un secador de pelo, seguramente a lo largo y ancho de su pelaje.

Estuve un rato en el comedor viendo la tele, aún no me habían apuntado a ninguna escuela, seguramente el próximo día o el siguiente a ese ya empezaría las clases de nuevo. Elena y Alex entraron, los dos ya vestidos y arreglados.

-Bueno zorrito, -dijo ella - ¡espero que estés listo, voy a llevarte de compras!

-¿Como? - Pregunté - ¿para qué?

-Que quieres que te diga, apenas te trajiste cuatro harapos para vestirte del orfanato, ¡seguro que tienes ganas de estrenar ropa nueva!

-Eh... bueno...

-Elena... es un chico, ¡a nosotros NO nos hace ilusión la ropa nueva! - comentó Alex entre risas

-Yaya, lo que tu digas, venga Etheris, que son casi las nueve y la carretera se pone horrible a estas horas...

-¡¿Las nueve?! - Saltó el hacker - ¡Tienes que estar de broma!

-¿Qué pasa cari?

-¡Tengo un examen en media hora! - gritó el mientras corría a por su portátil (si, en esta casa, aparte de las tres torres y 5 pantallas TFT de 19 pulgadas alta definición, cada uno de nosotros teníamos un portátil. Al menos el mío no lo habían tenido que pagar ellos.) Cuando lo metió en la cartera la cogió de golpe con la mano derecha, soltando un quejido de dolor que casi fuñe un grito.

-¡Alex! - Elena corrió hacia el - ¿Ve con cuidado hombre, te has tomado ya la pastilla?

-No... aún no... - la león le atendió suavemente la herida del brazo, observándola atentamente - ahora iba a tomármelaaaa aahhh...

-Si, mientras salías corriendo de casa, ¿no? - Dijo ella después de haberle lamido la herida - tienes que ser constante con estas cosas Alex, es por tu propio bien.

-Si... si lo se, pero...

Ella le calló abrazándole, Alex enterró la cara en su hombro, sonrojado; mientras Elena le olía y lamía el pelo castaño con un ronroneo. (Un detalle curioso, solo los gatos pueden ronronear todo el rato, los grandes felinos como los tigres o los leones ronronean solo cuando exhalan, aplicable también a los antros.)

-Elena por favor... en público no... - hizo el separándose.

-¿Que pasa? ¿No te gustan los mimitos?

-Claro que me gustan tus mimitos...sabes que me apasionan tus mimitos, pero me da cosa que me den mimitos en público.

-Eso es porque no te dieron bastantes mimitos de pequeño - dijo la anthro con voz tierna - ¿y sabes como se cura eso?

-¿Cómo?

-¡Con mas mimitos! - gritó mientras le hacía cosquillas en las costillas.

Estuvieron así unos minutos, hasta que al fin se serenaron y Alex tomó la medicación, guardando después el botecillo en el bolsillo de su chaqueta.

-Tendrías que cortarte el pelo - Le comentó Elena.

-Sí... -respondió Alex mirándoselo y remanándolo con una mano - la verdad es que estaba pensando en hacerme una coleta o algo así.

-Creo que te quedaría bien y todo.

-Uf... es tarde, me voy... espera, ¿no ibas a llevar a Etheris de compras? Necesitaréis el coche... cojo yo tu moto y vais tranquilos con el coche, ¿vale?

-No vale Alex. - respondió ella severamente

-¿Por que?

-¡Porque no sabes ir en moto! Ya te cuesta ir "de paquete", si encima tienes que conducir...

-¡¿Piensas llevar a Ether en moto?! ¡Ni siquiera tiene casco!

-No creo que tengas que usar el tuyo para ir en coche, luego ya le compraré uno de su talla en el centro comercial.

-Pero...

-¡No hay peros que valgan! Tú coge el coche y ve al dichoso examen de una vez antes que se te haga tarde, nosotros vamos en moto. Punto y final.

-Bueno... venga gente - dijo ya en la puerta - Os quiero.

-Adioooos - hizo Elena, yo me limité a despedirme con la mano; normalmente me costaba abrir la boca cuando veía situaciones tan "caseras como esas". - Uf... que cabeza loca... - dijo cuando ya se había ido. - ¿ha dicho "os quiero" o "te quiero"?

-Creo... que "os quiero" - respondí.

Ella no dijo nada, se limitó a dibujar una sonrisa maliciosa. Después, pasando por mi lado, me acarició tiernamente la cabeza mientras iba a coger las llaves de la moto. En mi corta vida había subido a una moto y me quedé un momento pensando como debía ser.

-¿Etheris? Vamos coge una chaqueta y baja al garaje. No tenemos tiempo que perder que a estas horas el tráfico empieza a ponerse imposible.

La verdad es que solo tenía una chaqueta así que no tuve que escoger mucho. La seguí hasta el parking. Aun no conocía muy bien el edificio. Solo hacia 3 días que había llegado y muchas cosas habían cambiado en mi vida. Por ejemplo, lo que había dicho Alex "os quiero". Hacia mucho que nadie me decía que le importaba.

-Toma Etheris. Quizás te vaya un poco grande, es el casco de Alex...a ver....

No pude ni contestar. Elena me puso el casco sobre la cabeza y se me calló encima. Estaba claro que el casco me iba grande. Oí que Elena soltaba una risita. Me mosqueé un poco e intenté levantar la visera.

-¡Uy esto es muy incomodo!

-Es lo que hay Etheris: cuando lleguemos al centro comercial te compraremos uno a tu medida. Te sienta muy bien el casco. Seguro que todas las chicas caerán rendidas ante ti, ¡MUJAJAJAJAJA!

Creo que me sonrojé ya que Elena continuó riendo un poco.

-Mira Etheris, ¿te gusta mi moto? Es una Kawasaki Shinobi RW600 el 600 se refiere a su cilindrada. Es la mayor cilindrada del modelo Shinobi. Aunque mi color preferido sea el naranja, como no la tenían en ese color la cogí verde. ¿A que es mona?

La verdad no sabia que decir. Era bastante chillón. Ya se veía que le gustaban las motos. En algunos minutos ya me había explicado todas lo bueno de las motos y también las magnificas cualidades del ejemplar que poseía. No me enteré de nada pero hice como que sí. Pareció complacida. Supuse que con Alex no podía hablar mucho de motos, ya que le tiene pánico al tráfico.

Al cabo de poco tiempo arrancamos. Era una sensación más bien extraña. Estaba sobre un cacharro verde montado sobre 2 ruedas enorme que se movía, por el momento a una velocidad prudencial. Estaba casi fascinado por la tecnología que en ese preciso instante hacia que Elena y yo saliésemos del garaje. Subimos por la pendiente que conectaba el parking con la calle exterior. Me abracé fuerte a ella. Tenia la impresión de que la gravedad me tiraría de la moto, pero enseguida salimos a la superficie y esa sensación de atracción disminuyo. Pero no me solté.

Era extraño, muy extraño, estar encima de una moto cuando no hacia mucho, solo unos días antes, aun estaba, a esa misma, hora en una clase de 30 alumnos a unos 230 kilómetros de aquí. Pero sobretodo, lo que me producía una cierta sensación de extrañez y nostalgia era estar a solas con "mi nueva madre". De repente sentí como la moto se tumbó a un lado. El corazón me dio un salto. Elena había girado de golpe para evitar un coche que se había parado sin previo aviso. Oí la voz de Elena gritar algún tipo de insulto pero no le hice caso. El corazón aún me latía a toda velocidad a causa del susto.

Enseguida descubrí sitios por desde se podía meter una moto que en mi vida hubiera imaginado. Pero generalmente el pasar por esos sitios iba acompañado de cambios bruscos de dirección y de velocidad La cual cosa ya no me gustaba tanto. Otra de las cosas que me hacía tener ataques de pánico era que Elena dejara ir el manillar. Pero lo peor eran las curvas. La moto se inclinaba de tal manera que me sentía como si me fuera a estrellar sobre el suelo, pero nunca ocurría, mientras que la inercia y el viento me sacudían la cabeza de un lado para otro.

Al final entramos en la autopista. Nuestra trayectoria se estabilizó un poquito pero nuestra velocidad aumento considerablemente. Me enganché a ella para evitar que el viento me tirara. Girando la cabeza vi desfilar el paisaje ante mis ojos. Edificios, casas, parques....pasaban ante mis ojos a toda velocidad sin que pudiera distinguir nada mas que su forma global. Tenía la mirada perdida. Coches... motos... gente en la calle... andros... solo andros... me sentía un poco... fuera de lugar... fuera de lugar en mi propio mundo, un mundo de andros.

Somos tan pocos en el mundo... unos 4 millones... solo... nada que ver con la población mundial. Quizás por eso la gente nos considera como "extraños" porque somos pocos... sí, somos diferentes... hay gente que no lo acepta. No sé porque. Pero de una cierta forma, saber que los europeos hicieron lo mismo que nos pasa a nosotros con los afro-americanos, lo nativos indios y los asiáticos me "tranquiliza".

Me tranquiliza porque como pasó en su época con estas personas, a nosotros también se nos concedió los derechos humanos aunque hace relativamente poco tiempo de ello. Ciertas personas se dieron cuenta de su error, y gracias a ella ahora nosotros tenemos un estatus similar al de un humano cualquiera. Pero no os creáis que todo esta hecho.

Hace poco, salió en las noticias, que se esta estudiando la posibilidad de que haya unas olimpiadas para anthros. En las escuelas también se intenta dar cuenta de esta igualdad en las escuelas, hasta tal punto que intentan que un anthro gato hacer clase de natación. Pero bueno, la realidad no es tan bonita.

Salimos de la autopista y nos paramos en un semáforo. Miré a mí alrededor...una madre paseando a su hijo, un motorista que intentaba ligar con Elena hasta que ella le enseñase sus dientes felinos... mi mirada se posó en un grupo de estudiantes, un par de ellos anthros... a veces la gente podía ser tan diferente, unos rechazarnos y otros aceptarnos... me preguntaba si en mi nueva escuela también me aceptarían como a esos chicos o quizás tendría que esconder mi cola... supongo que no. Supongo que haré como dijo Alex: "si yo tuviese una cola la enseñaría siempre"

Al poco llegamos al centro comercial. Era un edificio por lo menos enorme. Me quedé ligeramente boquiabierto. Tardaríamos por lo menos todo el día en recorrer esa superficie.

-Primero te compraremos tu ropa y después un casco a tu medida. No puedes ir todo el rato con el de Alex.

Parecía muy animada con eso de hacer las compras....supongo que es un síntoma típicamente femenino.

Entramos en la primera tienda, una de la marca Celio, según rezaba el cartel. Estaba bastante vacía, normal a esas horas, la dependienta no tardó en interceptarnos y empezar a darnos sugerencias para "esa monada de jovencito" que según la dependienta, era yo. Me quedé bastante chocado.

Elena por su parte había empezado a buscar cualquier prenda que fuera de mi talla y se gustase, por suerte en lo que respectaba a camisetas y demás era fácil para mí, gastaba las tallas "andro", pero los pantalones... al final acabaron midiéndome el grosor de la cola con un metro para saber mi "talla"

Los pantalones eran un verdadero problema para la mayoría de anthros, generalmente cuando salía un modelo de pantalones para andro aparecían también las variantes anthro: cola fina, cola media, cola larga... algunos era un simple agujero, otros se cerraban con un botón para no tener que pasar la cola entera por el agujero, si no simplemente meterla en una "ranura" con forma de U y cerrar por encima (mis favoritos), aunque no era tan fácil encontrar todos los modelos, no muchas tiendas se molestaban en buscar todos los tipos...

Las camisetas también tenían algunos líos, algunas aparecían con un agujero en la espalda para aletas (cetáceos, peces...), otras dos agujeros para alas (dragones, grifos...). Esas camisetas también solía llevar un botón, sobretodo las que eran para alas, ya que al parecer era bastante complicado pasar un ala por un agujero "cerrado".

Me los fui probando todo uno a uno, entraba y salía del probador sin parar, finalmente Elena escogió algunas cuantas de las que según ella, me quedaban mejor (yo había dimitido de intentar verlo, me parecían todas iguales). Pagó y nos dirigimos a la siguiente tienda.

Zara, Sphra, PepeJeans, en todas Elena siguió el mismo sistema, probar todo y escoger lo que mas le gustara. Finalmente entramos en una Jeans. De nuevo empezó a buscarme ropa de mi talla, cuando escuché la conversación que tenían dos clientas.

Una de ellas era una mujer algo mayor, algo arrugada y con el pelo gris casi blanco, recogido en un moño. Vestía unas ropas simples y oscuras. La otra era una mujer no mucho mas joven, aunque si cabello aún conservaba su color en gran parte, vestida con ropas muy simples, casi de "estar por casa".

Noté como clavaban sus miradas en nosotros y empezaron a murmurar.

-¿Has visto? - Dijo la mayor - Ya han entrado aquí esos animales...

-Fíjate ella, su hijo es un hibrido... - dijo la otra - ¿que clase de hombre se acostaría con una de estas?

-No creo que sea su hijo, ella es una gata o algo así, y mírale la cola al crío... que es, como un tejon o...

-Un zorro, estoy segura, mi marido cazaba de esos bichos antes... Puaj, eran muy pesados, y como apestaban esas malas cosas...

Elena me pasó el brazo por el hombro.

-Ni saben que les oímos, no les hagas caso Ether...

Era fácil de decir, realmente me había dolido mucho eso... pero era cierto, Si alguna vez decía que Alex era mi padre, no tendría que dar explicaciones ni nada, pero con Elena... no solo preguntarían, si no que además tendría que explicar todo lo de mi madre. Y también... ¿como podía llamar madre tanto a Elena como a mi madre verdadera?

-Venga, vamos nos, no veo nada para ti aquí...

No dije nada, me limité a seguirla fuera, sin duda a ella también le habían molestado los comentarios de esas dos viejas.

-¿Estás bien? - pregunté.

-Sí, claro, es solo... seguramente ahora Alex les habría cantado las cuarenta a esas mujeres, pero yo... no me atrevo, siempre me corto muchísimo cuando no le tengo, no... no soy capaz sin el.

-El... creo que el también te necesita mucho a ti, Elena...

-¿Eh?

-Alex no es muy fuerte, y solo puede usar un brazo bien, cuando es algo de ordenadores o similar no le molesta, pero todo lo demás... creo que se le hace una montaña... además, creo que le pasa una cosa similar a mi, a aquellos que quiere... le da mucho miedo perderles. Supongo que es cosa de huérfanos...

Elena se quedó algo complacida me mostró una cálida sonrisa y me acarició la cabeza; yo eché atrás las orejas mientras su mano pasaba por encima de ellas...

-Dime, ¿quieres merendar algo en el Pans & Company? Ya son casi las once...

-¡Vale! - respondí más animado

Nos fuimos al "Pans", cogimos, como es evidente, bocatas, bebidas y patatas y hablamos de los gustos de cada uno.

-¿Dime Etheris...como era tu madre?

La pregunta me sorprendió. Elena había realizado con un tono más bien tímido, como si tuviese avergonzada. La miré como no sabiendo que responder.

-¿Pues... era una zorro ¿porque?

-No quiero decir de carácter... ¿contigo como era?

-Ah... pues... como una madre... tierna supongo...

Elena bajó la mirada, quizás quería una respuesta mas extensa...

-Yo, veras, Etheris...

-...mi madre se llamaba Akai... como ya debes saber... una mafia se aprovechaba de ella... trabajaba para ellos... como prostituta... pero no era una mala madre... de lo poco que recuerdo de ella sé que siempre me trataba con dulzura... Yo no iba a la guardería... estábamos todo el día juntos... cocinaba muy bien los guisos... muchas veces íbamos al parque o me llevaba con ella a hacer la compra... a mi me gustaba mucho... menos... cuando tenia que ir a "trabajar"... por las noches me dejaba a cargo de la vecina... no me gustaba... pero me dormía con la esperanza de despertarme viendo su rostro... vivíamos... mas o menos bien si se puede decir... no nos faltaba la comida ni la ropa que es lo principal... pero... pero... a... a veces... después de algún "trabajo" volvía con... algunos moratones... recuerdo que yo me echaba a llorar... no me gustaba... y aun menos saber que los escondía...

Mientas hurgaba en las profundidades de mi corazón para poder recordar con claridad, mis ojos quedaban fijos en las gotas de agua que caían por la parte exterior del vaso debido a la condensación del aire alrededor del cartón enfriado por la coca-cola helada. De repente noté que por mi rostro también caían gotas, se deslizaban desde mis ojos humedecidos por una condensación de mis sentimientos. Fue entonces cuando sentí un pañuelo tocar mi mejilla. Me volví enseguida y vi la mano de Elena y su dulce sonrisa...

-Gracias Etheris... quizás yo no sepa mucho de esto de ser madre... pero si te pasa algo, me lo puedes contar... ¿de acuerdo?... Siento haberte hecho recordar algo triste...

-No... no pasa nada... gracias...

Me dio el pañuelo y me sequé la cara. Elena podía decir lo que quisiera...ella, su sonrisa, su dulzura, eran las de una madre...

-Ah por cierto... aún no te lo he dicho... pronto vendrán mis padres a visitarnos. Me decían que estaban ansiosos por verte... a mi padre le hizo mucha gracia saber que eras un zorrillo, bueno hibrido. Mi hermano dice que esta muy pesado haciendo bromitas de que los leones se comen a los zorros y cosas de esas. Espero que te caerán bien....aunque a veces son pesados, como todos los padres, son muy buenos. Korioun, mi hermano, es un adolescente así que no lo hagas mucho caso... encima esta que con las chicas....si cuenta chistes verdes le puedes pegar tranquilo... hehehe

Elena estuvo un rato mas contándome cosas sobre su familia. Me parecía extraño oír cosas, nombres, fechas de cumpleaños, de gente que no conocías y que en cambio desde hacia unos días eran mi familia. Acabamos riendo mucho. Aunque la nostalgia que había recordado me asechaba aun, había algo, una cosa que hacia años que no había sentido, que me invadía de nuevo. Era en cierto modo, como regresar al pasado, como volver a ir de compras con mi madre, solo que, ahora... era...

Hacia las 2 de la tarde nos fuimos del centro comercial. Elena me había comprado un casco a mi medida. Se había esperado el tiempo que había sido necesario para decidirme. Me había esperado, y aconsejado... solo a mí. Me parecía extraño. No había ninguna entrometida de ningún otro chaval. No era como en el orfanato en el que era uno de más. No... aquí era el único, era yo, y yo solo.

Nos subimos a la moto. Intente rememorar todos los acontecimientos del día. Ahora me daba cuenta. Habíamos estado solos. Ella y yo. Nadie más. Nos habíamos dicho muchas cosas, nuestros gustos, nuestro carácter, nuestra vida...Me sentía libre de ser yo y solo yo. De mostrarme en toda la inmensidad...y de tener toda una inmensidad que me quería ver.

Supongo que eso es ser hijo.

-Etheris... Estás muy callado desde que hemos salido... ¿te encuestas bien?

Su voz me resonó dentro de la cabeza sacándome de mis pensamientos. Esbocé una sonrisa de felicidad aunque con una nota de orgullo también. Esa pregunta me llenaba el corazón de un sentimiento que se expandía por todo mi pecho. Un tierno calor con un suave aroma a amor.

-Me encuentro muy bien.

Lizarman: Se ha hecho esperar, pero aquí tenemos el capítulo dos... pronto habrá el tres, este hemos tardado mas de la cuenta porque a la mitad decidimos empezarlo de nuevo... ¡Comentarios! ¡Queremos muchos comentarioooooos!

Elijahkazan: Espero que os haya gustado, el próximo será mas divertido. No os voy a dar spoilers pero seguro que echaréis unas risas. ¡Hasta la próxima!